Está para comenzar la cosecha de mitaca -o traviesa- en muchas zonas cafeteras del país. En los meses de marzo a junio se recolecta la cosecha principal en extensas regiones donde se cultiva el grano. Está creciendo también y, de forma vertiginosa, la pandemia del coronavirus o Covid¬-19 en las zonas urbanas de las grandes ciudades y, de igual forma, en algunas capitales de departamentos donde los ingresos del cultivo del café son fuente principal de sostenimiento de miles de familias -la mayoría de ellas- con predios muy pequeños, ingresos reducidísimos -derivados de la misma situación- y con varios integrantes de la familia, obligados a movilizarse a otras regiones para desempeñar empleos diversos y alcanzar, con muchísimas dificultades, los recursos que les permitan cubrir, así no sea de la mejor manera, los gastos de ellos y sus familias.
La cosecha próxima para recoger es de gran importancia para departamentos como Cauca, Nariño, Cundinamarca, gran parte del Huila y el Tolima y algunas zonas de los Santanderes y el Quindío. En estas regiones se recolecta -entre abril y junio- poco más del 40% del grano nacional. Igual que sucede en el café, en otros productos del agro -de los pocos que nos quedan por las importaciones de alimentos- se recolectan, en estos meses, las cosechas producto de las siembras realizadas en el segundo semestre del año anterior. Y, también, se realizan las siembras de los productos que nos alimentarán el semestre entrante.
La preocupación radica en la situación que puede presentarse por la epidemia que comienza a azotar con gran fuerza a nuestra nación. Para coger el café se requiere el desplazamiento de miles de trabajadores agrícolas, comúnmente llamados “andariegos” que año a año trasiegan la geografía cafetera y nacional buscando el café para sobrevivir y ayudar a sus familias esparcidas en más de 500 municipios y caseríos de las agrestes regiones cafetaleras de Colombia.
Su trabajo y el de 540 mil familias cafeteras permite recoger más de 14 millones de sacos e ingresos -por la venta del grano en el mercado mundial- superiores a seis billones de pesos, el año anterior. Su trabajo, y el de la familia caficultora nacional, hace posible la existencia y sobre vivencia de tan importante renglón de la economía agrícola del país.
Sin embargo, a Dignidad Agropecuaria Colombiana y a Dignidad Cafetera Nacional, como organizaciones gremiales de los productores les preocupa que las autoridades nacionales encargadas de tomar medidas efectivas para prevenir y, de ser posible, evitar la presencia del virus en las zonas cafeteras no hagan, no tomen o no difundan medidas, si es que alguna han tomado, para prevenir y alejar de las zonas cafeteras, el coronavirus.
Nos preguntamos y le preguntamos a las autoridades nacionales encargadas que planes, cuales medidas sanitarias y de que tipo se van a implementar para ejercer una política pública de prevención y control. Creemos que debe hacerse un análisis inmediato, del que estamos dispuestos a colaborar y participar para que, a la luz de las realidades del campo, se tomen todas las medidas que sean necesarias para mitigar, debilitar todo lo que sea posible, una pandemia en las zonas en las que se va a coger el grano y demás cosechas o se va a sembrar.
Proponemos realizar reuniones virtuales con el gobierno nacional, autoridades departamentales y municipales, autoridades de salud, comités de cafeteros, dignidad cafetera y otros voceros de las comunidades que puedan ser afectadas para elaborar, implementar y aplicar precisas políticas públicas -que deben contar con fuerte apoyo del gobierno nacional- para que se implementen controles efectivos a fin de alcanzar elevados niveles de seguridad para la salud de los trabajadores y sus familias y la de los habitantes de los municipios donde se adelantará la recolección del grano.
Muchas son las acciones que podemos y debemos hacer. Unámonos para defender la vida, la salud y el ingreso de cafeteros y demás productores agropecuarios del país.
