El traje del presidente
Opinión

El traje del presidente

Jaime Ávila presenta su línea de confección y costura en Nueveochenta, con el título “El traje de Palacio”, donde busca que las telas funcionen en el mundo del poder

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julio 28, 2018
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En estos días atareados donde se debe estar a la altura de las circunstancias, Jaime Ávila presenta su nueva línea de trabajo de confección y costura en la galería Nueveochenta. El artista que es hijo de sastre, en esta etapa de su trabajo se ha ido por la memoria. Por eso ha investigado los posibles atuendos de la gente debe llevar para la arquitectura del centro de poder.

La plaza de Bolívar es el ejemplo clásico de la urbe española. La plaza, que desde su fundación tiene palomas, hace parte del  mundo del poder que deambula. La cruza, es el lugar de encuentro o desencuentro, el lugar de turno, de robos, de castigos, de manifestaciones.

Alrededor de la plaza: el edificio del Congreso, la Catedral Primada, Basílica de la Inmaculada Concepción de María con su Capilla del Sagrario y la casa arzobispal. El Palacio Liévano que es la alcaldía pero que 1848 fue el edificio más grande de la ciudad y el primer centro comercial, donde se encontraba la sombrerería que produjo el gran incendio que duró tres días  y destruyo el centro. El actual Palacio es la sede de la administración distrital, fue diseñado por el francés Gaston Lelarge bajo la supervisión del ingeniero Indalecio Liévano.

El palacio de Justicia ha sufrido incendios y disturbios que lo han obligado cambiar 5 veces de edificación. La última fue en 1985, la toma del palacio de Justicia por el grupo Guerrillero del M-19 en la operación Antonio Nariño. El nuevo funciona desde el 2004.

 

Muestrario, collage de tela. Foto: Cortesía Galería Nueveochenta

 

El artista propone tipos de tela para el perfil de los habitantes. El traje de Palacio es el título de la exposición. La idea es que las telas funcionen en el mundo del poder. Primero aparecen los tipos de tela que son los adecuados para cada edificio que rodea la Plaza. Y el prototipo es un hombre joven que generalmente camina. Tiene una gestualidad corporal algo esquematizada mientras lleva maletín, paraguas, sombrero o gabardina.

Las obras tienen muestras de telas: el rojo pagano es adecuado para la Catedral, las rayas y tonos cafés para el Palacio. La espina de pescado para caminar en la plaza, el café oscuro para los estudios liberales en el techo de la Catedral. Las rayas finas son preferibles para los agentes de bolsa, banqueros y abogados. Otra tela de rayas con fondo oscuro es el uniforme para presidentes. El paño gris grafito es una variante conservadora para la Plaza de Bolívar. Después se encuentran recomendaciones más específicas con el modelo: el blazer con moral en la espalda sirve para el Congreso (le faltaron los zapatos Cross).

 

Centro Internacional, collage de tela.Foto: Cortesía Galería Nueveochenta

 

Después en collage de telas construye la arquitectura del lugar donde aparece el volumen. Y al final de la exposición ya vienen los patrones de las chaquetas con camisa y corbata correspondiente.

En fin, arte con etiqueta.

En la página de opiniones de Google comenta Fernand Camu sobre el Palacio de Justicia: “Está ubicado en el centro histórico de la capital. Siempre lleve chaqueta y un paraguas. En Bogotá no se sabe cuando llueve o hace sol. Lleve buenos y cómodos zapatos y no se le olvide el bloqueador. Ojo con los ladrones y su cámara”.

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