Del primer ejercicio en 2022 de 'El País de los Jóvenes', transmitido ayer 25 de abril, queda una conclusión aplastante: los jóvenes hoy son más reflexivos, analíticos y no comen de cuento. Las inquietudes formuladas están cimentadas con argumentación y razonamiento de hechos que Colombia ha conocido y que todavía no se les ha dado solución asertiva.
Los jóvenes hoy saben la importancia de saber elegir quién va a representarlos en el futuro y pese a tanto rifirrafe educativo, muchos han salido adelante con su formación pese al prejuicio, hambre, al abandono, a la estigmatización, a la falta de oportunidades, la inequidad y la violencia. Sus participaciones estuvieron a la altura de un buen espacio de simposio y debate.
Cada pregunta contenía una buena cuota introductoria que contextualizaba una necesidad específica sin resolver. Muchas resaltaron las grandes problemáticas del sector agrícola, la urgencia de atender el campo y considerarlo valioso para poner en marcha nuestro sistema económico deficiente. Por otro lado, la urgencia de despegar la educación como plataforma para minimizar las condiciones que propician la pobreza y la guerra.
No obstante, estas mismas inquietudes, hoy inconformidades generalizadas, son cada vez más complejas, dado que la historia reciente del país sigue evidenciando que el declive nacional no ha podido encontrar luz verde por estos mismos hechos de estancamiento.
En esta versión 2022 del programa, teniendo en cuenta los efectos gravísimos acarreados por la pandemia, vemos que los jóvenes se acercan más a las situaciones que tienen a Colombia todavía en vilo, demostrando con sus preguntas que elegir al próximo jefe de Estado es un asunto serio (y también preocupante), por los sustanciales cambios que el mismo país demanda.
Posterior a gobiernos anteriores, la carencia de recursos vitales, acceso a tecnología, educación de calidad, generación de empleo, garantías económicas y confianza en los organismos judiciales, han propiciado que el país entero se detenga a pensar en lo que realmente se espera para las generaciones presentes y futuras.
Cabe agregar que todos coincidimos que lo mínimo que anhelamos de quién ocupe la presidencia del país, sea alguien que tenga precisamente al país presente, de forma consciente, pragmática, con visiones de progreso, crecimiento y en especial, con un gestión razonable y por supuesto ética, dado que la normativa democrática ha sufrido todo tipo de desagravios.
Por otro lado, aunque este ejercicio que se transmite en el ámbito nacional, muchos no alcanzan a verlo, muchos en cambio sí podemos analizar y reflexionar que prácticamente lo que se necesita es discernir bien en las propuestas de cada candidato. Si bien las redes sociales hacen lo suyo en mostrarnos cuánta información posible para cambiar la balanza en nuestras elecciones, finalmente somos la ciudadanía la máxima responsable en ejercer el derecho al voto de opinión, independientemente de nuestras afinidades, de forma libre para responder a un país que necesita cambios.
Así que, a los candidatos solo resta decirles que si fueron invitados a este tipo de ejercicio, sobre todo porque se transmite por televisión, lo mejor es que dejen el arte culebrero, los dimes y diretes de retahíla, los discursos amañados y las propuestas copy & page. Con tantas oportunidades anteriores para debatir, completamente perdidas y desaprovechadas, grupos de discusión de jóvenes como estos permiten que la ciudadanía medite acerca de las estrategias verosímiles e inverosímiles que a diario llegan, se fijan y se propagan.
Si bien el formato de 'El País de los Jóvenes', que quizá pudo tener una ampliación de rango de edad hasta los 35 años, se convierte en una oportunidad, no al ciento por ciento, pero sí una muy funcional para comprender los potenciales impactos a futuro de las propuestas de cada aspirante a la Casa de Nariño, si aún el ciudadano (a) de a pie los conoce a medias.
Finalmente, en ese sentido, el mismo formato coadyuva a reconocer que los jóvenes representan la masa poblacional más alerta y precavida con la información que se entrega al país ya que, como pudo observarse ayer en el set, la calidad de sus preguntas e inquietudes corresponden a las muchas que el país aún ansía responder.
