Como si se tratara de una película de terror, los ciudadanos en Barranquilla vivimos una oleada de atracos por doquier, los psicólogos hemos detenido los diagnósticos de paranoia porque se ha vuelto común andar por las calles de la ciudad con la cabeza como abanico Sanyo de un lado a otro, evitando ser abordados por atracadores en motos ó colectivos taxis.
Es que no da para más, en la ciudad se presentan alrededor 9 denuncias diarias por atraco, según cifras del gerente del Área metropolitana de Barranquilla desde el 01 de Enero de 2017 hay un registro oficial de 232 denuncias por atracos, seguramente mientras lee este artículo ya habrán robado a una persona en la ciudad.
Con bombos y platillos fue anunciado en 2016 la “reestructuración administrativa” de la Alcaldía Distrital, en la cual se le modificó de nombre a el Fondo de Seguridad, por ahora la “Oficina de Seguridad y convivencia Ciudadana. El Alcalde firma un decreto de restricción al parrillero en moto para evitar según el más atracos, pero lo que no dice del decreto es que discriminatoria desde el punto de vista geográfico y clasista desde el punto de vista social, pues dicha restricción sólo aplica a los barrios del norte de la ciudad. Los ladrones han encontrado en menos de 12 horas del anuncio del decreto “creativas” maneras de salirse con las suyas, pues ahora como no pueden llevar parrillero van de a dos motos atracando, incluso usan taxis para cometer sin ningún reparo a restaurantes, jardines, parques y hasta cementerios, puesto que van a cometer el ilícito así toque asesinar a la víctima.
Esto es un carnaval de atracos, pues como dice la jocosa canción recientemente viralizada en las redes sociales conocida como La atracadera
“Ladrones y coletos abundan por las noches, la esquina es un derroche de robos y fleteros. Cuna de atracadores en las calles de curramba. Los ‘tombos’ de parranda, viene la atracadera…”, Así comienza la canción de Mari Cruz Contreras que se ha vuelto viral en redes sociales por describir la situación de inseguridad que se vive en Barranquilla.
El Carnaval de atracos se viene de calle en calle con festividades y sin festividades y estamos paranoicos al salir de nuestras casas, pues vienen los días de marimondas y no sabremos cuales son de alegría y cuales son las del susto, puesto que en los recibos de energía eléctrica los ciudadanos pagamos un dichoso “impuesto a la seguridad” a demás no sabemos si la atracadera solo está en las calles de curramba o también las instituciones nos están metiendo la mano al bolsillo para pagar costosos operativos sin éxito en seguridad. Ojala los ciudadanos tengamos más respuestas que preguntas por parte de las autoridades y cortinas de carnaval para opacar los temas cruciales de la ciudad.
