Un año bisiesto es el que tiene un día extra en el calendario, o sea, que en lugar de 365 días, tiene 366. “Año bisiesto, año siniestro”, dice el refrán popular. Los bisiestos existen porque el movimiento de la Tierra alrededor del Sol tiene un desfase, lo que matemáticamente significa que un año en realidad tiene un ciclo de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos. Así cada cuatro años se acumula un nuevo día que da lugar al aparecimiento del día 29 de febrero, “anomalía” que vemos en nuestros calendarios cada cuatro años. Por esa pequeña “anomalía”, los bisiestos cargan la fobia de fatídicos y trágicos, por lo cual existen hechos que se atribuye que ocurren por el solo motivo de suceder en un año bisiesto.
Con información del portal Infobae, del pasado 29 de febrero, se relacionan algunas “maldiciones” de los bisiestos, desde su instauración en 1582 por el papa Gregorio XIII, entonces los hechos desgraciados en los años bisiestos son remarcados por sobre otros. Por eso se resalta en 1616 las muertes de William Shakespeare y Miguel de Cervantes Saavedra. En 1792, la inauguración de la guillotina, con la cual rodaron 16.594 cabezas de disidentes políticos. En 1812, la caída del ejército imperial de Napoleón Bonaparte, que perdió 600 mil hombres. En 1912, el hundimiento del Titanic, muriendo 1514 personas. En 1932 se desató la Guerra Civil Española, con unos 500 mil muertos. En 1940, en Oswiecim, Polonia, fue construido el centro de exterminio de Auschwitz, a donde Hitler envió un millón trescientas mil personas, de las que murieron un millón cien mil. En los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, once atletas israelíes fueron secuestrados y asesinados por Septiembre Negro. En 1976 comienza la dictadura militar en Argentina, tras el golpe de Jorge Rafael Videla contra el gobierno democrático de Isabel Perón. En 1948 fue asesinado Mahatma Gandhi en Nueva Delhi, India, y además al líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán, lo cual desata una cruenta violencia. En 1968, en Memphis, Tennessee, matan a Martin Luther King y en Los Ángeles, a Robert F. Kennedy. En 1980, en Nueva York, asesinan a John Lennon. El listado es innumerable, pero sin dudas cierra este año con la pandemia del nuevo coronavirus que contagia la COVID-19, que finalizó 2020 con cerca de 90 millones de infectados y 1,8 millones de muertos en el mundo, de los cuales Colombia pone aproximadamente 1.7 millones y 43.000, respectivamente.
Para los supersticiosos, la noticia es que este 2020 podría ser el último bisiesto, puesto que “los calendarios vigentes están ligeramente fuera de sincronización” y dos académicos de la Universidad de Johns Hopkins, Estados Unidos, proponen cambiar la configuración del calendario gregoriano, reemplazándolo por la versión Hanke-Henry —apellidos de los creadores—, que dura 364 días. Su principal característica es que el año siempre comenzaría un lunes. Por eso las personas cumplirían años siempre el mismo día de la semana y Navidad sería siempre un domingo. Febrero tendrá siempre 30 días, al igual que enero, abril, mayo, julio, agosto, octubre y noviembre. Pero cada cinco o seis años tendría una semana extra. Los costos iniciales del cambio serían 100 mil millones de dólares, menos que el ajuste del año 2000. Con este sistema, los negocios podrían funcionar constantemente en trimestres de 91 días y la productividad se dispararía. Business is business. Chao bisiesto. ¡Feliz 2021!
