Fueron tres minutos…tres minutos que parecieron una eternidad y que le permiten reclamar a “El Mulato”, porque en Cali y el Valle haya “el reconocimiento que realmente debe tener la salsa como expresión cultural nuestra, de todos los de esta región…”.
Sí, tres minutos ante los ojos de más de 200 millones que estaban pendientes del Super Bowl, donde se enfrentaban los “Jefes” de Kansas City y los San Francisco 49fn, aunque miles poco o nada entendían de fútbol americano y mejor aguardaban el show del medio tiempo.
Precisamente allí estaban programados los 30 segundos, donde “El Mulato” y su Escuela “Swing Latino” eran parte del séquito de invitados especiales de la llamada “Reina del Bronx”, la despampanante Jennifer López. Con ella habían ensayado casi un mes, contaría la bailarina Helen Zapata.
En el show del medio tiempo del Super Bowl también estaba la electrizante Shakira, con su voz inconfundible, al comienzo inaceptada en emisoras de radio y ahora venerada en varios idiomas. Tan colombiana, tan barranquillera…tan hermosa y sexi. Se encargaron de convertirlo en uno de los más vistos y de los mejores, aunque sin superar aquella vez en que todo el show fue para Michael Jackson, quien caminó sobre la Luna.
Fueron 30 segundos hermosos y que llevaron la emoción a muy altos grados entre quienes seguíamos la transmisión desde muy lejos. El escenario fue una cancha en Miami, se llenó hasta los extremos y rincones. No dejamos de aplaudir sus presentaciones con sus grupos y aquellas en que compartieron la tarima y se fueron en mano a mano de colas rápidas y vibrantes. Jennifer López y Shakira llevaron al estadio al delirio y en las casas también.
“Dios me lo concedió”
El primer turno fue para Shakira, la hija de Barranquilla, la que ha ganado Grammys, la que ha realizado varias giras mundiales, aquella cuya carrera está bajo el sino del triunfo. Su show fue más internacional, allí se notó que es una artista que cruza fronteras.
Fue así como la vimos pasearse por “Ojos así” y su cadencia y simbología árabe; por “Loba”, hecha para el mundo anglo, por el “Waka-waka” tan propio del continente del Sol, Africa, y no podía faltar la “Champeta”, llena de su amada Barranquilla, de las personas que recorren el malecón del Magdalena al frente en su ciudad. Una a una fueron pasando, con el público y ella con su sueño cumplido.
“Algún día quisiera estar allá arriba…y mi Dios me lo concedió. Es un orgullo enorme, enorme. Sí, su presentación y montaje fue más internacional y con sus caderas moviéndose a millón, como también en cámara lenta y en la cintura y más abajo sus sonoras conchitas que gritaban alegres en cada giro. Su voz iba fluyendo en medio de la alegría que no se detenía entre los asistentes que se contaban por miles, los mismos en los televidentes que se contaban por millones.
Revivió laureles la colombiana que horas después anunció que ya está preparando su nuevo tour mundial, el mismo que comenzará a rugir en fecha que pronto anunciará. Su presentación vino a ratificar sus alcances internacionales.
"Yo cierro por lo alto"
En la sede de su "Mulato Cabaret", en Cali, 40 minutos después de haber llegado con sus bailarines, Luis Eduardo Hernández, muy conocido como El Mulato, se encargó de llevar la voz a nombre de la salsa. Se le notaba el cansancio por esfuerzo, lo mismo que a sus acompañantes, porque desde el mismo estadio del Super Bowl salieron corriendo hacia el aeropuerto con destino a Cali. Ellos estaban en Miami. Llegaron con mucha hambre y por eso antes de atender a la prensa, se fueron al segundo piso donde se habilitó un servicio de restaurante.
Y vino la oportunidad para que El Mulato sacara su alegría por el éxito alcanzado y fue entonces que puso sobre la mesa declaraciones previas de Jennifer López. Al momento de seleccionar el orden de los bailarines "nos prefirió a nosotros por encima de italianos, franceses, de Estados Unidos y otros países que conformaban los distintos grupos acompañantes, el único compacto con bailarines de un solo país fuimos nosotros".
Igualmente es motivo de orgullo para El Mulato y su cohorte saber que la Diva del Bronx los puso de últimos en la secuencia, porque dijo "Yo cierro arriba, con lo más atractivo y exigente, como lo es baile rápido de colombianos de Cali. Para nosotros fue un orgullo escuchar ese grado de confianza tan alto". Y así fue, pues los momentos estelares de su presentación fueron con ellos, los mismos que quedaron grabados en videos que le dan la vuelta al mundo y en la memoria de millones de colombianos que no le perdimos el paso a este show.
Recuerda que en los ensayos les dio a entender que siempre les puso en alto su orgullo de ser latina, de sentirse latina, de poder pregonarlo, de llevarlo en el alma, lo mismo sintieron ellos y por eso más que un compromiso profesional, hubo una conexión que traspasaba lo humano y los unió en el alma.
Volviendo a la realidad más cercana, El Mulato aprovecha para reclamar mayor atención a la salsa y a quienes trabajan en este campo, en especial a las escuelas que en los barrios de Cali se consagran a mantener viva esta expresión cultural y que, con demasiada frecuencia, son olvidadas, olvidando que "somos pura salsa", como él no cesó de repetir en sus intervenciones esta vez rodeado de medios.
Allá a lo lejos, Jennifer López, mejor La Reina del Bronx, debe estar recordando que un grupo de bailarines caleños la acompañaron en una noche de Super Bowl donde ella tenía fuego en las caderas y ellos alto voltaje en las piernas.
