Los narcotraficantes usan todo lo que esté a su alcance para transportar la droga que producen: seres humanos, juguetes, reliquias, animales y ahora la camuflan en piñas costarricenses. Así lo denuncian empresarios del país centroamericano, quienes ven cómo su producción es utilizada para llevar el alcaloide a destinos en Estados Unidos y Europa.
Según Cristian Herrera, un costarricense que produce la fruta, la problemática se viene presentando por la falta de control estatal, representado principalmente en el pie de fuerza tan reducido con el que cuenta el país.
“Creo que el narcotráfico nos ha agarrado desprevenidos a todo el país, un país sin ejército, sin mayor fuerza militar, con una población bastante confiada”, expresó.
La piña es el segundo producto agrícola que mayores rentas le genera a Costa Rica detrás del banano. Son cerca de 45 mil hectáreas las sembradas con esta fruta durante 2018. Un aumento significativo si se compara con años anteriores. Según los expertos, muchas de las nuevas plantaciones están en manos de personas que se prestan al juego de los narcotraficantes.
“La producción prácticamente ha sido acaparada por los grupos narcos. La anatomía de la piña también permite hacer los cortes y hacer la introducción de la droga”, explicó el director de la Policía de Control Fiscal, Irving Malespín.
Por su parte, el exdirector del Servicio Fitosanitario del Estado, Francisco Dall’Anese, culpa a la saliente viceministra de agricultura, Ivannia Quesada Villalobos, por el aumento del narcotráfico en Costa Rica.
“No se está revisando contenedor por contenedor ni se está certificando a nadie en las fincas para que haga esa certificación. Hay que empezar con los productos con más riesgos: raíces, tubérculos que no tienen a nadie que los controle. La responsabilidad que no se haya hecho tiene nombre y apellido y es la viceministra Ivannia Quesada, que obstaculizó todo lo que pudo para que el servicio no fuera más eficiente”, sostuvo Dall’Anese.
El presidente electo de Costa Rica, Carlos Alvarado, se comprometió a detener las irregularidades que se presentaron en el gobierno anterior en materia de lucha antidrogas. Uno de los primeros pasos que propuso el novel mandatario es promulgar la ley de extinción de dominios que le daría dientes al Estado para quitarle a los narcotraficantes las extensiones de tierras que están utilizando para el cultivo de piña que luego rellenan de droga.
“Hay que avanzar en la aprobación de la ley de extinción de dominio, hay una discusión sobre las garantías que es una de las apreciaciones legales, pero mi posición es que debemos avanzar en la aprobación de esa ley, debemos evacuar las dudas en esas garantías” manifestó Alvarado.
Mientras eso sucede los empresarios de la piña en Costa Rica ven cómo su producto en muchos casos no termina en los supermercados de las ciudades norteamericanas o europeas, sino que va a parar a bares, discotecas o antros donde no se come, se absorbe.
