En los medios de comunicación más tradicionales en Colombia, es muy común leer, ver u oír noticias sobre Tumaco, todas relacionadas con la violencia. Incluso, en los reportes internacionales como Discovery nos estigmatizaron como el municipio más violento de Suramérica y la principal fuente de la droga, algo que respaldan por las miles de hectáreas sembradas en la zona rural. Hay que aceptar que Tumaco ha sido un lugar violento, donde cada matan gente, pero la principal razón no es el narcotráfico como lo han querido mostrar, sino la falta de oportunidades, de alternativas para trabajar o estudiar.
Por eso, es importante resaltar que Tumaco no es solo asesinatos y drogas. Son más las personas que se esfuerzan por salir adelante de manera honrada. Esto se ve reflejado en nuestras tradiciones como los Carnavales del Fuego, que se celebran todos los años en el mes de febrero. Durante cinco días, los tumaqueños se entregan a la fiesta 40 días antes de la Semana Mayor. Los carnavales comienzan el día jueves con un chiquicarnaval, donde participan todas las primarias de los colegios que escogen a la reina que debe mostrar diferentes vestidos, entre ellos el que está hecho con elementos tradicionales como las conchas. En este primer también se ven comparsas también hechas por las instituciones, y en cada desfile se escoge la mejor.
Al siguiente día se celebran los desfiles de bachillerato, que tienen una dinámica igual a las del primer día. El sábado el desfile náutico se toma la jornada. Las candidatas a ser reina del Carnaval salen en lanchas decoradas y con los nombres de las comunas tumaqueñas. El recorrido comienza en el puente el Pindo y termina en el puente El Morro. Todos están esperándolas allá, las cámaras posan sus lentes sobre ellas y los medios de comunicación no dudan en entrevistarlas. Mientras tanto, la gente está jugando con espuma o tomando en las calles. El domingo por fin es la coronación. El desfile central, aquel en el participan todos los ganadores, se da el día lunes va desde el Parque Colón hasta la cancha San Judas. Durante más de cinco horas el desfile se toma las calles del pueblo. Finalmente, el último día, para mí el mejor de todos, se celebra el día del agua. La gente sale desde las 6 de la mañana para jugar con agua, pintura, espuma. Y durante toda la jornada no se hace otra cosa, hasta que a las 6 de la tarde comienza el concierto en la cancha de San Judas, concierto que también les da cierre a los carnavales.
El velorio más importante durante el año es el de la Virgen del Carmen, que se realiza 16 de julio. Primero se hace una novena, que comienza desde el día siete de ese mismo mes. Durante la novena se hace la misa, una procesión, y el último día se alaba a la virgen con arrullos y tocando música tradicional con bombos, cununos, marimba, guasá. Las personas se amanecen después de la fiesta tal vez más popular de Tumaco y una de las más celebradas en el país.
Tumaco es alegría, es un arcoíris. En nuestra tierra, verlo es señal de que todavía hay vida, y encontrarlo llena de felicidad a la gente luchadora y trabajadora. El anhelo de los tumaqueños es dejar de ser estigmatizados por la violencia, pero tenemos la responsabilidad de ser más conscientes de lo que tenemos: cuidar nuestro territorio para proteger, por ejemplo, la visita de las ballenas jorobadas, un atractivo que pocos pueden disfrutar. Es hora de que nosotros tomemos la palabra para contar cómo queremos que nos vean en el resto del mundo y no como históricamente nos han mostrado en medios de comunicación.
