En la noche del 30 de mayo, en la Clínica de la Costa, en Barranquilla, cuando apenas 900 colombianos habían perdido su batalla contra el coronavirus, moría el primer policía contagiado de Covid-19. Se trataba del patrullero Jaime Alberto Tutistar, de 37 años, con 18 años en la institución.
Turistar, que sufría de pulmonía, ingresó a la clínica con complicaciones respiratorias, recuerdan sus médicos. El 26 de mayo llegó el resultado positivo de la prueba Covid y falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos cuatro días después. Sería el primero de los 17 uniformados de los 6005 contagiados, un grupo humanos que asume muchos riesgos por su contacto permanente con los ciudadanos en la calle
El primer caso positivo de coronavirus en la policía se dio el 9 de mayo. Ese día el general Óscar Antonio Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, confirmaba la noticia. Uno de sus policías que hace parte de la unidad de vigilancia en la calle resultaba ser positivo.
Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Óscar Antonio Gómez Heredia.
Dos meses después, el 23 de junio, el comandante Gómez Heredia daba otra noticia en la que él era el protagonista. Aun cuando no tenía síntomas, su prueba de Covid-19 indicó que se había contagiado. El general y varios funcionarios que trabajan cerca de él tomaron las medidas de aislamiento.
Días después el comandante de 53 años, oriundo de Guateque, en Boyacá, empezó a sentir algunas manifestaciones del virus como tos, fiebres y pérdida de voz por algunos días, razón por la cual fue atendido en la Clínica de la policía. La enfermedad ha podido ser controlada y fue dado de alta. Después de concluir la cuarentena en casa, regresó a la oficina en estos días.
Los contagios en la policía han aumentado durante el mes de julio y los días corridos de agosto, con la misma velocidad que en todo el país y muy especialmente en Bogotá. Tantos los casos positivos como las muertes se han duplicado. A finales de junio se reportaron 2656 casos positivos y un mes después fueron 6005. Igualmente los fallecimientos entre los policías también se doblaron y pasaron de 9 a 17 en este último mes.
La policía ha implementado toda los protocolos de bioseguridad, pero el contacto con la gente en la calle, donde es su trabajo, los haces muy vulnerables.
Ya los uniformados no forman y reciben sus turnos no en la estación sino en los CAI para evitar la aglomeración. Ya no andan dos policías una moto; ahora la pareja de uniformados que vigilan los cuadrantes patrullan cada uno en una motocicleta y se hacen las entregas de estos implementos de trabajo bajo condiciones de seguridad.
