En medio de la mayor crisis social derivada de un modelo económico neoliberal, agravado por la pandemia del Covid-19 y su pésima gestión del mal gobierno de Duque tanto en materia sanitaria como económica, se desarrolló la negociación del salario mínimo para el año 2022.
A ella concurrió el Comando Nacional Unitario conformado por la tres centrales obreras, CUT, CGT y CTC y las confederaciones de pensionados CPC y CDP, proponiendo 4 temas: 1- Un salario mínimo de un millón y auxilio de transporte de $125 mil. 2- Cumplimiento de los acuerdos de la Comisión de Concertación del 2013 para los pensionados, de reducir la cuota de salud en un 8 %, igual a la que la reforma tributaria de ese año le había otorgado a los empresarios. 3- Control de los bienes y servicios indexados y regulados por el estado con base en no ser superiores su incremento a la inflación causada. Y 4- Derogatoria del unilateral decreto 1174 de agosto del 2020. Con esta propuesta se perseguía preservar el poder adquisitivo del salario.
Los empresarios acudieron encubiertos en que sus asociaciones de investigación económica y laboral como Fedesarrollo y Anif, entre otras, mostraron que el incremento del salario mínimo no podía en ningún caso ser superior al 7,5 % para el 2022, pues con eso se satisfacía la sumatoria de la productividad y la inflación causada del año 2021. Y un incremento igual para el auxilio de transporte. Nada más.
El gobierno sin que se discutiera con los trabajadores, presentó la decisión de aumentar a un millón el salario mínimo y ese mismo porcentaje (10,07) al auxilio de transporte con lo cual quedaría en $117.172.
La representación de los trabajadores entendiendo que en esa decisión económica del salario del gobierno estaba también la de los empresarios y considerando que así se adoptaba la propuesta de los trabajadores, procedió a insistir en los otros tres puntos que habíamos presentado.
Ello quedó reflejado en el acta de acuerdo de la Comisión tripartita concertación firmada el día 14 de diciembre. Ver
Para los trabajadores este acuerdo representa un logro de la lucha de varios años y del estallido social y de ninguna manera como una generosidad o bondadosa acción del mal gobierno de Duque y sus socios los grandes empresarios, como han salido a autoadjudicárselo.
Es una derrota a la ya derrotada y cacareada tesis neoliberal, de gobiernos y empresarios en los últimos 30 años, de que los incrementos salariales, entre otros del salario mínimo, destruyen los empleos y generan informalidad. Así lo demostraron los premio Nobel de Economía del 2022, Card y Kruger, quienes comprobaron que al subir el salario mínimo no se destruían empleos e incluso se podían generar. Pero además, lo ha venido corroborando el gobierno mexicano que ha decretado, concertado con los empresarios, tres incrementos de 15 % en cada uno de los últimos 3 años y para el 2022 de un 22 %, sin que la economía se derrumbe, ni se quiebren los empresarios y por el contrario ha sido una decisión que ha contribuido allí a una reactivación económica rápida y sostenible. En es sentido "los tanques de pensamiento" del empresariado han manifestado la disfunción de una disonancia cognitiva, pues a pesar de la fuerte evidencia empírica siguen sosteniendo tesis superadas.
Con esto no se podría afirmar que los trabajadores tienen ya un salario digno para una vida digna, pero sí el camino que debe seguirse transitando para mejorar sus remuneraciones.
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Se puede decir que establecen un medio para que se cumplan los acuerdos en materia para los pensionados, se controlen las oleadas alcistas en bienes y servicios y se derogue definitivamente el decreto 1174
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Por los demás puntos del acuerdo, se puede decir que establecen un medio para que se cumplan los acuerdos en materia para los pensionados, se contengan y controlen las oleadas alcistas en bienes y servicios y se derogue definitivamente el decreto 1174 al tenor de la recomendación 202 de la OIT sobre pisos de protección social que dicho decreto viola flagrantemente.
A pesar de la negativa del gobierno de dialogar y negociar el pliego de emergencia y las garantías a la protesta social, con el Comité Nacional de Paro-CNP- debemos expresar que sin esa grandiosa movilización social que advierte la posibilidad de un congreso y gobierno alternativo, no hubiese sido posible este logro plasmado en el acuerdo de la Comisión tripartita de concertación.
Postdata: Se han inscrito las listas al Congreso del Pacto Histórico, una real esperanza de construir otra Colombia distinta. Hay que trabajar para poner 5 millones de votos y garantizar al menos 30 senadores. Así estaría Edwin Palma como el senador de los trabajadores y el sindicalismo.
