El mar llega siempre hasta la orilla que dios le señala. Y la de Daniel quedó determinada en Masterchef Junior Colombia hasta el día de hoy. Nos vamos con la satisfacción y la gratitud que nace de haberlo hecho todo, de no haber guardado nada, de actuar sin prevención ni egoísmo, de haber luchado, no para doblegar a los demás participantes, sino para superar los debates que provienen de las propias limitaciones, temores, angustias, alegrías y tristezas que una prueba como esta supone, para un niño que apenas llega a los once años.
La votación que sin ningún tipo de presión y en forma espontánea manifestaron los colombianos de diferentes regiones de la patria, dan como ganador a Daniel con un 58 %, muy por encima de los demás competidores que alcanzaron el 19 %, 18 % y 4 % respectivamente.
Este solo hecho hace de Daniel Esteban un personaje metido en el recuerdo y el corazón de sus seguidores, con base a los valores y principios de sencillez, honestidad y respeto demostrados durante su participación y enseñados desde la misma casa y, sobre todo, reconoce el hecho de que competir no debe ser sinónimo de atropellar, ni menospreciar, ni hundir a otros, con tal de alzarse con el trofeo que señala un determinado triunfo.
El concurso, más que una prueba de alta gastronomía, es toda una experiencia de vida, de tolerancia, de convivencia, de paciencia, de superación y vencimiento de todas las adversidades surgidas, y el haber llegado donde mi hijo llegó, quedando entre los cuatro finalistas, y sobre todo, el inscribirse en los afectos de todos los colombianos que votaron por él, demuestra que hay muchas otra formas de ganar, con base a los esfuerzos propios y a los méritos personales, que no demeritan ni subvaloran; al contrario, más bien lo consideran y enaltecen, reconociendo la dignidad que conllevan los rivales.
No queda más sino agradecer a todos y cada uno de los seguidores, amigos y amigas que nos han expresado su aprecio y satisfacción por la gestión desarrollada, y decirles que el amor por Pasto y por Nariño de donde procedemos, siempre estará presente con dignidad y con orgullo en todas nuestras actuaciones, aquí, ahora, y en cualquier lugar donde la vida nos disponga.
Desde ya nuestros sinceros agradecimientos por todas sus palabras y manifestaciones de apoyo, y...
!Que viva Pasto, carajo!
