Es común ver, sin generalizar, que los artistas musicales tan pronto empiezan a recibir dinero por sus shows y canciones, lo inviertan en aquellos gustos que siempre habían soñado darse, como por ejemplo carros de lujo o casas elegantes. Claro y es que la mayoría de personas sueñan con tener casa propia y despertar envidia de los demás.
Sin embargo este no es el caso de Diego Mauricio Peñuela Chitiva, más conocido como Chalmy Batz, un bogotano que desarrolló sus capacidades musicales gracias a su padre, quien se formó de manera empírica en el área.
Desde pequeño Chalmy sintió amor por la música y gracias a la alcaldía de Suba, logró ganarse una beca para técnica vocal, lo que le permitió grabar su primer cover. Desde ese momento supo que tenía que devolver ese regalo que le habían dado con obras sociales.
Es por eso que utiliza la mayor parte de sus ganancias para donarlo a instituciones son ánimo de lucro, una de ellas es para los niños de la fundación del quemado y a niños con síndrome de Down; cada año realiza un evento llamado “Cuando un día normal se convierte en fantástico” en donde les otorgan regalos y shows a los cuales difícilmente los homenajeados pueden tener acceso normalmente, además les brindan transporte, alimentación y sorpresas durante toda la actividad con la única intención de causarles una sonrisa y dejar en su corazón una huella más profunda de la que tienen en su piel.
También de vez en cuando, con sus ganancias y donaciones de amigos, realiza un almuerzo para abuelitos abandonados.
Y es que no es cualquier artista, ya ha estado en tarima junto a Silvestre Dangond, Mauro Castillo, entre otros y ha escrito varias canciones y hace poco lanzó un sencillo títulado “La vuelta de cabeza”, un disco que llama a la aventura y diversión. Su video fue rodado junto a los niños de la fundación quienes le dieron un toque mágico.
Además de las donaciones, Baltz vela por la inclusión, es de esta manera que involucra en sus presentaciones a los niños con discapacidad auditiva, para que ellos, de alguna manera, también puedan “oir” sus canciones, esto mediante un traductor de señas y a través de las vibraciones de su música.
La iniciativa de Chalmy Batz es generar una enseñanza que consiste en hacer tangible y volver REAL las intenciones de ayuda de muchas personas, mostrando que no hace falta tener mucho dinero para ayudar y empezar a transformar la realidad de otras personas en condiciones distintas a las nuestras.
¡Un ejemplo que deberían seguir muchos colombianos!
