En 3 meses cuando sea elegido Germán Vargas Lleras presidente de Colombia olvidaremos las encuestas para volver a caer en ellas cuando se avecinen las próximas elecciones, es decir, las regionales de 2019 que ya se están preparando.
Y digo Vargas Lleras no porque lo alabe o defienda o sea partidario de él, sino porque soy objetivo y reconozco que la senda de las elecciones presidenciales en nuestra historia republicana no va a cambiar este año porque exista un candidato de izquierda (Petro), ya que en las últimas elecciones los ha habido (Carlos Gaviria, el mismo Petro y Garzón), tampoco porque se presenten alternativas de centro (Fajardo), ya que de estos también ha habido antes (Mockus y Noemí) y hasta los mismos alfiles liberales o Conservadores (De la Calle) porque los Serpa, los Martha Lucía también han existido. Obviamente cada cual en lo suyo, pero en cierto modo comparables por lo que representan.
En Colombia gana la maquinaria y nunca el voto de opinión, que como su nombre lo dice está en función fluctuante de la opinión de cada quien, la cual en nuestra ciudadanía fluctúa cada día por una encuesta, un meme, una simple propuesta y hasta por la pinta del candidato. La maquinaria en cambio ha permitido que los Pastrana, Gaviria, Samper, Uribe y Santos, entre otros, sean presidentes porque lograron acaparar el apoyo de las fuerzas electorales territoriales que son las que en definitiva ponen al presidente.
De ahí que personajes como los Char en la costa se vuelvan en este momento fundamentales, y aunque los candidatos vayan hasta el municipio más apartado a hacer campañas y se vean rodeados de personas, son las fuerzas de los caciques regionales los que terminan señalando por quien hay que votar. El voto de opinión escaso que existe en las grandes ciudades se desvanece con la fuerza de quienes ponen la plata y con ello los votos en las regiones.
Maquinaria se puede definir como la certeza de mantener el statu quo, es decir, el puesto en el gobierno, el subsidio para las familias pobres, el amigo en el gobierno que hace los favores, la garantía a los empresarios que los impuestos no subirán, el respeto a la propiedad privada, la manipulación a la justicia para que no se evidencien las faltas cometidos por algunos en el pasado, la garantía que los contratistas de siempre sigan siendo contratistas del gobierno, que todos los partidos tengan sus cuotas en las entidades del gobierno, etc. Espero que haya quedado muy claro que es maquinaria.
¿No les inquieta además que hayan coincidido en Estados Unidos 4 de los 5 candidatos más importantes? En New York con la excusa de un debate en la prestigiosa Universidad de Columbia estuvieron Petro, De la Calle y Duque, mientras que en Miami apareció Vargas Lleras camuflado en una conferencia. Abramos los ojos y entendamos que las altas esferas de este país saben que llegar a la presidencia pasa por el giño y apoyo de los Estados Unidos, quienes de una u otra forma influyen en las elecciones, y más ahora que tienen ese dolor de cabeza que se llama Maduro en Suramérica. Pongámosle lógica al tema. No discutiré cómo es que Estados Unidos influye, pero para un buen entendedor, pocas palabras
Y he dicho Vargas Lleras por varias razones objetivas que deseo explicar:
1. Es el candidato del presidente Santos. Santos es quien tiene la chequera y la burocracia y lejos está de permitir que a su salida llegue alguien de la oposición como Duque, Petro y hasta el mismo Fajardo. Santos se supo ganar el Nobel más por inteligente que por la propia Paz, y aunque no goce de buena imagen ha sabido lanzar sus dados para asegurar que su legado no desaparezca. Aunque De la Calle fue parte del gobierno, Santos sabe que allí no hay opción, de modo que Vargas Lleras es la llave aunque algunos todavía lo duden.
2. Vargas es el candidato de los grupos económicos. Uribe y su candidato Duque, aunque tienen cierto apoyo de los cacaos, tuvieron que gastar parte de lo que tenían en la consulta que, si bien les resultó victoriosa, también saben que es incierta. Petro y Fajardo rasguñan para pagar su campaña, mientras que Vargas Lleras todavía no ha mostrado ni siquiera parte de lo que tiene para inundar a Colombia con su mensaje. Es el único que en este momento tiene los bolsillos llenos.
