Alrededor de 1.564 familias de los barrios Aguas Claras, La Cecilia, Gran Colombia, Laureles S. O, Manila, Montecarlo y San Cristóbal Alto están en riesgo de desalojo por parte de la administración de Enrique Peñalosa. Ya se ha empezado a realizar corte de servicios y de subsidios distritales a familias cuyos predios han sido incluidos en zonas de riesgo no mitigable.
La administración aduce que buena parte de los barrios se encuentran en riesgo ya sea por remoción en masa, por estar en ronda de río, reserva forestal, o por el paso de líneas de alta tensión. Sin embargo, los estudios que han recibido los líderes de la comunidad no explican satisfactoriamente las supuestas afectaciones. Mientras tanto, tampoco han sido atendidas las propuestas que se han planteado con el fin de evitar reasentamientos de familias, los cuales hasta ahora han resultado en expulsión hacia la periferia de la ciudad, a zonas sin acceso a servicios como educación, transporte, salud, recreación y que han ocasionado la ruptura de lazos sociales construidos tras más de 40 años de habitar el territorio.
Los barrios del Alto Fucha son el punto de entrada a la reserva hídrica y ambiental que incluye el Páramo de Cruz Verde, que serian objeto de intervención por parte de los planes de la administración Peñalosa, los cuales contemplan convertirlos en espacio para el consumo de turismo, con equipamientos ambientalmente absurdos, como un cable aéreo para llevar turistas directamente al santuario ecológico. Mientras tanto, el proyecto de un cable aéreo para la movilidad de la comunidad de San Cristóbal, previsto por la administración de Gustavo Petro, fue cancelado.
La preocupación de la comunidad se hace mayor por cuanto si han aparecido proyectos y mapas futuros, en los que desaparecen los barrios, para dar paso a la infraestructura del proyecto del parque lineal del río Fucha y del sendero de las mariposas, al rededor de los cuales se plantean grandes proyectos inmobiliarios. Así pues, más que un problema de riesgo, la comunidad denuncia que parece haber en marcha un proceso de gentrificación de todo el borde oriental de la ciudad.
La Comisión en Defensa del Territorio Fucha, integrada por la comunidad, a propuesto la permanencia de los barrios y sus habitantes a través de su transformación en ecobarrios. Esto es la construcción de viviendas y equipamientos con materiales alternativos al concreto y al acero, la consolidación de huertas urbanas, la puesta en marcha de un programa erradicación de especies invasoras y recuperación de especies nativas. Sobre todo, la propuesta es la construcción de un tejido social firmemente identificado con su territorio, consciente y activo en un papel de contención del crecimiento urbano, protectores de la reserva ambiental que les rodea y constructores de nuevas formas de concebir la vida en la ciudad.
El 30 de marzo la comunidad realizó una marcha hasta la Alcaldía Local de San Cristóbal, dónde fueron recibidos por un a regañadiente alcalde local, José Ignacio Gutiérrez Bolívar, con quién hubo una discusión sobre este y otros problemas, como la cada vez menor frecuencia de buses del SITP que suben hasta los barrios y la llegada de una invasión de personas hostiles y ajenas a la comunidad. Llegándose a los siguientes acuerdos firmados: 1) La reunión urgente de todas las entidades del distrito para dar solución a la situación del sector. 2) El aumento de la frecuencia del SITP. 3) La revisión de las tarifas del SITP. 4) Mayor seguridad en relación la ocupación ilegal de predios abandonados. 5) Información y socialización del proyecto del parque lineal del río Fucha.
Con el recuerdo fresco del salvaje desalojo de los habitantes del sector de Bilbao, en Suba, perpetrado por el ESMAD, nos queda alertar a la ciudadanía sobre la brutalidad y arbitrariedad con la que viene procediendo la administración de Peñalosa, además de sus intentos de cooptar líderes, para imponer planes preconcebidos a espaldas de las comunidades, sin incluirlas. Necesitamos solidaridad, organización, acción y vigilancia por que se cumplan los acuerdos logrados, se avance en el desarrollo de las propuestas propias que aporta cada comunidad, y así vencer los intentos de exclusión y el despojo.
