El portavoz del Gobierno de Alemania, Steffen Hebestreit, confirmó este miércoles 25 de enero que su país hará una primera entrega de 14 de esos potentes vehículos de combate de sus reservas, con el objetivo de abastecer a Ucrania con dos batallones completos.
Además, aceptará la reexportación de esos tanques a Kiev por parte de otros socios europeos como Polonia o Finlandia, Estados bálticos en el flanco oriental de la OTAN, dispuestos a respaldar a las fuerzas ucranianas, y que afirman estar más amenazados por las hostilidades rusas.
Hebestreit agregó que el entrenamiento sobre su uso a las tropas ucranianas iniciará pronto y Alemania proporcionará logística y municiones.
"La decisión del canciller Scholz se recibe con satisfacción en Polonia porque esos tanques son muy necesarios para repeler una posible ofensiva rusa que es posible en las próximas semanas", respondió el asesor de política exterior de la Presidencia de Polonia, Marcin Przydacz.
Los vehículos de fabricación alemana estarían en el campo de batalla el próximo marzo, según las estimaciones del excomandante de las fuerzas terrestres de EE. UU. en Europa, Mark Hertling.
Utilizados en más de una docena de países, los Leopard 2, que fortalecieron las capacidades militares de Alemania al final de la década de los 70 frente al bloque comunista, tienen un alcance de alrededor de 500 km y una velocidad máxima de 68 km/h.
¿Por qué es significativa la nueva postura de Alemania?
Las dudas de Alemania daban muestras de fracturar la posición de unidad de los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Una debilidad para algunos, en la que países como Polonia aumentan su peso geopolítico al encabezar una férrea coalición de aliados contra la agresión rusa en el continente.
Por tratarse del fabricante, Berlín debía dar el visto bueno a las demás naciones europeas para adjudicar los Leopard 2 a un país que no forma parte de la OTAN, como Ucrania.
Sin embargo, el pasado 23 de enero Varsovia amenazó con enviarlos al territorio invadido por Rusia por encima de las disposiciones de la Administración de Olaf Sholz y Berlín dio un giro en su postura.
Las presiones aumentaron recientemente para un Gobierno reticente al suministro de mayor potencial militar a Kiev, especialmente luego del encuentro la semana pasada de los ministros de Defensa de la OTAN en la base militar de Ramstein, Alemania.
Aunque ha enviado ayuda militar a Kiev, Alemania había sido vacilante a las solicitudes del Gobierno de Zelenski, hechas desde marzo de 2022, para facilitar los potentes tanques que considera cruciales a la hora de frenar el potencial militar ruso.
Alemania ha sido uno de los países más reticentes a la hora de fortalecer el Ejército de Ucrania. Limitaciones que se explican en su dependencia energética de Rusia y el temor a una escalada del conflicto que involucre a la OTAN.
Archivo: Tanques alemanes Leopard 2 durante un ejercicio militar cerca de Munster en octubre de 2017. © Patrick Stollarz, AFP
El territorio alemán ha sido uno de los más dependientes en la Unión Europea de los hidrocarburos rusos, con hasta un 55% de sus importaciones gasísticas provenientes de Moscú para 2022.
Pero las evasivas también recaen en la tradicional postura de antimilitarismo que Berlín adoptó después de la Segunda Guerra Mundial, con la que apuesta por la diplomacia y las relaciones comerciales más allá de las cuestiones de seguridad.
Una postura de larga data que ahora Berlín cede para fortalecer a Kiev a casi un año de la guerra.
Paralelamente, funcionarios de Estados Unidos afirmaron a Reuters que Washington está listo para enviar docenas de sus tanques de batalla M1 Abrams al Ejército de Volodímir Zelenski, lo que incidiría en el curso de la guerra. Decisión que la Administración de Joe Biden también había condicionado a la entrega de los tanques alemanes al señalar una mayor facilidad de maniobra para el Ejército ucraniano y la proximidad geográfica que facilitaría su traslado a diferencia de los tanques de EE. UU.
Rusia lanza advertencias contra lo que considera una "provocación flagrante"
El aumento de la ayuda de Occidente eleva la ira del Kremlin.
La embajada rusa en Alemania indicó que la decisión de Berlín significa que abandona su "responsabilidad histórica con Rusia" derivada de los crímenes nazis en la Segunda Guerra Mundial.
En un comunicado, la sede diplomática advirtió que la medida escalaría el conflicto a un nuevo nivel.
Además, Moscú se refirió a los tanques Abrams que previsiblemente enviará Estados Unidos a Kiev. Moscú amenazó con se "quemarían", en el campo de batalla y serían una "pérdida de dinero".
"Estoy seguro de que muchos expertos entienden lo absurdo de esta idea. El plan es desastroso en términos de tecnología (...) Pero sobre todo, sobreestima el potencial que agregará al Ejército ucraniano. Estos tanques arderán como todos los demás”, sostuvo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
En esta foto de archivo tomada el martes 14 de abril de 2020, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov en Moscú, Rusia. AP - Alexei Nikolsky
Las nuevas cooperaciones de Alemania y Estados Unidos con Ucrania llegan de cara a un recrudecimiento de la guerra en la próxima primavera como prevén los aliados occidentales.
El anuncio también se produce justo en una jornada en la que las tropas ucranianas confirmaron su retiro de Soledar, en el este del país, tras el contundente avance de los militares rusos, respaldados por el grupo de mercenarios Wagner.
