Caldas es un departamento de aproximadamente un millón de habitantes, con 27 municipios y con capital Manizales, situado entre montañas en el centro occidente de Colombia. Reconocido por la calidad de su café, la calidez de su gente, la abundancia de recursos naturales, la riqueza cultural y por los altos niveles de corrupción en los cuales reinciden frecuentemente una gran cantidad de sus funcionarios públicos. Por esta razón es que antes de cumplirse dos años de las elecciones del 30 de octubre de 2011, Caldas debe volver a las urnas para elegir de nuevo gobernador.
Estas elecciones atípicas a las cuales nos debemos enfrentar dentro de unos meses, se deben ver como una oportunidad para demostrarle a las coaliciones tradicionales que hay una masa de personas que no quiere malas administraciones; una oportunidad para hacer una rendición de cuantas a quienes han usado mal los recursos del departamento y pasar de una vez por todas una cuenta de cobro por el robo a Caldas, la venta de la Chec —Central Hidroeléctrica de Caldas—, la quiebra de Industria Licorera de Caldas, el deshonroso segundo puesto como departamento más corrupto de Colombia, entre otras atrocidades que se han cometido durante muchos años.
Por esto hago un llamado a los lectores, a los habitantes de este departamento, a los ciudadanos indignados, para que busquemos nuevas opciones políticas para estas elecciones. La Constitución nos brinda diferentes oportunidades, la más llamativa puede ser el Voto en Blanco, pero también podemos asumir un rol de gobernantes y elegir un candidato independiente que represente a la gran mayoría y castigar a la rancia política tradicional y por fin premiar a Caldas.
Lo que hizo Guido y los partidos que lo avalaron (Partido Liberal, Partido Conservador-yepista, Cambo Radical, POLO y ASI), fue una irresponsabilidad para con el departamento: lanzarse a la gobernación a sabiendas que sería inhabilitado. El costo de las nuevas elecciones que en promedio será de 8000 millones de pesos, tenemos que asumirlo todos los habitantes de este departamento. Multimillonaria suma que se podría usar para suplir un sinnúmero de necesidades de los 27 municipios, sin olvidar que tendremos que hacer un nuevo Plan de Desarrollo y desgastarnos en temas que ya habían sido tratados.
No necesitamos más jóvenes plebeyos que se arrodillen a las maquinarias, jóvenes que se arrastran por un puesto y venden sus principios por tres pesos; este departamento necesita jóvenes críticos, decididos e incorruptibles que en realidad puedan transformar lo poco que nos han dejado las aves de rapiña que nos han gobernado por más de treinta años.
Sabemos que si ganan las mismas coaliciones muchos jóvenes no vamos a tener oportunidad de participar en el gobierno departamental porque no queremos dar “diezmos”, no nos queremos quedar callados ante irregularidades, ni queremos amenazas de perder el empleo si no votamos por quien ellos dicen. Por esto necesitamos un gobernador incluyente, que acepte la crítica y permita la opinión joven, que use la educación como el medio fundamental para el cambio y tenga los suficientes pantalones para no seguirles el juego.
Seguramente muchos nos tendremos que marchar de nuestra amada Caldas para poder encontrar oportunidades laborales y continuar con la tradición de ´Cerebros Fugados´ que es muy tradicional en este territorio. Espero que los caldenses seamos capaces de asumir nuestra responsabilidad como electores y elegir una opción independiente.
