¿Es posible que exista una tendencia o acaso una explicación del porqué algunos memes son en extremo populares y otros no?
Hace unos días sentado frente a la pantalla, observando algunas imágenes en mi muro de Facebook me cuestioné sobre la rapidez con la que el fenómeno de los memes entró en nuestra cultura; ahora hacen parte de nuestra forma de comunicar experiencias, hacer crítica política o difundir ideas de cualquier índole. En sí el meme se transformó en el medio para compartir pensamientos colectivos y generar vínculos entre sujetos totalmente desconocidos en la red, de igual forma, dichos vínculos se ven sumergidos en las vivencias humanas y pueden conducir a usos nocivos o benéficos según sea el caso.
El concepto de meme fue introducido por el científico keniata Richard Dawkins quien en uno de sus libros, ‘El gen egoísta’, habla sobre como los rasgos culturales (“meme” en analogía a la palabra “gene”, gen en inglés y en relación con el concepto de “memoria” o “mimesis”) son transmitidos de generación a generación como ocurre con el ADN.
“Las modas en el vestir y en los regímenes alimentarios, las ceremonias y las costumbres, el arte y la arquitectura, la ingeniería y la tecnología, todo evoluciona en el tiempo histórico de una manera que parece una evolución genética altamente acelerada, pero en realidad nada tiene que ver con ella. Sin embargo, al igual que en la evolución genética, el cambio puede ser progresivo” afirma Dawkins.
Más allá del uso ético o el mensaje que se transmita haciendo uso de ellos, he decidido centrarme en el aspecto que ha llamado mi atención en su proceso de popularización y del cual surge mi principal interrogante; ¿Cómo se hace popular un meme? ¿Es posible que exista una tendencia o acaso una explicación del porqué algunos memes son en extremo populares y otros no?
A pesar de que el concepto de meme como hemos visto no se remite solamente a la forma que la mayoría de nosotros reconoce en las redes sociales, mi explicación para la popularización de las mismas parte de dos líneas que se centran en la imagen.
Por un lado están los triángulos de Pierce, para las personas que no están sumergidas en el mundo de la semiología tal nombre puede ser desconocido y debo invitarles a que investiguen cada uno desde la comodidad de su hogar la historia de este filósofo y lógico estadounidense. Por ahora, nos concentraremos en sus triángulos; estos consisten en la ubicación de imágenes respecto a tres conceptos; símbolo, icono e índice en donde el primero se entiende como la lejana o nula relación entre la imagen que representa y lo representado (El símbolo de la paz o el amor, conceptos abstractos siempre serán representados simbólicamente, el lenguaje es per se simbólico.) El segundo como la representación más abstracta posible de lo que se representa (El dibujo de una mesa como un cuadrado y cuatro líneas) y el índice que es el objeto como se presenta en la naturaleza.
Teniendo claros estos tres conceptos, algunos de ustedes se preguntarán a que viene toda esta cháchara semiológica y les responderé en el acto : Los memes pueden ser ubicados en esta relación. Así, como el escritor de Cómics Scott McCloud se tomó el tiempo de ubicar a la mayoría de las vertientes del cómic en américa en un triángulo para así facilitar la comprensión de este punto de vista en ‘Como se hace un cómic; el arte invisible’. Nosotros estaríamos en la capacidad de ubicar a todos los memes creados hasta el momento. ¡Pero como usted es un sabio lector habrá notado que esto no explica nada! Y esto sucede porque nos hace falta un engranaje que será suministrado por la psicología.
Es evidente que el mensaje es en sí lo que hace que un meme se comparta repetidamente, pero si el mensaje lo fuese todo ¿Por qué utilizar la misma imagen cientos de veces? Todo se reduce al nivel de conexión que generan los espectadores frente al meme, es una expresión que vemos en nosotros y que se refleja ante los demás, son las caras, posiciones, posturas, ropas y demás cosas que acompañan a la imagen la que le populariza, el meme es una transposición de lo que soy como individuo y de cómo soy yo quien lleva el mensaje, de cómo lo comparto con otros.
Pero esa explicación no tiene nada que ver con la relación de símbolo-icono-índice, ¿Perdimos el tiempo con la explicación del triángulo? No, no desespere señor lector, aún hay más, la identificación con un meme siempre será más popular en tanto este cuente con menos detalles, así, el meme por antonomasia (habrá quienes crean que hay otros más populares pero es sin duda uno de los más reconocidos) Yaoming, encuentra mayor popularidad en cuanto se limita a la su expresión característica y no a sus rasgos como individuo, entre menos rasgos identifiquen a Yaoming como Yaoming más popular será pues más personas se reconocerán en él.
La identificación que hacemos de nosotros mismos en los memes es resultado de nuestro desarrollo social, encontramos menos hostil lo que nos parece familiar e incluso asumimos el rol en aquellos casos en donde la posible abstracción de rasgos característicos es mínima (dibujar seres humanos como bolas y palos), esto no solo ocurre con figuras humanas sino también con objetos inanimados (pareidolia; ver caras en una toma eléctrica o una casa).
Los memes más populares conservan más allá de las características físicas de los personajes originales, la esencia de su expresión, en cierta forma podría considerarse como la cáscara, el envoltorio de los mensajes que trasmiten. Cuan más abstracto sea el concepto que le reafirma, más popular será, pues encontrará asidero en más y más personas.
