“Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo" (Sófocles).
El fenómeno del envejecimiento poblacional en Colombia y América Latina representa un desafío social, político y económico para los gobiernos, sobre todo en el diseño y ejecución de políticas públicas. De hecho, en los últimos años nuestro país ha venido envejeciendo de manera muy rápida. Según el reporte que presenta el Dane, existe una población de 49.834.240 personas, de las cuales el 22.6 % están entre los 0-14 años; 68.2%, entre los 15 a 65 años; y un 9.2%, en el rango de 65 años y más edad.
Así las cosas, en Colombia hay 40,4 personas mayores de 60 años por cada 100 personas menores de 15 años. Y en la medida que pasan los años será mucho mayor en número. Según las proyecciones del Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento (Sabe), para el año 2021 en el país habrá una persona mayor de 60 años por cada dos adolescentes.
Con eso claro, el gran reto que existe en materia pensional y seguridad social del Estado colombiano es bastante complejo debido al aumento de la población. Hoy se ha venido discutiendo en el Congreso de la República la posibilidad de una nueva reforma pensional, como ya es de costumbre. Sin embargo, esta no está diseñada para mejorar el bienestar de las personas mayores, sino para empeorar, esto se evidencia en cada reforma pensional.
Miremos cómo a través de los años se han venido incrementando las semanas para poder pensionarse: año 2004, 1000 semanas; año 2005, 1050 semanas; año 2006, 1075 semanas; año 2007, 1100 semanas; año 2008, 1125 semanas; año 2009, 1150 semanas; año 2010, 1175 semanas; año 2011, 1200 semanas; año 2012, 1225 semanas; año 2013, 1250 semanas; año 2014, 1275 semanas; y año 2015, 1300 semanas. Desde el año 2015 hasta la fecha se mantienen las 1300 semanas cotizadas para poder recibir la pensión, claro está, si cumples también con la edad: para hombres de 62 años y para mujeres de 57 años.
Es muy preocupante envejecer hoy en Colombia debido a la incertidumbre laboral que atravesamos. Además, si no se garantiza un mercado laboral estable para los jóvenes trabajadores de hoy, el futuro pensional será aún más incierto, En estos momentos sobran argumentos para decir que el fenómeno del envejecimiento sin protección asistencial obedece a varios problemas de orden estructural, entre ellos los vacíos pensionales que el Estado hoy trata de llenar con los programas de interés social (Colombia Mayor), que no han sido suficientes para fortalecer el bienestar de la población adulta mayor en Colombia.
Es muy alarmante que hoy en nuestro país el 70% de los adultos mayores no reciban una pensión. Esta falta de acceso al sistema pensional los convierte en una población altamente vulnerables, tanto en el sistema económico como en el sistema de salud. Según un estudio que presenta la Fundación Saldarriaga Concha, denominado Diagnóstico de los adultos mayores en Colombia, el 20% de los hombres mayores de 60 años,y el 19% de mujeres mayores tienen enfermedad isquémica del corazón. Sumado a esto, las enfermedades crónicas de las vías respiratorias internas (9,5% en hombres, 12,1% en mujeres); las enfermedades cerebrovasculares (9,4% en hombres, 7,9% en mujeres); las enfermedades hipertensivas (4,6% en hombres, 6,6% en mujeres) y la diabetes mellitus (4,2% en hombres, 5,3% en mujeres).
Después de saber las condiciones de salud en las que se encuentran nuestros viejos es indispensable fortalecer los programas de salud pública y fortalecer aún más los programas sociales encaminados a desarrollar vidas saludables en la vejez. Esto para contrarrestar las fallas que ha dejado el mercado durante años, No obstante, para mitigar este fenómeno se debe garantizar a través de contratos laborales de la permanencia y estabilidad del trabajador de hoy para que mañana los trabajadores no queden desamparados cuando sean viejos.
Otro gran problema que está alimentando este fenómeno es la alta tasa de informalidad que se viene incrementando con los años. Según informó en Dane, el 47,6% de los trabajadores colombianos están laborando en condiciones informales, es decir, que un total de 5,7 millones de ciudadanos logran obtener un ingreso mensual al desarrollar alguna actividad informal. No obstante, esto no significa que estén solventando todas las necesidades básicas, ni están teniendo ingresos que le generen una capacidad de ahorros, si a duras penas alcanza para el diario, solo se está sobreviviendo, a pesar que reciben un ingreso producto de su trabajo informal, este no puede lograr solventar las necesidades básicas, como lo expresan algunos vendedores informales en las calles, “o cogemos el dinero para comer o nos morimos de hambre” adaptados a lo que expresó Gabriel García Márquez “la vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir”.
Bajo este panorama laboral es muy preocupante envejecer hoy en Colombia, no existen las garantías sociales que permitan el disfrute pleno de la vejez como hecho natural de los seres humanos debido a que las condiciones de vida están siendo instauradas por la economía de mercado; el problema entonces no es llegar a viejo, sino en qué condiciones se llega a la vejez en una economía tan frágil como la nuestra.
