España vive una transición política sin precedentes. Los dos partidos tradicionales, el PSOE y el PP, del saliente presidente Mariano Rajoy obtienen los peores resultados en su historia y son los grandes derrotados. Aunque el Partido Popular obtuvo el mayor numero de diputados (121), perdió la gobernabilidad en el Pparlamento. El Partido Socialista Obrero Español tendrá 92 diputados y Podemos, el partido de Pablo Iglesias, la opción de izquierda, obtiene 69 diputados y es considerado el ganador en España junto al otro partido joven y de renovación, Ciudadanos, con 40 asientos. La importancia de las elecciones, en las que ninguna fuerza o posible alianza alcanza la mayoría, es que los diputados de la Cámara son los encargados de elegir al presidente del gobierno propuesto por el Rey Juan Carlos, y quién reemplazará a Rajoy. El PSOE y Podemos harían un solo bloque contra Ciudadanos y el PP; sin embargo, ninguno alcanzaría a tener los votos para elegir al presidente y, en este caso, se realizarían nuevas elecciones parlamentarias en dos meses. En el trasfondo los partidos tradicionales sufrieron un castigo político por la corrupción y las malas decisiones que subieron a España en una crisis económica que le tocó el bolsillo a todos los ciudadanos.
