Me refiero a casi 200 municipios de los 1113 que están organizados en la actualidad, los cuales han vivido en carne propia la violencia y demás fenómenos del conflicto armado.
La paz debe llegar a esos municipios para transformarlos en todos los ámbitos.
Mucho depende de quienes ostentan el liderazgo en las regiones donde se encuentran dichas células básicas del Estado y sus instituciones.
La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, es la primera autoridad departamental que toma la iniciativa de proyectar una estrategia y un modelo territorial de paz.
En efecto, de la mano del Secretario de Paz y Reconciliación del Valle del Cauca, Fabio Cardozo, conjuntamente con las Naciones Unidas se ha diseñado y se implementa en la actualidad una muy importante estrategia para ejecutar los acuerdos de paz en el territorio vallecaucano.
Llamo la atención sobre lo que está en curso en este importante departamento del país porque bien puede ser el modelo que sirva a otras regiones en su compromiso de contribuir a la construcción de la reconciliación.
Es mejor que los departamentos tengan una institucionalidad enfocada en la paz a que sean indiferentes a la misma, a que la saboteen o a que su prioridad sea el conocido discurso de la seguridad policial y el control violento de la población como se presenta en otras regiones, y no cito casos concretos para evitar la polémica inútil.
El modelo territorial de paz que lidera con mucho tino Fabio Cardozo y su equipo de trabajo, obviamente con el apoyo de la Gobernadora Dilian y el seguimiento de los dirigentes regionales de las Farc, plantea como objetivo principal promover una cultura de paz y reducir el uso de la violencia como medio para tramitar los conflictos, transformándolos para una gestión no violenta.
De una manera más específica, la gestión territorial de la paz en el Valle del Cauca se enmarcara en el proceso de implementación del Acuerdo de Paz firmado con las Farc y busca responder a las nuevas dinámicas que plantea la paz: una mayor integración de los territorios, una mayor inclusión social y el fortalecimiento de la democracia ampliada.
Un cambio cultural para la paz
Se trata de un gran proyecto de cambio cultural, de mediano y largo plazo, orientado a la reforma del modo como se tramitan los conflictos, que excede el marco temporal de un período de gobierno, y que debe constituirse en un propósito que incluye en torno a la paz a las instituciones gubernamentales y a los distintos actores sociales y comunitarios por un período de 10 a 15 años.
Dicho proyecto de transformación cultural demanda la reorganización de las instituciones y la construcción de una nueva red institucional, la gestión comunicacional orientada a transformar los imaginarios individuales y sociales, y la gestión concertada y coordinada de los actores institucionales, sociales y comunitarios en torno a la construcción social de la paz en el territorio valluno.
En ese contexto, el modelo plantea los cambios que se considera necesarios para la transformación cultural, en dos sentidos: i) La transición de una sociedad en situación de guerra a una sociedad en situación de paz, mediante la transformación de los imaginarios y la visibilización del contenido de la lucha por la paz; y ii) La transformación de los conflictos, que no su eliminación, de manera que su trámite se desarrolle sin apelar a la violencia, con reconocimiento de y respeto al otro, pues siempre existirán conflictos en la vida social y colectiva, lo importante es aprender a tramitarlos sin acudir a la violencia.
Objetivo del modelo valluno de paz
El objetivo es consolidar un arreglo institucional y comunitario que contribuya a y concurra en la implementación del Acuerdo de Paz y promueva la construcción de una estrategia regional y de estrategias locales de Paz Territorial, generando una institucionalidad pública y comunitaria eficiente, abierta, transparente, participativa, con goce efectivo de derechos, y vinculando en este proceso a los a los distintos actores sociales del territorio.
El modelo se basa en una subregionalización previa.
Campos políticos de trabajo
El mismo se estructura en siete campos:
Primero: Nueva Arquitectura Institucional y Comunitaria para la Paz y la implementación del Acuerdo de Paz. Este componente provee las condiciones para el adecuado desempeño de los otros cuatro, y se estructura en dos ejes. El primer eje tiene por objeto el fortalecimiento del conjunto de las instituciones de gobierno y de las instancias de interlocución entre el gobierno y la sociedad civil; el segundo se orienta a la construcción y/o fortalecimiento de capacidades de las organizaciones sociales y comunitarias.
Segundo: Restitución de Derechos y Reparación a las Víctimas del conflicto armado. Se centra en el fortalecimiento de las capacidades institucionales para la atención y reparación a las víctimas del conflicto mediante la implementación de la normatividad vigente, y de las capacidades para la implementación de los elementos contenidos en el Acuerdo de Paz. Se estructura en dos ejes: i) Fortalecimiento de los espacios de participación y autogestión; y ii) Implementación de la Política Pública: Prevención y protección, Atención y asistencia, Reparación integral y Verdad y Justicia.
