Los reductos de Cambio Radical en La Guajira están aferrados al poder y al manejo bajo la sombra del presupuesto y la burocracia de gobernación de La Guajira. Aunque el pasado 6 de noviembre asumió el cargo el candidato de La U, Wilmer Gonzáles, al nuevo gobernador no le ha quedado fácil arrancar su mandato. En la Asamblea Departamental le tienen impuesto un retén para la aprobación de los proyectos claves para atender la desnutrición de los niños. Le exigen puestos y contratos. La corporación está controlada por un frente político del que forman parte Kiko Gómez, el rector de la universidad Carlos Robles, el alcalde Riohacha Fabio Velázquez, con presencia a través del presidente de la asamblea y primo de la exgobernadora Hilber Pinto y de los diputados Idelfonso Medina y Astrid Ariza, esposa del Congresista Antenor Durán.
Todos son de Cambio Radical, partido que manejó durante dos periodos consecutivos la gobernación y ha acumulado tal poder que tiene a sus fichas aun con suficiente batería política para pelearse los puestos y los contratos a la gobernación, ahora en cabeza de La U. Los recursos en juego son los que necesitan ejecutar en programas para atender la crisis de la desnutrición que ya deja 85 niños fallecidos en lo que va del año.
