La intelectualidad está secuestrada por la izquierda. Sólo despotricando contra Uribe y contra los periodistas que no son afines a Petro se podrá ser influyente. La señora Dávila es desde noviembre directora de la revista más tradicional del periodismo colombiano. No voy a opinar sobre lo que significaba Semana antes de que llegaran los Gilinski, eran los decanos de la información nacional, el sueño de todo estudiante de periodismo. Por cosas de la vida y de los negocios, la revista no supo acomodarse a los tiempos que nos tocan y tuvimos que aceptar que Felipe López le vendiera a un grupo económico la revista.
El punto es que los nuevos dueños han querido dar un viraje y ahí están, disputándole el primer lugar de los medios más leídos a El Tiempo. Todo eso en unos cuantos meses. Aumentar las suscripciones, el objetivo que tenía López, es una utopía en un mundo en donde el papel ha cedido en importancia a lo digital. Así que a punta de redes sociales y de entrevistar a todo el mundo, Vicky, con su estilo, ha sabido inclinar la balanza.
Y esto no le han gustado a los santos patrones del periodismo nacional, los Coronell, los Ackerman, los que creen que son impolutos, faros morales, y fomentan un matoneo indeseable en redes sociales bastante cargada de misoginia. ¿Qué se creen? ¿Ellos no son sesgados teniendo en la agenda un único tema: destrozar a Uribe? Y lo patético es la gente que los sigue como corderos de secta, respaldando cada acusación así no tengan pruebas. Por eso, si quieres ser popular en redes sociales nada más fácil que despedazar a Vicky, como si ella no tuviera derecho a pensar distinto, como si no pudiera triunfar con su método, con sus ideas. Despreciable eso de no tener colegaje, de hablar desde la herida, porque el señor Coronell salió de Semana y lo ético sería no hablar de la Revista donde alguna vez se trabajó, se ve feo, es grosero, moralmente inadmisible.
Le seguirán pegando a la señora Dávila porque eso es proporcional a los likes que pueden obtener los que están sedientos de reconocimiento destrozando la dignidad y las carreras de trabajadoras incansables como Vicky.