3. Los acuerdos regionales están consolidados y avanzados. Vargas es un experto para cumplir acuerdos y muestra de ello es que tiene buena parte de los líderes de los partidos Liberal, Conservador y de la U aunque los medios digan que todavía están decidiendo. Estos personajes hacen caso de quien les garantiza su cuota burocrática y gracias a Santos ellos saben que tendrán un continuismo con Vargas Lleras, mientras que con Duque la cosa es a otro nivel. Bien vale en este caso la expresión: “Más vale pájaro en mano que cientos volando”.
4. La manipulación de las encuestas. Si todavía se requiere explicar lo que está pasando con las encuestas, entonces lo explico para que quede claro: el que primero punteó, cuando no había candidatos fue Vargas Lleras, en un momento donde era el más conocido porque salía de la vicepresidencia. Fue la primera etapa donde la campaña a la presidencia era muy fría. Para suavizar su salida Vargas Lleras se fue a España un tiempo y regresó cuando sabía que tenía que empezar a empujar a su partido y recoger firmas siguiendo el ejemplo del pasado de Uribe.
Luego cuando empezó a definirse los candidatos punteó Fajardo y de tal forma que hasta en todos los escenarios de segunda vuelta ganaba la presidencia en un momento donde todavía los uribistas no definían candidato y Vargas Lleras no salía a los medios. Era el único que en ese momento llamaba la atención y por ende debía salir victorioso en las encuenstas.
Antes de la consulta Petro empezó a liderar las encuestas y le ganaba a todo el mundo, aunque en segunda vuelta la cosa fuera más difícil. Fajardo se rezagó porque dejó de llamar la atención y se veía a un Petro que se convirtió en el único y mas abierto candidato de izquierda, además que llenaba plazas como nadie lo había hecho, al menos sin un tamal para que fueran.
Luego de las consultas Duque se posiciona como el gran favorito ganándole a todo el mundo. De ser un desconocido ahora es la sorpresa, situación que se explica tan fácilmente porque apareció durante la última semana antes de las consultas abrazado por Uribe en la TV y además porque hay mas gente que le teme a Petro quienes votaron por esta opción que era la única que tenían en su momento. Esos 4 millones y mas de votos son inciertos, lo único seguro son los obtenidos en la lista al Senado del Centro Democrático. Por ello lo inflaron como lo tienen ahora.
¿Ahora si entienden? Las encuestas están quemando a todos los candidatos poco a poco sin que todavía toquen a Vargas Lleras, quien aparece con una modesta cuarta o quinta posición mientras hace el trabajo que debe hacer: hablar con quienes debe hablar, y esperar a figurar cuando sea el momento preciso. A Fajardo, Petro y Duque los han puesto a puntear por obvias razones en cada momento para luego quemarlos colocándoles en menores posiciones. Así ocurrirá con Duque dentro de poco cuando deje de ser el primero en las encuestas y pase a ser el segundo o tercero. Cuando le toque puntear a Vargas Lleras será previo a las elecciones y entonces facilitará su elección porque los colombianos les gusta votar por el que va ganando sin saber lo que representa, y olvidarán cuando los otros estaban punteando.
5. Herencia. Díganme ¿cuándo un intelectual como Fajardo, un izquierdista como Petro, o inclusive un novato y desconocido como Duque ha llegado a la presidencia así de repente? Algunos me dirán que César Gaviria, pero en su caso hubo una muerte en el medio que lo catapultó, y además era un político versado que había sido ministro y congresista. De resto para la presidencia hay que hacer la fila, y la fila se respeta en este país, y solo la hacen quienes tienen la sangre azul y demuestran una trayectoria en el sector público sin mayores complicaciones. En este momento el único que cumple esta condición y por consiguiente es el siguiente en la fila es Vargas Lleras. No hay otro.
Reconozco que este escrito de opinión creará polémica, y bienvenidas todas las críticas y opiniones. Pido que se hagan con objetividad y no pasión. Mi único interés es que en los archivos del portal Las2Orillas queden guardadas estas reflexiones para que después del 17 de junio de 2018 me digan si lo que estaba diciendo era pura especulación o verdad. Insisto, no me gusta Vargas Lleras, preferiría otro candidato, pero en la política y en las votaciones hay que ser racional y no pasional. He dicho.
