El escandaloso episodio en el que Ana del Castillo se fue en contra el juglar vallenato Iván Villazón —el mismo que hace casi un año la impulsó cuando cantaron a duo el exitoso tema ‘Pero qué va’— podría ser el que termine de manera prematura su carrera musical, incluso, pese a su prodigioso talento.
Por las reacciones de los usuarios en redes sociales y de la prensa, que ha publicado infinidad de historias sobre el hecho, hay malestar por lo que se considera como un irrespeto al público, a la portentosa figura de Villazón y al vallenato mismo.
Ese malestar lo encarnó en su perfil de Instagram el reconocido cantautor valduparense Iván Ovalle quien publicó una imagen de Ana del Castillo con un símbolo de prohibido sobre ella. Debajo escribió: “En nombre de la comunidad artística, autora y en el mío propio, rechazamos de manera enfática toda clase de violencia verbal o física contra cualquier artista”.
“Protestamos por tan injusta, insolente y violenta acción de parte de Ana del Castillo a un artista que tanto le ha aportado a nuestro folclor, leyenda viva de nuestra cultura como lo es el maestro Iván Villazón. Es doloroso que las nuevas generaciones de artistas de nuestro género caigan tan bajo y no ocupen su lugar en la historia”, añadió.
Pese al rechazo, como en la viña del señor, hay de todo. No faltan quienes apoyan y justifican los comportamientos —a veces erráticos de Del Castillo—, quien terminó disculpándose con Villazón por el incidente, algo que el artista aceptó pero dejó en el aire la duda de si fue algo genuino o si fue producto de la creciente ola de comentarios en redes en su contra.
También están las opiniones justificadas de si, en el entorno machista del vallenato, el repudio en contra de la joven artista hubiera sido el mismo si la falta la hubiera cometido un hombre. Artistas que también son polémicos dentro el género, como Silvestre Dangond, parece que todo se les perdonara.
Sin embargo, trátese de quien se trate, no hay excusa para el maltrato. Del Castillo, al parecer herida en su ego, e incitada por sus acompañantes dentro de los cuales estaba su cirujano plástico como ella misma lo expresa arremetió groseramente en un video publicado en un perfil de Instagram contra Villazón, por no permitirle subir a la tarima en un espectáculo organizado únicamente para el con los acordeoneros que lo han acompañado durante su carrera y que fue como espectadora en una discoteca al norte del Barranquilla.
En la grabación parece estar, por lo menos, alicorada. En medio de altisonantes palabras le hizo saber su disgusto a Villazón, que la noche anterior le había dicho que no podía subirse a la tarima porque se encontraba “impedida”: su exnovio, Saúl Lallemand, estaba tocando el acordeón esa noche. La ruptura entre ellos “no fue amistosa”, declaró Villazón al portal Zona Cero.
Este fue el último de una serie de salidas en falso de Del Castillo, quien apenas bordea los 20 años. Su excepcional talento la ha llevado a ser famosa, pero su vida personal es una peligrosa mezcla de desaciertos, excesos y escándalos que han puesto en riesgo, incluso su vida. En febrero pasado un —en apariencia— accidente de tránsito la dejó con serias heridas.
El contraste es grande con Villazón, cantautor de 30 años de trayectoria, quien pese a estar llamado a cosas quizá más grandes por su condición de alta clase social, se la jugó —incluso en contra de su familia— por el vallenato y hoy se le reconoce como uno de sus máximos exponentes, además de un gran defensor de la identidad del género y del folclor que representa, haciendo gala de su herencia materna urumitera y de la paterna cesarense.y hoy por hoy es reserva cultural del país
Son pocas las mujeres que se han destacado en este mundo que siempre ha parecido solo masculino, en donde se han colado los nombres de Esther Forero, Ana Luisa Colón, Carmencita Pernett, Lucy González, Rita Fernández Padilla y Patricia Teherán, entre otras estrellas que se ganaron a pulso un puesto en la historia del género vallenato. La pregunta es si ahora Ana estará a la altura de su propio talento y la responsabilidad que trae consigo para ella misma y para sus seguidores.
