La ciudad de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, se convirtió -en los últimos años- en el hogar adoptado por millones de empresarios, emprendedores y trabajadores expatriados de todos los niveles y nacionalidades, que se ven atraídos por los visados rápidos, los beneficios fiscales (los salarios no pagan impuestos, por ejemplo) y altos estándares de calidad de vida.
Este emirato, que también se consolidó como importante destino turístico por sus famosos y lujosos resorts de playa, enormes edificios y majestuosos centros comerciales, fue uno de los que más ayudó a poblar el país árabe.
Las cifras oficiales indican que en 1980 apenas un millón de personas vivían allí, en comparación con los 9,5 millones de ahora. Todo esto se vio potenciado por los programas gubernamentales que seducen a extranjeros para que inviertan y se instalen definitivamente allí.
Para facilitar su desembarco, Patricio Poplavsky, CEO de Poplavsky International Offices DMCC Dubai, fundó una compañía de consultoría que brinda asesoramiento a aquellas empresas que desean operar desde Dubai. Además, integra el Grupo Empresario Argentino en Dubai, que está compuesto por más de 20 empresas argentinas con representación local e internacional.
“Hay firmas dedicadas a la gastronomía, los servicios empresariales, la contabilidad, el mercado inmobiliario, el trader de alimentos, la tecnología, el mundy crypto y los recursos energéticos, entre otras”, detalló Poplavsky, quien remarca que “el mejor rubro para invertir es, sin dudas, el Real Estate; que está dejando un retorno del 10%”.
De acuerdo a su experiencia, el abogado asegura que hay un importante interés de latinoamericanos por hacer negocios en Dubai y que el 60% de las personas que requieren de su asesoramiento son colombianos; seguidos por argentinos (20%) y mexicanos (20%).
“El común denominador de los tres países es que apuestan por el mercado de alimentos, Mientras que los empresarios colombianos también se dedican al oro y los metales preciosos; los argentinos hacen una apuesta fuerte por la tecnología”, precisó Poplavsky,
Para invertir en Dubai no se exige un capital mínimo. “En vez de pagar impuestos para abrir una firma, hay que comprar una licencia que permite desarrollar cualquier tipo de actividad comercial. El monto depende del tiempo de residencia y el rubro elegido ya que hay algunos, como la compra y venta de oro, que tienen un costo adicional porque están regulados por un organismo externo”, explicó Poplavsky, quien a medidos de julio dio una conferencia ante 200 personas en el Hotel Wyndham de Nordelta para despejar todo tipo de dudas al respecto.
“La convocatoria fue espectacular y también disertaron representantes de laCámara Argentina de Comercio y Servicio para los Emiratos Árabes Unidos (CARAE) y de la Dubai Chamber of Commerce. Se ahondó en todas las posibilidades de negocios que hay en Dubai y por qué esa ciudad constituye la opción más adecuada para invertir de acuerdo a los retornos que ofrece en diferentes rubros”, detalló el abogado.
Los extranjeros pueden optar por la conformación de tres tipos de compañías: una sociedad de Zona Franca, una sociedad Offshore o una sociedad Mainland. En zona franca, la mayor parte de las empresas son Limited Liability Corporation (LLC), similar a una Sociedad Responsabilidad Limitada (SRL). Pueden ser unipersonales o con otros socios.
Una vez que la licencia de la compañía está establecida, hay que obtener la “Establishment Card”, que es una suerte de registro en el Ministerio de Recursos Humanos y Emiratización para tener el derecho de tomar empleados.
Luego, hay que gestionar las visas del o los titulares y sus familiares, que permiten trabajar y vivir en los Emiratos. “Conviene aclarar que el titular de toda compañía registrada en los Emiratos debe poseer residencia allí y, como mínimo, viajar a los emiratos una vez cada 6 meses. Este proceso, a su vez, posee varias etapas que incluyen un examen médico, registro de datos biométricos, gestión del documento local, etc.”, explicó Poplavsky.
Una vez abierta la compañía, el proceso de visa de residencia puede tardar dos semanas más; y en total, el trámite no demora más de dos meses.
