¿Es el autoritarismo la mejor receta para afrontar la pospandemia?

¿Es el autoritarismo la mejor receta para afrontar la pospandemia?

Queda en evidencia las imperfecciones del equilibrio entre gobierno y libertad, y surgen discursos que admiran la supuesta eficiencia de los sistemas autoritarios. Análisis

Por: Ismael Suárez Córdoba
mayo 11, 2020
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¿Es el autoritarismo la mejor receta para afrontar la pospandemia?

Falta de respuesta a los nuevos retos que a su vez se advierte en la esfera internacional, hasta el punto que analistas occidentales sostienen que la democracia tendrá que probar sus ventajas frente a su rival más reciente: el capitalismo autoritario. Quedando aún por ver si los regímenes autocráticos* pueden contribuir a las aspiraciones de la gente, que hoy anhelan que el gobierno se ocupe de ellos y los haga sentir seguros en sus países. Lógica de causa y efecto, en la que prefieren escoger las restricciones, por encima de la gestión eficiente

Deseo que líderes mundiales de distintas tendencias están explotando, para priorizar el orden y el crecimiento económico sobre los derechos individuales, y que de hecho representa una amenaza para el orden democrático tal como lo conocemos. Democracias que hoy son minoría en el planeta, ya que tan sólo un tercio de los países reconocidos (33 de 195 miembros de la ONU) responde a las características genuinas de democracia pluralista**. Los otros dos tercios restantes son abiertamente dictatoriales o están formados por regímenes híbridos, parcialmente libres. Pasando China en el momento actual, de totalitario, a desempeñar el papel (hacia afuera de sus fronteras) de una autocracia benévola. Retrocesos que acompañan todo el mundo occidental, que se observan en Estados Unidos, Reino Unido, India, Brasil, y que se están dando en gobiernos reaccionarios como los de Hungría, Polonia o Turquía, inspirados estos últimos en el modelo cada vez más extremo de Rusia***. En las que el momento electoral es clave y el partido de gobierno actúa con la convicción de que las elecciones dan carta blanca total al vencedor, haciéndose de hecho imposible las alternancias, al confinar a la oposición a un papel irrelevante.

Crisis de las democracias representativas, en que los estados demuestran sus limitaciones para garantizar la eficacia, legitimidad y orientación satisfactoria (gobernanza). Que, en países muy desiguales y escasos en tradiciones constitucionales, hacen que el principio de pesos y contrapesos sea frágil por definición. Tendencia firmemente anclada en algunas de las democracias de América Latina, de Europa post-comunista, de África. Y en Estados Unidos, cuyas falencias históricas en la esfera de derechos en base a nueve décadas de segregación (1877 a 1964) y a la manipulación con fines partidistas de las circunscripciones electorales****. Esto último tomado como compendio de la disfuncionalidad del sistema electoral estadounidense, país donde el porcentaje de escaños no coincide con el porcentaje de población y en el que el registro anticipado de votantes es voluntario.

Autocracias, a quienes nadie supera en la eliminación de las libertades individuales (vulneradas de alguna manera por 180 países), que avanzan sin aparente freno por todo el planeta y que han desarrollado una gran resistencia en las Naciones Unidas, en un intento por debilitar esta institución multilateral y socavar las normas internacionales que establece. Teniendo tradicionalmente un peso considerable, en el Consejo de Seguridad de Naciones (CSNU) y en foros internacionales similares. Foros en los que tratan de evitar, por ejemplo, la intensificación de la presión global o la imposición de sanciones económicas, sobre los estados que se oponen al cumplimiento de derechos fundamentales, tales como Turquía, Mozanbique, Etiopía, Malasia, Birmania, Armenia, Arabia Saudita, Cuba, Nicaragua o Venezuela. Junto a China, Rusia, Egipto, Irán, Arabia Saudita y 43 países más. Organismos en los que, en su lugar, gobiernos como los de Dinamarca, Noruega, Canadá, Nueva Zelanda y otros 11 estados que respetan plenamente la democracia y la igualdad, han asumido un liderazgo y un papel como sus defensores a ultranza.

Notas al texto.

(*) Los totalitarismos de extrema derecha o izquierda, menosprecian y se oponen a las concepciones democráticas de la vida política. Es el líder y el partido, quién organiza a voluntad propia tanto la vida privada como la vida pública. En las que toda la sociedad está sujeta a una organización jerárquica en la cual, incluso los miembros del partido con un determinado poder, se hallan sometidos a la imprevisible «voluntad del líder» y a sus deseos que son órdenes para todos. Sistemas que alcanzan el poder, aprovechando diversas circunstancias que conducen al desprestigio de las autoridades existentes. Mediante un sustento ideológico previamente elaborado, como fue el caso del comunismo ruso; o en conceptos emocionales relativamente generales, como sucedió con el nazismo alemán; o en factores preestablecidos en el gobierno, como fueron el fascismo italiano, el falangismo español y el justicialismo argentino.

(**) El pluralismo político es un principio ideológico que considera la división de la sociedad en diversos grupos sociales, con ideas e intereses diferentes como una fortaleza y no como una debilidad. Fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. Sistema de representación de intereses en el que las unidades constitutivas están organizadas en un número no especificado de categorías múltiples, voluntarias, competitivas, no jerárquicamente ordenadas y autodeterminadas.

(***) Gobiernos que al <no> tener que rendir cuentas, se vuelven propensos a la represión y a la corrupción. Dándole prioridad a la perpetuación de su propio poder con enorme costo humano, como la devastación económica que se ve en la Venezuela, la ola de asesinatos extrajudiciales como parte de la “guerra contra las drogas” en Filipinas, o la detención masiva en China de más de 1 millón de musulmanes turcos, en su mayoría uigures (grupo etnico que vive principalmente en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang). Líderes autocráticos que también tienden a abstenerse de defender los derechos más allá de sus fronteras, retracción que facilita el camino para que eludan las consecuencias de las atrocidades que han cometido, como la guerra de Siria contra civiles en áreas controladas por fuerzas antigubernamentales, el bombardeo y bloqueo indiscriminado de la coalición liderada por Arabia Saudita que está matando de hambre a civiles yemeníes, y los asesinatos masivos, las violaciones y los incendios provocados por el ejército birmano contra los musulmanes rohinyá (minoría dentro de un estado budista).

(****) Reconfiguración de distritos, que es consecuencia de varias peculiaridades del sistema electoral estadounidense y que ha facilitado la ascensión de la extrema derecha dentro del partido republicano, privilegiando con carácter general el voto rural. Sistema de electores que está directamente relacionado con la esclavitud _el pecado original de EE.UU, para equilibrar el número de electores entre el Sur (de los estados esclavistas) y el Norte (donde todos los ciudadanos eran libres y con derecho al voto). Leyes “Jim Crow” impuestas en muchos estados, que no solo institucionalizaron la segregación racial, sino que permitían todo tipo de reglamentos para dificultar el voto de la 'gente de color'. Práctica que de forma aparente terminó con la imposición del “Voting Rights Act” en 1965, cuyo exclusivo propósito fue el de posibilitar mayorías negras o de origen hispano o asiático, con toda la fuerza que le imprimieron los movimientos de Martin Luther King y Malcolm X, sumada a la voluntad política de Lyndon Johnson para que llegara a ser ley.

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