Educación pública, motor dominante de desigualdad

Educación pública, motor dominante de desigualdad

La ubicación de las instituciones oficiales en las listas de los mejores colegios deja ver la gran brecha que existe entre el modelo de educación público y privado

Por: Camilo Morales Jiménez
marzo 02, 2018
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Educación pública, motor dominante de desigualdad
Foto: Archivo elespectador.com

Tres factores fundamentales permiten que la educación presente buena calidad:

  • Las características de los estudiantes: aptitud, perseverancia, disposición y entorno que lo rodea.
  • Aportes materiales, relacionados principalmente con el colegio, dentro de este grupo está: tiempo de aprendizaje, métodos pedagógicos, tamaño de las clases (relación del número de estudiantes por cada docente), material de enseñanza y aprendizaje, instalaciones e infraestructura.
  • Planta docente que son los motores fundamentales del proceso de enseñanza, pero que su labor va a depender de las características de los estudiantes y de los aportes materiales.

Después de la publicación de la revista Dinero, en la que mostró el ranking de las mejores instituciones de educación del país, basado en los resultados promedios de las Pruebas Saber 11, encontramos que:

  • Cero colegios oficiales están dentro de los mejores 100 colegios.
  • 19 colegios oficiales están dentro de los mejores 500 colegios de Colombia, lo que representa un 3,8%.
  • 92 colegios oficiales se encuentran dentro de los mejores 1000 colegios de Colombia, lo que representa el 9,2%.

Y acá es justo preguntarse qué tienen y cómo logran las instituciones privadas lograr los mejores desempeños académicos. Y el tema se vuelve más complejo de analizar, ya que la Ley General de Educación en su artículo 77 otorgó la autonomía escolar a las instituciones en cuanto a:

  • Organización de las áreas fundamentales.
  • Inclusión de asignaturas optativas.
  • Ajuste del proyecto educativo institucional (PEI) a las necesidades y características regionales.
  • Libertad para la adopción de métodos de enseñanza.
  • La organización de actividades formativas, culturales y deportivas, todo en el marco de los lineamientos que estableciera el Ministerio de Educación Nacional.

Todas estas opciones llevan a que cada institución pueda tener grandes variaciones con otra y de allí que los padres de familia para buscar colegio deban analizar los diferentes aspectos, como conocer sobre la tradición de la institución, su nivel académico, filosofía, metodología, convenios y certificados, instalaciones, perfil de los maestros y actividades complementarias o extracurriculares.

Un hecho claro en Colombia es que los costos educativos para lograr tener una educación de calidad son elevados, al igual que pasa a nivel mundial. Si revisamos 38 colegios que se encuentran entre los mejores 100 colegios en Colombia podemos ver que el costo anual entre matrícula y pensiones es de 11.103.252, los cuales se reparten en los costos de matrícula, que está en un promedio de 1.069.565 y el costo de pensión con un promedio de 1.003.368.

Si tenemos en cuenta el estudio a Ricardo Garcés, en el cual reveló una enorme brecha salarial en el país, en la cual el 75% de las personas reciben menos de un $1.200.000 mensuales, esto dejaría a la gran mayoría de la población sin posibilidades de acceder a los mejores colegios de Colombia y ser los colegios públicos los principales motores educativos de nuestra sociedad.

Actualmente, la educación pública es el motor más dominante de desigualdad de nuestra sociedad. Si revisamos el documento del observatorio laboral para la educación Perfil académico y condiciones de empleabilidad: graduados de educación superior (2001 – 2014) queda claro que a mayor nivel de estudio, mayor es la remuneración salarial y mayor la posibilidad de incorporarse en el mercado laboral. En nuestra sociedad solo el 30% de los jóvenes pasan a la educación superior (técnica, tecnológica y universitaria) según la Unesco, estos datos demuestran el fracaso de las políticas educativas actuales y además nos ha llevado a la triste realidad de ser la segunda nación más desigual de América Latina y la séptima en todo el planeta (datos del Banco Mundial).

Necesitamos con urgencia una revolución educativa en la cual participemos todas las personas que sabemos de educación, empezando por la base fundamental, los profesores. No se puede crecer en educación cuando las políticas educativas no cuentan con la participación de las personas que impulsan el proceso de enseñanza.

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