Tercero: Reincorporación, Reconciliación, Seguridad y Justicia. Se orienta a la construcción de capacidades para el acceso a la justicia formal y no formal presentes en cada municipio, a la reconciliación y a la reincorporación comunitaria de los(las) excombatientes. El primer eje, Justicia Restaurativa y Convivencia, se refiere al acceso a la justicia restaurativa, la reincorporación comunitaria y la presencia de la administración de justicia en las zonas rurales en conflicto y en las zonas urbanas marginales. El segundo eje, Seguridad, a la garantía de la seguridad en las zonas anteriormente afectadas por el conflicto, ante el riesgo de llegada de nuevos ciclos de violencia, y en las zonas urbanas marginales. El tercer eje, Reincorporación comunitaria de los(las) excombatientes, se refiere al fortalecimiento de las capacidades territoriales para la reincorporación de los ex combatientes.
Cuarto: Territorios Sostenibles y Productivos de Paz. Enfocado primordialmente en la implementación de la Reforma Rural Integral en el territorio. El primer eje se orienta al fortalecimiento de las capacidades institucionales, sociales y productivas de las administraciones territoriales y de las comunidades rurales afectadas por el conflicto, para la promoción e implementación de una estrategia socio-productiva para la paz territorial en los municipios, y el segundo al fortalecimiento de las capacidades territoriales para la gestión ambiental y el ordenamiento territorial.
Quinto: Fortalecimiento de la democracia. Su principal objetivo es fortalecer en el territorio las condiciones para la apertura democrática necesaria para construir la paz y para fortalecer la democracia mediante la ampliación de la participación política. El primer eje se orienta al otorgamiento de los derechos y garantías para el ejercicio de la actividad política. El segundo eje se centra en el fortalecimiento de los movimientos y organizaciones sociales para la participación directa. El tercer eje se refiere a la promoción de los nuevos liderazgos políticos para la convivencia y la sostenibilidad de la paz territorial, otorgando especial prioridad a las organizaciones de mujeres, y a las formas organizativas campesinas, indígenas y afrodescendientes y con énfasis en las zonas afectadas por el conflicto armado y en las zonas urbanas marginales.
Sexto:Comunicación, Educación y Cultura para la Paz. Busca fortalecer las capacidades institucionales para la formulación e implementación de una Estrategia Departamental y Local de Educación y Cultura para la paz. Se orienta a la promoción de una cultura para la paz basada en el pluralismo, la convivencia, la tolerancia y la no estigmatización, que aseguren condiciones de respeto a los valores democráticos y el respeto a quienes ejercen la oposición política. También a consolidar las capacidades institucionales para difundir y arraigar en la población vallecaucana la memoria histórica, la identidad cultural y la cultura como elementos de pertenencia, incorporando el tema de la paz, la reconciliación y la convivencia en las distintas manifestaciones artísticas. Se orienta igualmente al fortalecimiento del papel de los medios de comunicación, institucionales y comunitarios, en la promoción de la paz, la convivencia y la reconciliación.
Séptimo: Garantía de los derechos humanos. Tiene como objetivo incorporar en la gestión pública del departamento y en la implementación del Acuerdo de Paz, el Enfoque Basado en Derechos Humanos (EBDH). Está estructurado en dos partes: la promoción y protección de los derechos humanos, y la defensa y garantías de los derechos humanos.
La estrategia de paz valluna contiene igualmente la presentación del modelo desde la perspectiva de equidad de género, la cual tiene como objetivo desarrollar el papel clave de la mujer en el gran proyecto de transformación cultural, de mediano y largo plazo, orientado a la transformación de los conflictos.
Se incorpora desde luego la perspectiva étnica y cultural indígena y afrodescendiente en el modelo, orientada a generar las garantías para el cumplimiento de los derechos humanos y colectivos de estos dos grupos poblacionales, de acuerdo con sus propias aspiraciones, intereses y cosmovisiones, en el marco de la implementación del Acuerdo de Paz y de la gestión territorial para la paz. Para ello, se adoptan los principios, las salvaguardas y garantías contemplados en dicho acuerdo.
Paz urbana
Hay una referencia para la implementación de la paz urbana, con respecto a lo cual se plantea que todos los componentes que estructuran el modelo de gestión territorial para la paz se han pensado de manera que puedan ser aplicados tanto en los ámbitos rurales como en los ámbitos urbanos, y que el único elemento a complementar es el pertinente al desarrollo de los territorios urbanos sostenibles y productivos para la paz.
Debe resaltarse el carácter dinámico y cambiante de la estrategia de implementación del modelo, y aún de la estructura del mismo, dado que la generación de los efectos e impactos derivados de su implementación depende de la intervención de múltiples actores. El seguimiento y evaluación sistemática y continuada de los efectos del Modelo proveerá los insumos clave para la adaptación de la estrategia de implementación o, incluso, la estructura del mismo.
Ya están en curso acciones muy concretas de este modelo en las zonas rurales de Tulúa y Buga, en la Cordillera Central, en Florida, en Buenaventura y en las comunas de Cali con los mayores índices de violencia.
Para la paz en el Valle del Cauca los funcionarios se han asociado, además de la ONU, con una agencia de cooperación norteamericana. Con la Corporación Paso Colombia que lideran Juan Fernando Lucio y Fernando Cruz, muy comprometidos en armar una nueva Era de reconciliación en la región.
Nota. Oportuna la intervención del Presidente Juan Manuel Santos para garantizar la transparencia en el manejo de los recursos del Fondo Colombia en paz que provienen de la cooperación internacional de Suecia, Noruega y Austria.
