Ecuador al acecho del crimen transnacional

Ecuador al acecho del crimen transnacional

Mucho se ha habla de Ecuador en ahora que hay un proceso de violencia que ha borrado de tajo la imagen de país seguro que tenía hasta hace pocos años

Por: Manuel Andrés Ibarra Gutiérrez
febrero 06, 2024
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Ecuador al acecho del crimen transnacional
Fotografía: Canva

Mucho se ha hablado de la hermana república del Ecuador en especial ahora que hay un proceso de violencia con niveles de sevicia totalmente abominables que sin duda han borrado de tajo la imagen de país seguro que Ecuador tenía en su momento y hasta hace pocos años. 

Lo que en su momento pareciera la transfusión de un conflicto dentro de las cárceles entre organizaciones criminales hacia el resto del país es un asunto mucho más delicado que ha sido evidenciado en motines que a su vez han derivado en sangrientos episodios de mucha resonancia desde el año 2020 hasta la actualidad y que han dejado un saldo de muertos, secuestros, vandalismo, fugas de presos, entre otras situaciones que plantearon la inquietud de una crisis carcelaria y penitenciaria que evidentemente existe pero que es solo la punta del icerberg del acecho del crimen transnacional que incluso se ha trasladado a los centros urbanos cobrando la vida no solo de miembros de las instituciones de seguridad ecuatorianas, de la población civil sino también de personajes públicos como el alcalde de Manta Agustín Intriago  y el candidato presidencial Fernando Villavicencio, acontecimientos que junto a los reiterados secuestros de guardias penitenciarios y otro cumulo de hechos decantaron en que el actual presidente Daniel Noboa asumiera el accionar de las organizaciones criminales como un asunto no solo de seguridad ciudadana sino de orden público, apelando a la militarización del conflicto a la par de una dura respuesta policial, militar, judicial y penitenciaria contra grupos criminales nacionales tales como los choneros, los águilas killers, los tiguerones, los lagartos y sus derivados que son vistos no solo como organizaciones criminales sino como organizaciones terroristas antiestatales.

Para entender la aguda crisis de seguridad ciudadana y de orden público en Ecuador, tenemos que primero adentrar en entender un factor determinante como lo es el cambio de percepción respecto a Ecuador por parte de organizaciones criminales propias y extranjeras quienes ya no conciben a ese país como una zona de tránsito de narcóticos y armamento sino como centro de acopio y distribución de tales menesteres como de dinámica de diferentes economías ilícitas.

Los puertos costeros del pacifico ecuatoriano región que comprende las provincias de Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Guayas y El oro; además de ser las regiones con los centros urbanos más violentos de Ecuador, son sin duda un escenario geográfico que compone parte de un corredor estratégico de una ruta del narcotráfico como la es la del arco del pacifico en la que los carteles mexicanos en apoyo de la criminalidad ecuatoriana y colombiana mediante procesos de tercerización criminal hacen llegar narcóticos a EEUU, Europa y Asia, factor geográfico que junto al insuficiente control marítimo el cual se degradó luego de la expulsión de la base militar estadounidense de Manta que tenía delegada la custodia del mar territorial ecuatoriano y en consecuencia la falta de copamiento estatal sobre la jurisdicción de dicha base y el litoral pacífico ecuatoriano derivaron en un descuido de la frontera norte en razón a que el esfuerzo principal de seguridad y defensa apela más la defensa del territorio de la frontera sur como consecuencia de la guerra del Cenepa con el Perú, generándose un ambiente atractivo para diferentes organizaciones criminales que vieron en la frontera norte del Ecuador el territorio para pelechar sus estructuras disputándose actualmente el control territorial, el control social, el control de las rentas ilícitas y portafolios ilegales como también el control de parte de la cadena logística del narcotráfico que concierne a Ecuador como lo es el ingreso-acopio y distribución de narcóticos, lo cual ha disparado la peor ola de violencia en ese país porque es una guerra entre organizaciones criminales como se dice es una guerra cruda, descompuesta y a muerte.

Ubicación estratégica:

Ecuador tiene tres regiones naturales y geográficas como lo son la región del pacifico, la región andina y la región amazónica; no obstante para su buena o mala fortuna tiene fronteras con Colombia país donde operan grupos criminales productores de narcóticos y con Perú país en donde operan no solo grupos productores de narcóticos sino también traficantes de armas de armas que sumado a la inyección de dólares por parte de los carteles mexicanos; configuran una regla de sangre y terror que decanta en consecuencia contra el pueblo ecuatoriano.

