El pasado jueves 4 de junio del presente año realicé mi segunda visita al Parque Nacional Natural Tayrona ubicado en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Este parque fue creado en 1964, tiene una extensión de 15.000 hectáreas, alturas desde 0 hasta los 900 msnm, con una amplia variedad de paisajes como playas, manglares, caños y bosque.
El acceso inició por el sector de “Calabazo”, donde realicé el pago correspondiente para el ingreso del parque y donde me enteré de la concesión para la prestación de servicios ecoturísticos por la Unión Temporal Tayrona, concesión entre Parques Nacionales Naturales de Colombia y Aviatur.
Según Parques Nacionales Naturales (PNN), el alcance de las concesiones consiste en que “un operador profesional maneje y opere los servicios ecoturísticos existentes en las áreas seleccionadas sin que ello implique la entrega de la conservación o administración del espacio que comprende el área protegida”, lo que indica que el control, la vigilancia y manejo ambiental siguen a cargo de PNN. Los objetivos de esta concesión son “optimizar la asignación de recursos técnicos, operativos y administrativos”, “mejorar la eficiencia y calidad en la prestación de servicios ecoturísticos” y “fortalecer la presencia estatal”.
Teniendo en cuenta en qué consiste la concesión y los objetivos, me propongo analizar mi experiencia en el PNN Tayrona entre los días 4 y 5 de junio de 2015. Comencemos por el ingreso en el sector de Calabazo que es uno de los principales accesos para llegar a Pueblito. En este punto se encuentra un funcionario, dotado con uniforme, una caja mejor, las planillas de ingreso y una cámara fotográfica en la terraza de una casa, lo que me lleva a preguntarme: ¿son óptimas las condiciones laborales de los funcionarios de la concesión en el PNN Tayrona? En este punto se cancela el valor del ingreso que incluye una manilla; sin embargo, no se recibe ningún tipo de mapas, información de interés general, recomendaciones o sugerencias para ingresar al parque, información que debería ser muy importante por tratarse de áreas protegidas.
Luego de un recorrido de aproximadamente 2 horas, desde Calabazo se llega a Pueblito, uno de los atractivos del parque ubicado en tierra sagradas para los indígenas y que es comprendido por aldeas, viviendas, senderos y terrazas; además es un lugar de interés arqueológico. En Pueblito se encuentra una construcción de madera con el logo de PNN; sin embargo, no se encuentra ningún funcionario de la concesión y la señalización para moverse dentro de Pueblito y para dirigirse hacia “Cabo San Juan del Guía” es casi inexistente.
En Cabo San Juan del Guía el panorama es un poco más alentador. Cuenta con trabajadores que conocen la zona y pueden guiar a los visitantes, hay presencia de la Policía Nacional y cuenta con funcionarios encargados de las reservas de carpas y hamacas para la estadía de los visitantes, pero, no se cuenta con mapas del circuito de playas aledañas y sigue siendo muy escaza la información de interés general, recomendaciones y sugerencias.
En cuanto a las playas “La Piscina” y “Arenillas” cuentan con flujo de personas constantemente, restaurantes y ventas de bebidas. Muy cerca se encuentra “Arrecifes”, una de las playas más concurridas en cuanto a tránsito de personas y comercio; en este punto también existe una construcción de PNN donde no se localizó a ningún funcionario.
La salida del parque la realicé por el acceso principal, en donde sí se cuenta con tiendas, alquiler de caballos, señalización y en la entrada principal una oficina de registro y control en donde los visitantes realizan el respectivo pago de ingreso.
No cabe duda que con la concesión del PNN Tayrona se está contribuyendo en términos financieros para el manejo y la conservación del parque, pero es evidente que la calidad de la prestación de los servicios ecoturísticos dentro del PNN Tayrona no son los mejores. Si se realiza una concesión con empresas privadas, como en este caso Aviatur, es con el fin que un operador profesional preste servicios de calidad; sin embargo, en el PNN Tayrona de calidad no tienen nada y están lejos de ser competitivos en comparación con otros destinos ecoturísticos de Suramérica.
Los Parques Nacionales Naturales de Colombia están descuidados, recurrir a operadores privados para la prestación de servicios ecoturísticos demuestra la incompetencia estatal para administrar los servicios en zonas protegidas y el poco interés que hay para invertir en su preservación, conservación, vigilancia y en mejorar las condiciones laborales de sus funcionarios en terreno.
Cobrar tarifas de ingreso sería completamente coherente si se ve retribuido en una buena administración y una buena prestación de los servicios ecoturísticos, para que la experiencia de los visitantes nacionales, como extranjeros, a los Parques Nacionales Naturales, se convierta en todo un placer.
