En un reciente debate organizado por el Canal Telemedellín y Hora 13 Noticias, se les preguntó a los candidatos más opcionados en la carrera por la alcaldía por la crisis humanitaria que se vive en algunos sectores de la ciudad por la llegada masiva de venezolanos (como ocurre en el resto del país) y cuáles serían sus medidas. Los candidatos expresaron su punto de vista en un debate muy flojo que pintó más como un foro de buenas intenciones; sin embargo, ante esa pregunta una afirmación del candidato por el Centro Democrático, Alfredo Ramos, llamó la atención. Según el aspirante uribista, en Medellín hay muchos puestos de trabajo que los medellinenses no están tomando. ¿De dónde y cómo sustenta el candidato esa afirmación?, ¿es cierto?, ¿acaso los altos niveles de desempleo que se registran en la ciudad son consecuencia de medellinenses que no quieren trabajar?, ¿a qué tipo de “puestos” se refiere Ramos?
Vale la pena aclarar que el desempleo en Medellín es el más alto registrado desde el 2012. Según el reporte del Dane, solo entre mayo y julio de 2019 el desempleo se ubicó en el 12,5%, es decir, estamos en medio de la tasa de desocupación más alta que se ha registrado en la ciudad en la última década. Algo que va en consonancia con el alarmante incremento del desempleo a nivel nacional y sobre el cual el ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla, ha manifestado no saber las causas o qué hacer para disminuir y la vicepresidenta en un libreto coordinado afirma que “no se le puede atribuir al Gobierno”. La realidad es que el desempleo en Medellín sigue al alza ya que para principios de octubre se ubicó en el 12,7%, eso quiere decir que está dos puntos por encima del promedio nacional. No hay duda que Medellín es una de las ciudades del país con mayor tasa de desocupación. ¿Quiénes son los principales afectados? Los jóvenes y las mujeres son quienes más perjudicados se ven al engrosar esos indicadores.
Presentando los anteriores indicadores, tomados del Dane, la afirmación de Ramos resulta cuando más desacertada y carente de sentido. Eso no quiere decir que los venezolanos que viven en Medellín no deban trabajar o creer que por su culpa “nos estamos quedando sin trabajo”, no, a ese punto no buscó llegar, solo quiero dejar constancia del desacierto de Ramos y su falta de perspectiva con un tema que afecta a miles de jóvenes, mujeres y profesionales en la ciudad. Claro, como él no ha tenido la necesidad de entregar una hoja de vida, hacer fila para asistir a una feria de empleo, asistir a entrevistas “prefabricadas” o padecer la angustia de no ejercer o andar rodando en trabajos inestables, puede afirmar que los medellinenses no “están” tomando puestos de trabajo porque no quieren. Si esas son sus afirmaciones como candidato, ¿qué se puede esperar del personaje si llega a la alcaldía?
