A las cuatro de la tarde del 19 de abril de 1970 las sedes de ANAPO –la Alianza Nacional Popular-, el partido que soñaba con volver a ver gobernar a Gustavo Rojas Pinilla, ya como civil y sin charreteras, eran una sola fiesta. Una celebración por adelantado. El llamado establecimiento político, compuesto por los liberales y conservadores que conformaban el Frente Nacional, la alianza de los partidos tradicionales con las que se había buscado dar una estabilidad democrática después de cincuenta años de violencia partidista. La llegada del candidato Gustavo Rojas Pinilla, apoyado por su hija La capitana, María Eugenia Rojas en nombre de la Anapo a competir por la presidencial, el conservador Misael Pastrana, cambió la ecuación política. Se trataba de un movimiento de corte nacionalista con arraigo popular, de inspiración Peronista; buscaba darle continuidad política al proyecto que intentó construir en la dictadura, montado sobre el binomio Pueblo-Fuerzas Armadas. Buscaba ahora legitimarse en las urnas.
El periódico El Tiempo, a pesar de ser liberal, estaba en total oposición a Rojas Pinilla después de haber padecido la censura con cierre incluido durante la dictadura en 1953 y apoyaba sin resquemores a Misael Pastrana. El diario El Espectador no se quedaba atrás. Ese domingo 19 de abril la primera plana era una foto del líder conservador votando y con la frente sudada acompañada este titular: “Con el sudor de tu frente”. Juan Gossain, uno de los cronistas icónicos del diario afirmó que con desilusión que este manejo informativo era una vergüenza periodística.
El diario de los Cano, a las nueve de la noche de ese día, ya tenía en la imprenta un titular a ocho columnas: “Rojas Adelante: 1.117.902, Pastrana 1.096.140”. Una ventaja de 113 mil vueltas le daba la presidencia al militar populista. Una hora después el ministro de gobierno Carlos Augusto, “El tigrillo” Noriega delo gobierno de Carlos Lleras Restrepo, irrumpía en la casa editorial El Tiempo y se encerró con la dirección del periódico. El joven periodista Germán Castro Caicedo, uno de los redactores estrellas, fue testigo de la encerrenoa para modificar el titular con el que se abriría el 20 de abril. El del Espectador resultó siendo “Reñida victoria” y mostraban el votofinish a favor de Pastrana Borrero.
Rojas se fue a dormir sintiéndose Presidente de Colombia y se levantó perdiendo por cerca de 60 mil votos. Una investigación titulada Oscuro abril, convertida en libro, contaba que el fraude se había fraguado en el departamento de Nariño, específicamente en las islas de Mosquera y el Charco, en pleno Pacífico, donde las urnas terminaron desbordados con inesperados votos. Papeletas que se multiplicaron sin explicación. un
Como lo relató el propio Tigrillo Noriega en su libro Fraude en la elección de Pastrana Borrero, editado por la editorial Oveja Negra, el incremento de votos del 35% se dio en Nariño y eso cambio el resultado de la elección La Revista Alternativa, publicada por la misma editorial, lo reafirmó cinco años después: “Según la información que divulgaron distintas emisoras de radio el domingo por la noche desde la delegación departamental de Nariño en Pasto, Rojas comenzó ganándole a Pastrana por 36.000 votos contra 29.000. A las tres de la madrugada -tal y como lo registró la edición de El Tiempo del lunes- la tendencia había cambiado dramáticamente y Pastrana aventajaba a Rojas por 52.000 votos contra 28.000.”
Uno de los testigos del fraude, el capitán de la policía Jairo Castro, apostado en la Registraduría, evidenció en testimonio lo que vio: “Yo viví prácticamente 10 días enteros en la Registraduría. Allí vi entrar urnas rotas, sin sello, y vi entrar personas con votos dentro de bolsas. Entraban por todas las puertas del edificio y de eso no se daban cuenta los testigos de la Anapo. Uno veía cómo los políticos más experimentados alejaban a los delegados de la Anapo, los embolataban. Entraban ministros, políticos. Los testigos se fueron agotando ante la lentitud del conteo voto a voto y al final ya nadie verificaba nada. Yo no fui testigo de grandes acontecimientos, pero sí vi que eso fue un gran desorden. Toda la tropa quedó con la sensación de que se estaban robando las elecciones".
Misael pastrana dirigiendose al país después de discutidas elecciones
Lo seguidores del general no aceptaron el resultado de la Registraduria. Los simpatizantes más radicales de la Anapo, que aglutinaban un sector importante de miembros de la izquierda, salió a la calle a protestar con furia, liderados por La Capitana, Maria Eugenia Rojas, quien tomó las banderas con el reclamo de fraude. Carlos Lleras Restrepo, entonces presidente, salió por televisión y le dijo al país y decretó el toque de queda: “A las 8 pm no debe haber gente en las calles”.
Lleras pensó que realmente había mandado a dormir a los que protestaban, pero la herida y rabia por el fraude quedó abierta entre sectores de la Anapo que se radicalizaron y conformaron el Movimiento 19 de Abril, M-19. Un resultado electoral turbio que marcó la historia de Colombia.
