Si es amante de las nuevas experiencias, la selva, las vistas impresionantes y los nuevos destinos, no puede perderse una visita al departamento del Guainía y a una de sus joyas ocultas: los Cerros de Mavecure.
Este ícono de la biodiversidad de la Orinoquía colombiana tiene varios atractivos que pocos conocen. Además de estar compuesto por los cerros Pajarito, Mono y Mavecure,que usted no puede dejar de visitar si va, también tiene una espléndida vista del majestuoso río Inírida.
Si se aventura a ir a este mágico territorio debe saber que está a unos 50 kilómetros de Inírida, la capital guainiana. Para visitar los cerros, que forman parte del escudo guayanés, se debe viajar vía fluvial durante dos horas y así gozar de este atractivo turístico.
Qué se puede hacer
En los cerros, además, está el río Atabapo, donde los turistas suelen darse baños e interactuar con las comunidades indígenas aledañas a la región como los Puinaves, Curripacos y Tucanos, que habitan en los resguardos El Remanso y El Venado, en el corazón de la selva amazónica. Mientras se navega por este afluente también se puede pescar.
Durante su eventual visita a esta riqueza ecológica no puede perderse la estrella fluvial de Inírida. Es un verdadero espectáculo en el que las aguas de los ríos Inírida, Guaviare y Atabapo se unen para reflejar aguas de colores, en ocasiones cristalinas, que le robarán varios suspiros. Por lo general, este fenómeno suele apreciarse durante viajes en botes o canoas, a su vez que se observa la riqueza cultural de las comunidades aborígenes allí presentes.
Como sucede con la mayoría de paisajes y regiones de Colombia, hay temporadas específicas para visitar los Cerros de Mavecure. En este caso, suelen apreciarse mejor durante la temporada seca que va de diciembre a marzo debido a que se facilitan el senderismo, las caminatas ecológicas y otras actividades al aire libre.
En otros meses del año, por ejemplo, la selva suele ser más húmeda por las lluvias características de abril y noviembre. Aunque los paisajes también son maravillosos durante esa época, el suelo puede verse afectado, por lo que se pueden limitar ciertos atractivos turísticos de ese sector.
Lo que podré ver en los Cerros de Mavecure
Los Cerros de Mavecure, además de ser ricos en flora y tener infinidad de ejemplares que difícilmente se encuentran en otros rincones del país, son también un paraíso para los amantes de la fauna silvestre. Si disfruta de avistar aves exóticas, este lugar le sorprenderá con el vuelo majestuoso de guacamayas multicolores, tucanes de pico imponente y martines pescadores que se lanzan como flechas al agua.
Pero la experiencia se vuelve mágica cuando el río Inírida revela su tesoro más tierno: los delfines rosados, que emergen entre las aguas como si danzaran al ritmo del silencio selvático. Además, podrá encontrar iguanas gigantes tomando el sol, ranas de colores vibrantes escondidas entre los árboles y, con algo de suerte, hasta la esquiva nutria gigante. En cuanto a la vegetación, orquídeas silvestres, bromelias colgantes y árboles milenarios como el ceiba o el yopo —utilizado en rituales ancestrales— convierten el paisaje en un auténtico santuario natural.
El senderismo es uno de los imperdibles durante la visita a esta maravilla natural de Colombia. Aunque no todos los cerros se pueden escalar, algunos como el Pajarito sí permiten el ascenso. Eso sí, no es una caminata para todo el mundo. El recorrido es exigente, requiere buen estado físico y va acompañado del calor y la humedad de la selva. Pero quienes se animan a subir son recompensados con una vista que pocas veces se repite en la vida: un horizonte de selva infinita, atravesado por el río Inírida y custodiado por los gigantes de piedra.
Las noches estrelladas en los Cerros de Mavecure son un espectáculo inolvidable. Gracias a la escasa contaminación lumínica, los faroles del cielo brillan con una intensidad que pocas veces se puede apreciar. Si le apasiona la fotografía, este es el lugar perfecto para capturar la magia del firmamento y llevarse una experiencia realmente única.
En definitiva, visitar los Cerros de Mavecure no es solo un viaje al corazón de la selva, es una conexión profunda con la naturaleza, la cultura ancestral y la magia de lo inexplorado.
