El día de ayer, se jugaba en Madrid, una edición más del clásico del fútbol español. En la cancha del coqueto estadio Santiago Bernabeu, de la capital del país europeo, 22 jugadores del Barcelona y Real Madrid, disputaron un partido apasionante para cualquier amante del fútbol, como yo; pero hasta ahí no más, para los que vivimos de este lado del mundo. Finalmente, es una fiesta de ellos, para la que no tenemos invitación.
A través de las redes sociales, millones de colombianos demostraban su constante seguimiento, al partido en el que las figuras rutilantes, eran CR7 y Messi. Hasta ahí todo bien. Después del pitazo final, ya no todo estaba bien en Twitter y Facebook. Muchos compatriotas, expreseban su total "amor", a cualquiera de los dos equipos, e inclusive mis ojos tuvieron que ver varias "discusiones fuertes", acerca de la legitimidad del penal sobre Neymar, que fue determinante en el rumbo del cotejo. Partamos de lo simple: Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, o por lo menos eso dicen las abuelas en mi país, que tanto extraño y valoro. Acepto totalmente que se haya visto el juego, pues es, hoy por hoy, un evento "mundial"; lo que mi cerebro no puede procesar, plenamente, es que uno de nosotros, pueda ser hincha fervoroso de alguna de las instituciones deportivas españolas. Esto demuestra una vez más, nuestra falta de identidad, de la que tanto hablo y por la qué tantos insultos, se ha llevado mi señora madre, salidos de la boca de quienes leen mis columnas.
Ayer, antes del partido, dudo que un porcentaje superior al 5% de la población colombiana, haya estado almorzando caracoles a la madrileña o unas exquisitas espinacas a la catalana. También, sé que es muy poco probable, que más del 10% de los "hinchas" colombianos, de los equipos dirigidos por Ancelotti y Martino, hayan tenido alguna vez en sus bolsillos un Euro. No creo que muchos, de ese mismo grupo de personas, sepan quién fue Santiago Bernabeu o por qué los catalanes no se autoconsideran españoles. Más allá de gracioso, es triste ver a un montón de costeños, paisas, caleños y rolos sufrir, con sus camisetas (en pocos casos originales), por la definición de la Liga BBVA. A propósito ¿Sabían qué esa sigla significa Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y qué por consiguiente es una redundancia, absurda, decir "Banco BBVA"? Error que cometen, muchos, en el país, cuando hacen referencia a la entidad española. Por supuesto, todos los bares, cantinas, cafés y tiendas del país, donde había Directv, tenían sintonizado el canal de televisión, donde unos argentinos, relataban y comentaban el partido. Hasta ahí, lo más cercano a nuestra hermosa patria, es la presencia en la cancha del novio de Shakira.
Muchos de los que peleaban por defender a Messi o Cristiano Ronaldo, lo hacían con un aguardiente, Poker o Águila en la mano. Bebidas, que seguramente nunca vayan a estar en la garganta de algunos de los ídolos nombrados anteriormente. ¿Creeran ellos que un Deportes Tolima-Atlético Huila, es visto en alguno de los bares de la calle Zorita en Madrid? ¿Alguien a orillas del mediterráneo, tendrá idea de que existe un cuadro de fútbol llamado Boyacá Chico? Con total sinceridad, puedo meter mis manos en un horno, asegurando que no es así.
En conclusión, solamente quiero dejarles esta pequeña reflexión en la cabeza. Estoy seguro, que cientos de ustedes, se va a indingar y otra vez doña Hilda, va a recibir una cantidad de groserías, por culpa del trabajo de su hijo. Los que lo entiendan, en buena tónica, espero que empiecen a disfrutar de estos partidos y tal vez, hasta se rían más adelante, cuándo se den cuenta de lo patetico que es ver a un ciudadano oriundo de Villavicencio, Bucaramanga o Pasto defendiendo a Iniesta o Sergio Ramos. Ojalá, todos esos que recitan de memoria los nombres de esas estrellas del fútbol mundial, pudieran al menos decirme, sin dudarlo, las capitales de los 32 departamentos del país o decirme los nombres de los últimos 10 presidentes de la República. Ojalá que nos preocuparamos tanto, cuándo haya una reforma a la salud en el congreso. Ojalá nos informaramos tanto, cuándo haya que votar para elegir a congresistas, alcaldes, gobernadores y concejales. Esos temas, si nos tienen que importar. La vida de Iker Casillas y Dani Alves, en realidad no nos aporta nada como país.
