Las tres empresas que están en la puja: Gas Natural Fenosa de España, GDF Suez de Francia, Colbún de Chile y Brookfield de Canadá, cargan con escándalos de corrupción. Colbún fue acusada por haber dado coimas al Partido Socialista y al Partido por la Democracia, para que el gobierno chileno privilegiaran a la alemana Siemens en la compra de turbinas hidroeléctricas que no cumplían con las especificaciones requeridas, movida que terminó con la crisis energética que sufrió Chile en 1999. Las acusaciones de Fenosa le costaron el arresto al secretario del Partido Popular español Francisco Granados. La canadiense Brookfield es un fondo de capital que se hizo a la propiedad de la Empresa de Energía de Boyacá a finales de 2011, aportando solo el 25 % de los recursos de la compra; el 75% restante corrió por cuenta de los ahorros de los colombianos en los fondos de pensiones