No solo el control territorial tiene disparada la violencia en Ecuador lo es también el control sobre el sistema o cadena logística que es parte de la estructura del narcotráfico decantándose enfrentamientos no solo por el control de la exportación de narcóticos y armas sino también el control sobre el blanqueo de capitales y lavado de activos que se facilita por la economía dolarizada, es por ello que el actual gobierno en cabeza de Daniel Noboa además de contener la amenaza narcoterrorista transnacional, tiene la inmensa responsabilidad de rediseñar una política integral de combate y lucha al crimen organizado y para ello es importante que se contemplen aspectos como el fortalecimiento de los servicios de inteligencia no solo militar y policial así como de investigación judicial, el rediseño de los organismos de justicia, el diseño de una política de sometimiento o acogimiento a la justicia, el reordenamiento de la política penitenciaria, el fortalecimiento y reingeniería de políticas preventivas en torno a evitar que la juventud caiga en la droga y el reclutamiento por parte de organizaciones criminales, la identificación y persecución de objetivos de alto valor estratégico del sistema de mando y control de las organizaciones criminales sino aun mas el control del flujo de capitales que sin duda alguna componen el sistema financiero de dichas organizaciones narcoterroristas transnacionales puesto que independientemente del paso del tiempo y la evolución de la criminalidad, lo que si se mantiene con el paso de las décadas es el modus operandi del crimen organizado en que primero infiltran y penetran con capitales calientes la economía de los países en los que se inserta, posteriormente buscan protección bien sea mediante la cooptación y corrupción de elementos en los organismos de seguridad y autoridades, a su vez seguidamente intentan cooptar las instituciones de control institucional y sin duda alguna también enfilan sus baterías a buscar establecer un sistema de apoyo político financiando campañas electorales.

Reconfiguración criminal:

Es evidente que la hermana república atraviesa un proceso de reconfiguración criminal (reacomodamiento) caracterizado en especial por hechos de sangre y de terrorismo entre organizaciones criminales que se están midiendo fuerzas lo que ha motivado a la disposición frontal del actual gobierno de combatir incluso bajo una perspectiva más de conflicto interno que de amenazas a la seguridad ciudadana a las bandas que han decantado dicha violencia, sin duda alguna la violencia narcoterrorista que vivencia Ecuador es una mutación del conflicto armado interno colombiano que de consecuencias colaterales ahora son frontales y directas, a ello se asume a que no es noticia vieja la incidencia de organizaciones criminales de diverso tipo en el Ecuador y más aún sobre el litoral o arco del pacifico que es una ruta del tráfico de narcóticos y de armas. 

Lo que es aún más cierto en medio de tan aciago panorama es que este fenómeno solo es el punto de ebullición de un fenómeno que se cocinaba desde recientes años anteriores en que iniciaron las incautaciones de grandes cantidades de dólares en efectivo como a su vez de armas y sustancias sicoactivas que daban indicios junto a los homicidios por ajustes de cuentas sobre todo en la región del pacifico, de que el crimen transnacional ya estaba insertándose en el Ecuador pese a que acechara desde mucho más antes, indicios que pueden llevar a deducir que el acecho del narcoterrorismo pudo haber crecido bien sea por la inacción de las autoridades y organismos de seguridad que a lo mejor no tuvieron la suspicacia de interpretar las señales que iba dejando a su paso el crimen organizado y tomar medidas para combatir sus intenciones o en su defecto si acaso se identificaron tales señales el crimen ha logrado corromper los organismos de seguridad del estado ecuatoriano que junto a una débil política de lucha contra el crimen organizado y muchos factores históricos han podido constituir un ambiente favorable a la criminalidad transnacional y para ello es necesario mirar hacia el pasado reciente.

 Antecedentes:

En la época del correismo es decir del gobierno de Rafael Correa, las otroras Farc en su proyección frustrada de tomar el poder por medio de la combinación de todas las formas de lucha creyeron haber encontrado un gobierno aliado asentándose en las regiones fronterizas entre Colombia y Ecuador, si bien dicho gobierno realizó operaciones militares y policiales contra este otrora grupo irregular, pocas veces se lograron resultados contundentes en razón a que por “políticas de la diplomacia de las FARC” la respuesta era evitar confrontación contra las fuerzas ecuatorianas en razón a “cuidar el área base” que a su vez en su momento fue “zona de retaguardia estratégica” como se pudo evidenciar con la presencia de alias Raúl Reyes quien fue neutralizado en Marzo de 2008 una acción conjunta de las fuerzas militares y la policía nacional de Colombia respectivamente cuando el cabecilla en mención se asentaba en territorio de la provincia de Sucumbios, situación de refugio favorecida por el apoyo soterrado de varios sectores políticos del correismo que en su ceguedad ideológica consintieron la presencia de las Farc como lo evidencia el hecho de que cabecillas como alias Simón Trinidad quien fue capturado se refugiara en Ecuador, situación que favoreció que redes de apoyo de tal grupo irregular en conjunto con carteles mexicanos empezaron a abrir una ruta de tráfico de estupefacientes y armas que pasaba precisamente por las regiones costeras del pacifico ecuatoriano conexa con el pacifico colombiano y el Putumayo, ruta creada con fines de exportar narcóticos a EEUU, Europa y Asia y de allí recibir armamento el cual fortaleció el poder de fuego de las Farc en departamentos colombianos como Nariño, Cauca y buena parte del Valle del cauca.

