Las intenciones del presidente Iván Duque se tornan camaleónicas. A simple vista parecen blancas, pero transcurrido un tiempo vuelven a su oscuro color natural. En medio de la crisis económica que atravesamos los colombianos y todos los sectores de la economía nacional, es necesario reactivar el comercio y procurar por el bienestar de todos los ciudadanos; el presidente Iván Duque, mediante decretos legislativos, ha procurado mantener a salvo la nación a través del Ingreso Solidario, la hipoteca inversa, los días sin IVA y una serie de medidas que él, su gabinete y los grandes capitales “consideran acertadas”.
Con sensatez debo decir que los días sin IVA de Iván parecen ser otro beneficio a la “inversa”, así como la hipoteca, que no es hipoteca, puesto que disfraza un negocio jurídico distinto a la hipoteca, desnaturalizando así esta figura de derecho civil. El acceso a los productos exentos de IVA está restringido por unos topes máximos de precio, para el caso de las vestimentas es de $712.140; mientras que para electrodomésticos e implementos deportivos es de $2.848.560. Sobre los electrodomésticos, entiendo que los de gama media-alta están por encima del tope estipulado, eso sin contar con el incremento de precio al cual han estado sometidos estos artículos ad portas de los “tres días sin IVA”.
Como si fuera poco, hay otra restricción dada por la condición de solo poder pagar con tarjeta débito o crédito, donde se presentan dos escenarios. El primero está dado por el colombiano de a pie, que no posee una cuenta bancaria o que se encuentra reportado en las centrales de riesgo no puede acceder a este “beneficio”. El segundo está representado en el colombiano que tiene tarjeta de crédito de almacenes de cadena, entonces para esos colombianos estos días terminan siendo sin IVA, pero con cuota de manejo. Ante esta situación, propia de la malicia indígena colombiana, me pregunto: ¿dónde está la SIC?, ¿beneficia esta medida a los colombianos?, ¿o estos beneficios son dados a los bancos y grandes capitales del Estado? ¡Amanecerá y veremos!
Sin lugar a dudas, estos días sin IVA siguen sacando “lo mejor” de nosotros. Por un lado, tenemos a los empresarios que abusan incrementando precios con el beneplácito omisivo del gobierno. Por otro lado, no deja de ser una medida discriminatoria, dado que no permite el acceso de todos al mercado, el cual debe ser libre en un país como el nuestro, de políticas neoliberales. Por último, es una medida disfrazada de buenas intenciones porque en vez de otorgar beneficios a los ciudadanos, busca la bancarización de la mayoría, lo cual sigue siendo una estrategia encaminada a favorecer a los bancos. Te aconsejo que no compres nada que no necesites. No te endeudes, de seguir las cosas así, vendrán días difíciles para los hogares colombianos.
