Desde 1998 se estableció en la OIT el concepto de trabajo decente que implicaría empleo e ingresos dignos, seguridad social integral(salud, pensión y riesgos laborales), libertades sindicales(asociación, negociación y huelga) y diálogo social(consulta, concertación y negociación).
Hasta la llegada de Iván Duque y antes de la pandemia ya existía un déficit grande de trabajo decente.
Un balance de esa situación quedó expresado en el extraordinario paro y movilización del 21N donde los trabajadores y la ciudadanía mostraron su profunda inconformidad por la situación que vivían y las regresivas acciones del gobierno que profundizaban dicha situación precaria.
Con la pandemia la situación del empleo ha desmejorado el primero de los criterios del concepto de trabajo decente: el desempleo. En los seis meses de pandemia los trabajadores sin ingresos ha oscilado entre 11 a 13 millones, al tenerse en cuenta los desempleados, promedio del 20 %, unos 4,5 millones, la pérdida de alrededor de 5 millones de ocupados y el crecimiento de los inactivos en cerca de 3 millones. Según Anif de marzo a julio, los ingresos de los hogares, producto de este desempleo, se redujo en $21,6 billones.
En Colombia, por el errático manejo del gobierno de Duque de la pandemia y la no atención con una renta básica de emergencia y subsidios a las nóminas de las mipymes, se presenta como uno de los países más afectados por el coronavirus y dónde la caída de la economía y el empleo ha alcanzado los más altos índices.
Por tal los impactos sobre la pobreza, miseria y desigualdad son dramáticos y ya varios estudios van señalando que el retroceso social sería de unos 20 años, situación alarmante que explica el descontento y la presión social existente, ya expresada el pasado 9 y 10 de septiembre ante los asesinatos de la policía en Bogotá.
Derivado del desempleo y la pérdida de ingresos, los otros índices del trabajo decente, la seguridad social, las libertades sindicales y el diálogo social, se han deteriorado significativamente. Todos los decretos expedidos en medio de la emergencia de la pandemia han sido unilaterales, aprovechándose el gobierno oportunistamente de la situación.
En medio de esta ya gravosa situación y argumentando la vieja y refutada tesis que para la reactivación económica y del empleo se requiere más flexibilidad laboral y reducción de los costos salariales, el gobierno Duque y empresarios del Consejo Gremial Nacional, conciertan, ellos sí, la expedición del decreto 1174, que tal como se ha señalado por las centrales obreras es una regresiva y profunda reforma laboral y pensional, que si bien puede disminuir artificiosamente el desempleo( un trabajo de un salario mínimo lo distribuyen en 2 de medio salario mínimo), ocasionará una pérdida de ingresos en los trabajadores de al menos un 35 %.
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El del Código Sustantivo el Trabajo para quienes devenguen uno o más salarios mínimos y otro el decreto 1174, para quienes tengan ingresos por debajo del mínimo. ¿Cómo se vivirá así?
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Así quedan establecidos dos regímenes laborales. El del Código Sustantivo el Trabajo para quienes devenguen uno o más salarios mínimos y otro el decreto 1174, para quienes tengan ingresos por debajo del mínimo. ¿Cómo se vivirá así?
En estos los contratos serán por hora o trabajo parcial, sin ninguna estabilidad laboral. Hoy trabaja una o más horas y mañana no, de acuerdo con las conveniencias del patrón. La seguridad social y las libertades sindicales que son derechos fundamentales de carácter constitucional, desaparecen de la relación laboral.
La seguridad social es cambiada en el 1174 por un piso de protección social con el que acaban con las pensiones al convertir la cotización en un ahorro individual en los BEPS (Beneficios Económicos Periódicos), que al llamarse de esa manera pierden la contribución para una pensión y por tal ese derecho se pierde. La salud será por el Sisbén y por tal las incapacidades y licencias por enfermedad o accidente laboral desaparecen.
Y quedan totalmente en entredicho los derechos laborales de cesantías, vacaciones, indemnizaciones, primas, horas extras, trabajo nocturno, dominicales y festivos. En pocas palabras la total esclavitud laboral.
Y las libertades sindicales quedan como una buena exhortación de la OIT, pues el patrono al ver que sus trabajadores se afilian a organización sindical alguna, no dudará por no contratarlo en la hora o día siguiente.
Por eso en el día internacional y nacional por el trabajo decente es una oportunidad, para señalar el engaño de este gobierno cuando anunció su compromiso con el trabajo decente frente a la OIT.
Por la expedición de este regresivo decreto 1174 las centrales decidieron retirarse de la Misión de Empleo, exigiendo al gobierno sea derogado, pues estas nuevas normatividades serían era fruto de dicha discusión tripartita en esa misión. Un nuevo engaño del gobierno de Duque.
Posdata: Y exigiendo la derogatoria del decreto 1174 y "Por vida, democracia y negociación del pliego de emergencia", se está preparando un nuevo paro nacional para el 21 de octubre.
Twitter: fabioariascut