Coincidente con lo anterior también la dolarización de la economía ecuatoriana convirtió al país en un paraíso fiscal atractivo para la inserción de capitales oscuros y este fue el ápice para el asiento de organizaciones narcoterroristas que hoy asolan Ecuador y que se favorecen de una débil política de lucha contra el crimen que sin duda alguna se hizo más ineficiente con el gobierno de Lenin Moreno que en aras de reestructurar o “descorreizar” el estado ecuatoriano fusionó ministerios y secretarias evaporando la funcionalidad de organismos de seguridad y organismos de justicia entre ellos el sistema de inteligencia y contrainteligencia de los organismos de seguridad del Ecuador y con ello entonces los ojos de un estado y de un gobierno como lo es la inteligencia estratégica contribuyeron a que no se avizorara la amenaza transnacional para entonces en curso, así mismo desbaratando el sistema penitenciario y el sistema de justicia que junto al ineficiente control territorial en la frontera norte masificaron el accionar del crimen transnacional que se proyectaba fuera de Colombia.

La colombonización del conflicto Ecuatoriano:

Es también necesario examinar que parte de la situación compleja de seguridad del Ecuador y la estructuración colombianizada del crimen organizado en dicha república se empieza a cocinar primero lentamente tras la aparición de grupos postAUC que persitieron en Nariño y Putumayo luego de la desmovilización de las AUC (autodefensas unidas de Colombia) grupos que empezaron a operar en especial sobre los municipios fronterizos de esos dos departamentos con provincias de la frontera norte de Ecuador tales como Esmeraldas, Sucumbios y Carchi sirviendo de vanguardia  incluso a capos del entonces cartel del norte del valle como alias comba cabecilla de los rastrojos estructura narcotraficante que es caracterizada por ser derivada del bloque calima de las AUC; a ello sumémosle lo que iba sucediendo desde 2006 en adelante sino también desde 2017 y años posteriores en el sur y suroccidente colombiano luego de la dejación de armas del grueso de las FARC grupo irregular del cual quedaron estructuras activas o residuales algunas agrupadas en el comando coordinador de occidente del conocido estado mayor central es decir las FARC de Gentil Duarte e Iván Mordisco, los no alineados como la Oliver Sinisterra, los contadores, el frente  Stiven Gonzales, los de sábalo, guerrillas unidas del pacifico entre otras estructuras que se hacen llamar FARC y también los rearmados representados principalmente en la segunda marquetalia conocida como las FARC de Iván Márquez que hace presencia con varias estructuras agrupadas en torno a la coordinadora guerrillera del pacifico; grupos residuales enfrentados entre sí que junto a otros actores como el ELN y las AGC para la zona en cabeza de alias Matamba entre otros actores no solo GAO (grupo armado organizado) sino GDO (grupos delincuenciales organizados) muchos de ellos postAUC; iniciaron una guerra entre ellos mismos muy acentuada desde el sur del Valle del cauca, pasando por el Cauca y Nariño como también en el Putumayo, guerra por controlar integralmente la salida al mar pacifico; la cual incluso traspasó la frontera generando estragos específicamente en el pacifico ecuatoriano como lo fue expresado con mayor resonancia en la muerte de tres periodistas ecuatorianos y en el terrorismo de alias Guacho sobre la región de Esmeraldas con sus atentados terroristas a instalaciones policiales entre otros sucesos que conllevaron a que las FARC fueran vistas como un actor hostil y por ende obligaron a que la dirigencia politicoadministrativa ecuatoriana para la época de 2018 en manos de Lenin Moreno, rompiera la tesis del correismo de no involucrarse en el conflicto armado interno colombiano procediendo entonces a combatir con decisión a las FARC lo cual junto a otras señales como lo fueron los homicidios mediante la modalidad de sicariato, la incautación de narcóticos, armamento y grandes sumas de dólares como también la captura de diferentes personas ligadas a la criminalidad organizada local y extranjera entre otros; daban señales de que el monstruo del crimen transnacional estaba expandiendo sus tentáculos en la hermana república del Ecuador, señales que no interpretó el gobierno corporativo de Guillermo Lasso quien pasó de largo en la historia como el gobierno que hubiese podido contener la amenaza narcoterrorista andante pero quien no tuvo voluntad política contundente para ello más allá de emitir estados de excepción y de permitir que los ciudadanos tuvieran condiciones de flexibilidad para portar armas, muchas de ellas seguramente robustecieron el sistema estructural de las organizaciones narcoterroristas que hoy asolan al pueblo e instituciones ecuatorianas.

