Joe Biden presentó en Pittsburgh, Pensilvania, este miércoles 31 de marzo, un plan masivo de más de 2000 mil millones de dólares para reconstruir las infraestructuras y apoyar el empleo en Estados Unidos.
El presidente estadounidense quiere modernizar más de 30.000 kilómetros de carreteras, reparar 10.000 puentes y construir 50.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos. Biden también anunció que quería eliminar todas las tuberías de agua potable que aún son de plomo y hacer que Internet sea accesible para todos los estadounidenses.
Un plan ambicioso, pero el presidente necesita el apoyo de los republicanos para que sea validado en el Congreso.
"Es la inversión de una generación", dijo Biden. "Es la mayor inversión desde la Segunda Guerra Mundial". Con este enorme gasto, el presidente estadounidense quiere renovar las infraestructuras del país, pero también avanzar hacia una economía verde y crear millones de puestos de trabajo. Biden presentó su proyecto como la garantía del éxito de Estados Unidos.
"Tenemos que actuar ahora, porque estoy convencido de que si actuamos ahora, dentro de 50 años, la gente mirará atrás y dirá: 'En ese momento ganamos el futuro'", dijo Biden.
El presidente busca aumentar los impuestos a las grandes empresas para financiar su proyecto, y dice estar convencido de que obtendrá el apoyo de suficientes representantes republicanos.
"Históricamente, las infraestructuras han sido un esfuerzo bipartidista, a menudo liderado por los republicanos, y puede que me equivoque, pero no creo que se pueda encontrar republicanos en la Cámara de Representantes o en el Senado hoy en día que no piensen que necesitamos mejorar las infraestructuras”.
El presidente dijo que está abierto a otras sugerencias para financiar su gigantesco plan, siempre que no implique aumentar los impuestos a los hogares que ganan menos de 400.000 dólares al año.
Construir un consenso político no será tarea fácil
Los dos predecesores de Biden, Donald Trump y Barack Obama, también hicieron grandes promesas sobre este tema pero no pudieron concretarse.
Un exrival de Biden en las primarias demócratas y ahora secretario de Transporte, Pete Buttigieg, estará en la primera línea de este asunto. Buttigieg asegura que esta vez todo será diferente, que los astros están alineados.
"Creo que tenemos una gran oportunidad de contar con el apoyo bipartidista para pensar a lo grande y ser audaces en materia de infraestructuras", dijo Buttigieg.
Aunque el entusiasmo y el capital político de Pete Buttigieg son reales, la tarea que tiene por delante es desalentadora. La Cámara de Comercio de Estados Unidos, que hasta ahora había acogido con satisfacción muchas de las decisiones de Biden, desde la reincorporación al acuerdo climático de París hasta el plan de rescate económico, expresó el miércoles su claro desacuerdo sobre este nuevo plan.
Aunque la Cámara de Comercio está de acuerdo con el deseo de hacer de las infraestructuras una prioridad, cree que el presidente demócrata está "peligrosamente equivocado" sobre cómo financiar su programa. "Nos oponemos con vehemencia a las subidas de impuestos propuestas, que frenarán la recuperación económica y harán que Estados Unidos sea menos competitivo en la escena mundial, justo lo contrario de los objetivos de este plan”.
En una declaración agresiva y sin paliativos, Donald Trump acusó a su sucesor de proponer una estrategia de "capitulación económica total". Denunciando una "monstruosidad", consideró que el aumento del impuesto a las empresas sería "un enorme regalo" para China.
Prueba de su voluntad de situar el programa "Build back better" en el centro de su acción, Biden organizará el jueves en la Casa Blanca su primera reunión en presencia de todos los miembros de su gobierno.
*Con la corresponsal en Washington, Anne Corpet, y AFP.
