Nos acostumbramos como sociedad a resolver los problemas de manera aislada y pocas veces discutimos nuestros problemas de manera integral. Voy a ir al grano: el parqueo en nuestras ciudades. Durante los últimos meses he venido leyendo diversos artículos, opiniones y acciones sobre el tema. Primero estuvo de moda la tarifa y muchos ciudadanos y periodistas – así no tuvieran carro – mostraron su preocupación por los supuestos cobros elevados de parqueo en la ciudad.
Luego vi al Concejal Juan Carlos Flórez sacar pecho por un Proyecto de Acuerdo que protege a los dueños de vehículos frente a robos cuando su vehículo está en un estacionamiento.
También vi cómo la ciudadanía en Medellín se tomó algunos andenes de la ciudad para recuperar el espacio público de las garras de los vehículos privados.
El tema no es trivial, pues nuestras ciudades enfrentan complicados problemas de movilidad que en la discusión terminan solucionándose con las herramientas de siempre – más Transmilenio, más Metro, más vías, etc. – Dejamos atrás otras soluciones que como complemento pueden ser determinantes para mejorar la calidad de vida en nuestra ciudad. Además son en términos relativos muy económicas y pueden generar recursos; sin embargo son soluciones que necesitan una fuerte voluntad política y entender que en movilidad no existen soluciones mágicas, sólo el concurso de varias estrategias permitiría mejorar la situación actual, los expertos le llaman a esto Administración de la Demanda de Transporte.
Pero volvamos al tema ¿Son las tarifas de parqueo en la ciudad costosas? Ayuda la generación aislada de normatividad sobre el tema, debería la ciudadanía recuperar el espacio público. Mi respuesta a estas tres preguntas es lapidaria: No. Hoy la ciudad cuenta con cerca de 1.400.000 vehículos privados y más de 400.000 motocicletas. Entre estos 2 modos de transporte se hacen cerca del 15% de los viajes diarios en la capital. Los que saben de movilidad afirman que pase lo que pase durante los próximos 10 años seguirá aumentando el número de vehículos. ¿Dónde vamos a guardar todos estos vehículos? ¿Debe ser el parqueo gratis? Cuando hablamos de tarifa y decimos que es costosa ¿Estamos hablando en nombre de quién, de los conductores o de la ciudad? ¿Vamos a seguir permitiendo que cualquiera pueda abrir un parqueadero sin control alguno? ¿Vamos a seguir campantes mientras los carros continúan invadiendo el espacio que es público y de todos los ciudadanos?
Dejemos algo en claro: el carro no es nuestro enemigo es nuestra incapacidad de saber cómo y cuándo usarlo. Todos tenemos derecho a tener un vehículo, pero también tenemos el deber de asumir los costos asociados a tener uno, los cuales no se reducen simplemente a los costos asociados a su uso sino también a su tenencia que son los que tiene que pagar la sociedad.
Nuestra ciudad necesita una política de parqueo que refleje los intereses de la ciudad no sólo de unos pocos, sino mire lo que pasa hoy con el tema Uber. Una política que en principio consideré la tarifa en función de una política pública de desincentivo del uso del vehículo, que reglamente el parqueo en vía, que obligue a los parqueaderos a generar información pública para que la administración distrital pueda planear mejor y que le permita a los conductores tener información sobre disponibilidad de cupos, por ejemplo; una política que exija altos estándares para construir y operar estacionamientos que aprovechen el espacio de manera eficiente, una política que cobije a todo tipo de parqueaderos, en vía y fuera de esta, asociados a un uso, estacionamientos asociados a la vivienda, etc., una política que establezca mecanismos de control y sanción claros por la invasión del espacio público.
Si nos sentáramos como sociedad a discutir nuestros problemas viendo la magnitud real de estos y colocando sobre la mesa todos los instrumentos disponibles para su solución y si el bien común de verdad prima sobre el bien particular la solución a los problemas de la movilidad está en nuestras narices.
@jfrancop