En Colombia bajo la presidencia de Gustavo Petro el enfoque de la lucha antidrogas además del componente gubernamental, jurídico,  militar y policial; se ha enfocado además en la prevención y en el enfoque de salud pública también en la interdicción terrestre, fluvial, marítima y aérea de los cargamentos de drogas y armas, razón que junto a la disputa constante entre actores armados en la región del sur y suroccidente colombiano; ha generado que se configure un ambiente volátil el cual han querido evitar los carteles mexicanos en especial de Jalisco nueva generación y de Sinaloa quienes en su han enfocado sus miras hacia fortalecer la ruta del arco del pacifico ya no desde el pacifico colombiano sino desde el pacifico ecuatoriano lo cual les sale menos desgastante y más rentable y ello es sin duda prueba del acecho del crimen transnacional que ha fomentado el envalentonamiento de la criminalidad local ecuatoriana.

¿Se puede hacer algo?

En ningún país donde se ha generado el fenómeno hibrido y simbiótico entre el narcotráfico y el terrorismo ha triunfado alguna de estas estructuras y han doblegado al estado. Puede que los costos políticos, económicos y sociales de la lucha contra el crimen organizado sean altos. Algunos países optan por salidas militaristas, otros por salidas bajo el enfoque policial y de seguridad ciudadana, otros salidas negociadas, otros la combinación de muchas opciones unas más represivas que otras pero siempre los estados han doblegado al crimen aunque este genere estragos con el terrorismo, intentando cooptar instituciones, genere corrupción y trate de degradar la estructura social de un país entre otras situaciones.

Si bien el esfuerzo del presidente Noboa es loable en el entendido de que es un esfuerzo reactivo, es necesario destacar que más allá de pasos necesarios que seguramente podrían tomar está demostrado que más allá del endurecimiento penitenciario y de la militarización de un asunto por excelencia policial y de seguridad ciudadana lo fundamental es construir una estructura de seguridad en dicho país que seguramente podría partir de algunas medidas eficientes en el tiempo como lo son la acción conjunta, combinada, coordinada e interagencial a nivel militar y policial, la reingeniería de la inteligencia estratégica-operacional y táctica tanto militar como policial y civil, el fortalecimiento de los organismos de investigación judicial, el rediseño de los organismos de justicia, el fortalecimiento de la interdicción de cargamentos de narcóticos y armas, el reordenamiento y endurecimiento de la política penitenciaria, el fortalecimiento y reingeniería de políticas preventivas en torno a evitar que la juventud caiga en la droga y el reclutamiento por parte de organizaciones criminales, la identificación y persecución de objetivos de alto valor estratégico del sistema de mando y control de las organizaciones criminales y la persecución e intervención del flujo de capitales y finanzas sospechosas que alimentan el sistema logístico de las estructuras criminales, la posible y futura política de sometimiento a la justicia individual o colectiva de estructuras criminales, entre otras que permitan crear una cultura y perspectiva de seguridad del estado ecuatoriano.

En síntesis esta oleada de narcoterrorismo es posible derrotarla en la medida en que haya una voluntad política de rediseñar la estructura y cultura de seguridad pero dentro de ello es vital fortalecer la relación entre el estado, los organismos de seguridad y de justicia y también la sociedad civil puesto que este tipo de relación genera cohesión social entendiéndose que el estado es la suma de un gobierno, de un pueblo-nación y del territorio y sin esa sincronía no es posible derrotar a una amenaza que no solo amenaza al pueblo ecuatoriano, a las instituciones ecuatorianas sino que amenaza la soberanía de la república del Ecuador y pretende someterla a la tiranía del crimen.

 Autor: Manuel Ibarra – analista e interesado en temas de defensa, seguridad y criminalidad.

Contacto: whatsapp 3136842206

correo:[email protected]

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