En Colombia existe la ley antidiscriminación que castiga penalmente todo acto discriminatorio por raza, etnia, nacionalidad, sexo y orientación sexual, entre otros. Pero, ¿existe una real vigilancia para controlar la discriminación en los diferentes escenarios en los que la sociedad se mueve? Si así fuere no ocurrirían casos como el de Sergio Urrego, quien hace 4 años terminó lanzándose al vacío luego del bullying ejercido por los directivos de la institución académica a la que pertenecía.
En nuestro país, las instituciones educativas construyen sus propios manuales de convivencia y por ello se generan una serie de discusiones y protestas en torno a iniciativas que promuevan cambios en los mismos para garantizar espacios libres de discriminación, sobre todo con la comunidad LGTBI. Tal vez todos recuerdan que hace aproximadamente dos años el Ministerio de Educación lanzó una iniciativa basada en construir unas cartillas sobre educación sexual, las cuales explicaban los conceptos de género y sexo, entre otras cosas. Sin embargo, desde que se conoció la iniciativa se despertó gran polémica liderada por referentes de opinión como Alvaro Uribe y Alejandro Ordóñez, quienes estaban en contra y generaron polarización del país.
Todo esto me hace pensar que si bien existe el derecho a la autonomía en las instituciones educativas, todos los que somos padres de familia debemos conocer muy bien esos manuales, y ser los fiscales de su implementación de manera que no se violenten los derechos de los niños, niñas o adolescentes, ni se discrimine como sucedió en el caso de Sergio Urrego.
Desafortunadamente, los que somos padres ahora crecimos en una época en que todo eran tabúes y paradigmas que generan gran desconocimiento y miedo por asumir la sexualidad, heterosexualidad, y homosexualidad como normal. En lugar de aceptarlo se crean más castigos y rechazos juzgando sin ningún fundamento. Por ello, hoy aplaudo a Alba Reyes, directora de la Fundación Sergio Urrego, quien ha convertido el caso de su hijo Sergio en un motivador y voz para mitigar los riesgos que los niños, niñas y adolescentes puedan tener en sus entornos, por su orientación sexual, o cualquier tipo de diversidad… de esa que también existe en los seres humanos…
Hoy me motiva contar que la Fundación Sergio Urrego trabaja en prevención a la discriminación en ámbitos escolares y para la prevención del suicidio que es la segunda causa de mortalidad de nuestros jóvenes, en el mundo entero. Trabaja con estrategias basadas en: contribuir a la transformación cultural de estereotipos; hacer visible a la opinión pública nacional esta problemática; promover la igualdad como un tema prioritario; crear escenarios de formación e intercambio académico en inclusión, convivencia, discriminación y prevención de la violencia por prejuicio en ambientes escolares y sociales, entre otros. Seguramente hay más instituciones parecidas, pero con ocasión del lanzamiento oficial de esta entidad, mi columna de hoy es un homenaje a ellos.
Mi pretensión final es invitar a todos los colombianos para unirnos a la campaña #CelebroSerYo de la Fundación Sergio Urrego, pero más allá de manifestarse con mensajes en sus redes y decir que están de acuerdo o no, la invitación es a tomar conciencia del riesgo de exclusión que pueden vivir sus hijos, y revisar cómo se implementa la educación sexual en los colegios y sus hogares. La invitación es para alzar la voz, pedir respeto, e involucrarse en la vida de sus hijos, en sus entornos, de manera que mitiguen el riesgo de ser el siguiente excluido (a) por ser diferente.
