En un acto que evidencia la seriedad y responsabilidad en los acuerdos de paz de La Habana Cuba, el gobierno colombiano y las FARC, le anunciaron al país la decisión de establecer una serie de normativas constitucionales que le otorgan al acuerdo final la estabilidad jurídica y garantías en el cumplimiento de lo pactado.
En diálogo con rpaSUR, Víctor Moncayo, de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, afirma que esta decisión es la solución al nudo gordiano al que habían llegado los diálogos, pues “los acuerdos entre las partes tienen que materializarse en formas jurídicas, porque sin ellas lo que queda son simples páginas de buenas intenciones”.
Ante las dificultades que se pueden presentar en este proceso, Moncayo señala que “es jurídicamente posible que no sea viable, pero es una prueba de fuego para el Estado colombiano. Y si está comprometido en el proceso de paz, todas sus ramas y sus órganos tienen que operar al éxito del proceso, a no ser que quieran reversar todo lo que ha acontecido en estos cuatro años”.
Con relación a las declaraciones del exfiscal general de la nación Eduardo Montealegre, quien afirma que este blindaje jurídico del acuerdo final busca la liberación y repatriación de Simón Trinidad, Víctor Moncayo aclara que son temas diferentes, “porque al fin y al cabo eso está reservado a la soberanía de un país distinto, una decisión de esa materia escapa al acuerdo de las partes y estos acuerdos no podrían incluir ese punto, porque no pueden tomar decisiones con respecto a un país diferente”.
“El gobierno optó unilateralmente por subirse al carro del plebiscito, simplemente para darle legitimidad política a la decisión que ha tomado de negociar la paz, pero no para darle valor a lo que se acuerde” afirma Moncayo refiriéndose al mecanismo de refrendación de los diálogos, “a mediano plazo, es necesario una reordenación del orden constitucional de carácter permanente, la perspectiva de la Asamblea Constituyente es poder reordenar lo que queda después de este proceso transitorio de la negociación de la paz”, concluye Víctor.
