Mucho se han criticado las redes sociales últimamente por la cantidad de información basura o las fake news que se generan a diario y que hacen que los usuarios se dejen llevar por tendencias que terminan no siendo reales. Sin embargo, viéndolas desde un mejor punto de vista, sabemos también que de alguna manera nos han abierto los ojos para no tragar entero y no ser simplemente “borregos de la información”.
El COVID-19 es tema que nos atañe a todos y cada día el ser humano tiene preguntas como: ¿qué va a pasar con el mundo y con nuestras vidas? y ¿cuándo terminará todo y volveremos a ser libres? A la par, se evidencian cada día “denuncias” a través de YouTube y Facebook de científicos, periodistas y políticos que apuntan a que esta pandemia responde a un complot para disminuir la población mundial, por ende la pobreza, para lograr manipularnos.
Es así como en Italia, país fuertemente azotado por los más de 25.000 muertos, ha sacado al descubierto testimonios de parlamentarios, que parados en la raya y en contra de todo pronóstico han lanzado “sus verdades”. Por su parte, el diputado Vittorio Sgarbi, en plena sesión, acusó al gobierno italiano de generar falsas noticias respecto al número de fallecidos con fines de terrorismo, pues sus investigaciones y las del profesor Basseti apuntan a que más del 90% de ellos murieron por otras patologías diferentes al coronavirus (es decir, estarían aumentando las cifras por algunos intereses).
Otro ejemplo claro es la diputada Sara Cunial, quien en sus propias palabras, acusa al gobierno de “anestesiar la mente de los italianos a través de los medios de comunicación obligándolos a comprar gel, máscaras, tapa bocas, con el régimen de consentir y permitir, hasta el punto de controlar, relaciones, sentimientos y afectos”. Y continúa hablando de “una libertad vigilada y esclavista en campos virtuales de concentración”.
Así mismo, algunos latinoamericanos que se han encargado de denunciar el manejo que se le ha dado al COVID-19. Para la muestra, el periodista Rubén Luengas, en el programa informativo La Octava G24, sacó a la luz pública vídeos en los que el multimillonario Bill Gates (2018) hablaba en una de sus conferencias de la pandemia y la forma de reducir la población que avanza hacia el colapso: “Si hacemos un buen trabajo con nuevas vacunas, salud y reproducción, podemos reducir la población mundial entre un 10 y un 15% ", "solo un genocidio puede salvar el mundo".
Gates, posteriormente (2019), realizó un simulacro de pandemia en el Evento 201. Además, ha venido siendo criticado por algunos contradictores por sus “acciones filantrópicas” a través de su fundación y señalado de donar vacunas que han causado esterilidad en la población (aunque esto último ha sido tildado de imprecisión e incluso desmentido por la propia Melania Gates).
En Colombia, ya son varios los casos en los que familiares de pacientes fallecidos cuentan cómo a pesar de que las actas de defunción son por otras fallas (cáncer, diabetes, próstata, fracturas severas, derrame cerebral, muerte natural, entre otras) han sido calificadas como COVID-19. Sobre esto, el senador Carlos Abraham Jiménez denuncia: “La canasta de servicios hospitalarios cuentan con valores para analizar, para cobrar más al sistema de salud, por ejemplo: en cama normal x 15 días, el gobierno paga $10 millones por cada paciente, mientras que este mismo internado en la UCI le vale al Estado $30 millones, generando un pago más rápido y mejor”. Así mismo afirma: “Como quién dice, se genera un incentivo perverso al sistema” y “hay que cambiar la fórmula, porque genera dispersiones, pues cada vez hay más casos en UCI y las funerarias se estén amangualando para pasar algunos fallecidos por COVID-19”. Ante esto, el senador ya solicitó una investigación ante la Contraloría General de la República y la Superintendencia de Salud.
¿Será que toda la información que recibimos a diario y que se dice ser oficial es real?, ¿o son cifras que buscan generar más recursos para los sistemas de salud, a costa de dar resultados engañosos y llenarnos de terror? ¿Será que realmente estamos siendo parte de un complot que se difunde a gran velocidad a través de los medios de comunicación y las redes sociales? ¿Será verdad lo del tatuaje cuántico para el reconocimiento de vacunas con ácido ribonucleico como herramienta para reprogramar el sistema inmune (como quien dice, el manejo absoluto sobre el ser humano)? ¿Será la vacunación masiva no para detener el dañino virus, sino, como dicen algunos, para instalarnos un microchip que lleve a una plataforma de identidad digital y transferencia de datos (que obtendrá también información de la relación humana con el medio ambiente y nuestro total control)? ¿Será que ya empezamos a hacer parte del nuevo orden mundial y solo se persiguen los intereses de unos pocos sobre la economía global? En todo caso, ¡que Dios nos ampare de las mentes perversas!
