Manejar las emociones es importante para la salud mental
La situación actual de aislamiento preventivo por causa del covid-19 nos ha llevado a cambiar hábitos y costumbres de nuestra vida cotidiana, hemos tenido que implementar nuevas estrategias de adaptación laboral y familiar en pro del cuidado de la salud de todos.
Pese a ello un gran problema de estas medidas radica en que los seres humanos somos gregarios por naturaleza, es decir que necesitamos de ciertos vínculos con el exterior para poder de manera socio afectiva mantener una salud mental, pero cuando se presenta la perdida de estos espacios sociales o incluso la perdida de algo material como el trabajo o un sueldo, este escenario en las condiciones actuales puede generar toda una crisis, pues las medidas de distanciamiento social y afectivo rompen los lazos de apego y seguridad emocional, creando un proceso al que tradicionalmente llamamos duelo.
Según el especialista Jeison Andrés Cárdenas Gómez líder de la Unidad Nacional de Duelo de Grupo Recordar, un duelo se debe vivir para aprender a soltar lo anterior, pues perder es dejar algo atrás para entrar en otra situación donde debe haber algo nuevo, pero el cambio conlleva una adaptación que para la mayoría de personas no se vive de la misma manera.
El proceso en general se conoce como “elaboración del duelo" y es una etapa necesaria en cualquier tipo de perdida para que una persona pueda creer y confiar en que se puede seguir adelante y que sus posibilidades de avanzar continúan. El duelo no solo se vive a través de la muerte sino también por el cambio, por una obligatoriedad de seguir adelante.
La elaboración de duelo incluye también las renuncias conscientes e inconscientes de los sueños y las ilusiones de libertad, de poder y de seguridad, en esta categoría también entra la pérdida de un espacio laboral, aquella individualidad que se creía segura para para la calidad de vida y de la cual ahora muchos han tenido que modificar o llegar a temer su estabilidad.
Para saber manejar todo tipo de procesos el psicólogo y especialista Jeison Cárdenas expone que hay diferentes etapas por las que pasan las personas en medio de cualquier crisis: por fallecimiento, pérdida laboral, inestabilidad emocional o cambio abrupto de una situación de confort. Es necesario aclarar que estas etapas se viven en maneras y tiempos diferentes, pero sea el tipo de duelo que sea, debe pasar por toda una elaboración para ser superado, dichas etapas son:
La Negación
Se caracteriza porque la persona no acepta la realidad (de forma consciente o inconsciente). Esto ocurre como mecanismo de defensa y es perfectamente normal. De esta manera, el individuo reduce la ansiedad del momento, pero al mismo tiempo no asimila que ha ocurrido un cambio en su cotidianidad. Esta etapa se aplica a casi todas las dimensiones de la vida diaria
La Ira o culpa
La crisis puede causar en una persona ira o rabia por la frustración de no poder controlar la situación, lo que normalmente lleva a buscar culpables. Se puede manifestarse de diferentes maneras, que van desde la culpa personal hasta la de los demás y, puede proyectarse contra personas, animales o cosas. Esta etapa es muy sentimental ya que las emociones están en pugna con los pensamientos racionales y también se aplica a la mayoría de dimensiones sociales.
La Depresión
A diferencia de las anteriores, la depresión no es un estado emocional, sino anímico, el cual puede ser leve o grabe y se puede considerar un problema de salud mental. El impacto de la pérdida de alguien cercano puede llevar a una persona a una situación muy dolorosa, que viene acompañada de una enorme tristeza y una crisis existencial, al darse cuenta de que esa persona desaparece de su vida. Lo mismo sucede con el despido de un trabajo o la perdida de una seguridad financiera.
En la situación actual de muchos colombianos en home office, la pérdida de su espacio laboral destinado a su trabajo y los síntomas se pueden asemejar a un trastorno depresivo, que se evidencia en falta de sueño, cambio en los hábitos de alimentación, estrés y menos tolerancia al ambiente, sensación de mayor carga laboral y sobre todo una desarticulación de horas laborales y horas personales.
La Negociación
En esta etapa, el dolor o malestar lleva de manera consiente a buscar una negociación ficticia o simulada, es decir, muchas personas que se enfrentan a la realidad pese a estar afectados por una crisis, intentan superar de manera racional la situación con argumentos que disminuyan la gravedad de la situación, para no afrontar directamente el problema, sino dejarlo de lado para poder continuar. Esta etapa es esencial pero hay personas que todo lo negocian y ahí ya hay un problema de autoestima, pues no afrontan metas y cualquier cosa negativa los puede hacer cambiar de rumbo o proyecto, por ende pierden la capacidad de esfuerzo y dedicación.
La Aceptación
Sucede cuando de manera consiente se asimila la crisis, que aunque dolorosa depende de los procesos de cada uno, al aceptarla antes o después. Esta etapa depende de la capacidad de resiliencia, ya que no es una etapa que represente alegría, sino más bien desapego emocional y comprensión de lo que puede haber sucedido. Si la persona pasa mucho tiempo en proceso de duelo y no acepta la situación, es necesario que busque ayuda psicológica para superarlo.
Es importante resaltar que, para la transcendencia del duelo, por muy doloroso y complicado que resulte, este se convierte en una oportunidad para nuestro crecimiento personal y realización, para nuestra salud mental siempre y cuando seamos capaces de afrontarlos y de integrar la correspondiente pérdida. Grupo Recordar recomienda no intentar escapar del dolor, sino entender que siempre habrán obstáculos y perdidas de todo tipo en la vida, por ello hay que saberlo manejar y continuar.
