Un colibrí se acercó al balcón donde me encontraba y sentí su fuerza en el aire que era desplazado por su aleteo que simula el símbolo de infinito. Me pareció curioso que esta hermosa ave se acercara tanto a un humano.-Debe ser su inocencia. Pensé. Me lleno de alegría, fue un hermoso regalo el que recibí esa mañana. Momentos después, quizás minutos, empecé a revisar los diarios nacionales y esa alegría se desvaneció.
Portada tras portada la misma noticia, una y otra vez, contada de varias maneras, desde diversos ángulos. La misma noticia con la que los colombianos hemos vivido durante mucho tiempo: La corrupción en Colombia es algo cotidiano. Múltiples modalidades de corrupción, corrupción en las empresas de servicios públicos, corrupción en las alcaldías y gobernaciones, corrupción en el sistema de salud, en el sistema educativo, corrupción en los alimentos de los niños, corrupción en la compra de cartillas, corrupción en los impuestos, en el azúcar, en el papel higiénico, carruseles, zares, carteles, ollas podridas, casi que por cualquier lado que se apriete sale la pus de la corrupción.
Lo de Odebrecht es solo un pequeño recorrido. Nos muestra como mínimo dos formas de hacer las cosas; un proceso amañado para que al final solo quede uno, ya sea para vender lo mejor de nuestros bienes públicos, como lo era ISAGEN o como en este caso para construir uno de los corredores viales más importantes de Colombia. La otra, al parecer, consistió en organizar la estantería para que la adición al contrato se diera en los términos, palabras, puntos y comas del contratista; cuando lo legal es que el contratante sea el que pone las condiciones.
El naturalizado CVY (Como Voy Yo) es para los de medio pelo, como la banda de los Moreno o los Nule. Ahora hablamos de esquemas financieros indetectables, paraísos fiscales, modalidades “offshore”, transferencias internacionales a través de empresas de papel, cuentas en Suiza, Antigua, Islas Vírgenes o se le hace el movimiento a donde quiera, en la moneda que quiera, cuando quiera, de manera profesional, totalmente oculto, con lavado incluido, solo hable mi rey. Estas operaciones son estructuradas, con pequeñas conexiones, con pequeñas reuniones, en un café cualquiera, en un centro comercial cualquiera, en un país cualquiera, en donde no se levanten sospechas, por ejemplo: Panamá.
En Colombia no teníamos ni idea de esta realidad, ninguno de los organismos de control que seguramente tuvieron sus delegados durante las licitaciones se pillaron la vuelta, todos sintieron el olor a podrido menos ellos. Ni siquiera la Java Lato que toco las fibras más íntimas del poder en Brasil y que desparramo las primeras conexões colombianas nos sacudió.
Tan solo el acuerdo de culpabilidad entre el Tribunal del Distrito del Este de Nueva York en representación de Estados Unidos y Odebrecht S.A. en el que aceptaron haber distribuido 788 millones de dólares para quedarse con contratos en 20 países, cimbró nuestro sistema Judicial, no alcanzaron los expertos a traducir los dos párrafos ubicados en la página B-17[1] de la declaración de los hechos sobre Colombia cuando ya representantes de Odebrecht estaban tocando a la puerta del Fiscal en Colombia para cuadrar la cuestión, 32 mil millones de pesos para reparar a la nación por los 50 millones de dólares (más de 100 mil millones de pesos) que han ganado como retorno por la coimas. Estados Unidos le mete la mano al pastel porque las vueltas se hicieron en dólares, si se hubieran hecho en pesos Colombianos, quizás, no hubiera pasado nada.
Por este caso han capturado a dos colombianos a uno se le imputo el cargo de Interés indebido en la celebración de contratos, cohecho y enriquecimiento ilícito; ya acepto los cargos, al otro se le imputo cohecho y enriquecimiento ilícito no los acepto y se ira a juicio.
Creo que también los deberían acusar del delito de Concierto para Delinquir, sospecho que no actuaron solos, que se reunieron, se asociaron y planearon el hecho y que ellos son solo una esquina de la gran mesa en la que se partió la marrana.
El colombiano que se roba los recursos le hace mucho daño a nuestro país, debilita el sistema de salud, socava nuestra infraestructura, acaba con nuestras escuelas, el colombiano corrupto traiciona a la patria.
No somos un país corrupto, somos un país inocente, algunos colombianos son corruptos, el resto somos víctimas de la corrupción.
Estamos esperando que alguien cante para que podamos asistir al concierto del año.
[1] Plea Agreement-USA- Odebrecht- https://www.justice.gov/opa/press-release/file/919916/download
