Estuve en la Ciudadela del Petronio recorriendo los espacios para tantear el ambiente en el primer día de festival.
Buena afluencia de público, tanto en las zonas de comidas como en los stands de artesanías y, claro, en las zonas de bebidas, ya que “la pruebita” siempre atrae a los caminantes.
El ambiente era el que uno ya conoce el primer día: público moderado, ambiente aún en proceso de preparación de acomodo, pero los curiosos dando su recorrido para saber cómo moverse cuando se vaya robusteciendo la asistencia de un público que es afectuoso de este evento.
Algunas quejas escuchamos por los precios de los puestos de artesanías. “Trescientos mil por la temporada es mucho dinero”, me dijeron.
Di una vueltica por la zona de bebidas… me gustó la pruebita. Alguien de esa sección, cuando le conté que algunas personas decían que estaban altos los precios de las viandas, me dijo: “son más caros en Granada y nadie dice nada” (le salió en verso). A eso agregó: "lo que está costoso son los espacios para poner en venta las comidas".
Probé la toma seca… me gustó más que el primer trago….
Vi cómo ya algunas damas se estaban decidiendo a comprar los turbantes que por esta época se ponen de moda. Me pasé por Los Retratos de Petronio, de mi amigo el fotógrafo Jorge Idárraga, y volví a la zona de degustación de las bebidas artesanales… noté que cada vez me gustaban más.
Pasé por Radio Arcadia, estaban montando equipos… luego los escucharía… me paré un rato a tomar unas fotos de maquillaje… y regresé a la zona de degustación de las bebidas tradicionales.
Fui a la oficina de comunicaciones montada en el Coliseo del Pueblo para el festival por la Secretaría de Cultura. Vi, como siempre, gente pila que durante esta semana estará presta a cubrir el evento, a apoyar a los periodistas que llegan de lejos, a registrar los sucesos, a contar la oficialidad del certamen, porque aunque muchos personajes de la administración lo duden es gracias a ellos que sus imágenes se mantienen.
Me encontré con William López, de la Secretaría de Cultura, que en estos petronios corre de arriba abajo, ayuda a los que requieren de sus servicios, da órdenes por acá, va y se come una empanada en un santiamén y sigue corriendo organizando lo desorganizado y como siempre presto a ayudar a quien lo requiera. De paso le pregunte si no tenía por ahí un poquito de toma seca… que era que estaba haciendo como sed, no me dijo nada pero me señaló con su dedo, como el Sebastián de Belalcázar de la estatua, el lugar de degustaciones de bebidas artesanales y hacia allí me fui.
Fui a Fuespacol, la Fundación de Escritores del Pacífico Colombiano, para quienes es su tercer festival, pues antes los habían olvidado y pude enterarme del gran número de libros que hablan de las historias del Pacífico, de sus poesías, de su cotidianidad y que están allí a disposición de los visitantes para que se enteren del trabajo literario de los escritores del Pacífico.
Miré el celular, ya eran las 6 de la tarde, entonces me fui a la inauguración del XXXIII Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez edición 2019. Habló la secretaria de Cultura, se extendió en agradecimientos, reafirmó el festival como uno de los mejores de Latinoamérica. Luego, habló el señor Armitage, alcalde de la ciudad, y agradeció la presencia del público… y entonces empezó el evento con los niños del Petronito, luego se presentaron los bailarines del IPC; los del conjunto de marimba y canto tradicional Aires de Dominguillo. Fue una noche bonita, que presagia un evento como a los que ya estamos acostumbrados los asiduos del Petronio.
