La trágica desaparición del niño Diego Gutiérrez, quien fuera el actor natural del video de la canción El chino de los mandados de Walter Silva, ha causado un inmenso dolor en los habitantes de Pore (Casanare), tierra natal de quien fuera uno de sus personajes más simpáticos.
“Dieguito” perdió la vida en un accidente de tránsito, en la madrugada de este 7 de agosto cuando su hermano de 22 años, conducía una moto en la que se movilizaban de Pore hacia su casa de residencia en la vereda “Curimina” vía hacia Trinidad.
Después del procedimiento de medicina legal en Yopal, el cuerpo de “el chino de los mandados” regresó a Pore, donde fue recibido por una caravana solemne que recorrió algunas calles y que hiciera una primera parada en “Pan de pobre”, la casa del compositor Walter Silva, que se ha visto afligido por esta situación.
Ya al caer la noche, el cortejo fúnebre prosiguió hacia la casa paterna en “Curimina” dónde era esperado por familiares, vecinos y allegados.
Al ingresar, el dolor se sentía en el aire, una vida que le correspondía a ese espacio, ya no estaba y el intenso silencio del lugar, se rompió con un profundo llanto colectivo que se internó en la larga noche.
La caja de madera donde reposó el cuerpo de Diego, estuvo en la mitad de la sala donde seguramente todos días caminó sonriente para salir “corriendo, descalzo, sin camisa contra el viento…” como dice la letra de la canción que lo aferró en los corazones de los seguidores de la canción que gracias a él, identificó a miles en el mundo.
El balón verde en el patio, la silla, el rejo, el gato blanco con manchas amarillas, quedaron sin dueño y el sombrero, su gran compañero, que al verlo parece tener toda la autenticidad de “Dieguito” reposaba encima del cofre como esperando que “salga para seguir recorriendo los caminos polvorientos”.
Diego Yanit Gutiérrez Manrique, deja a sus escasos 13 años una bonita historia, de amar el campo, de arraigarse a las tradiciones llaneras, de recordar que muchas y muchos hemos tenido la misma infancia.
Este martes, se cumplió la gran despedida, “El chino de los mandados” ya se hace infinito en la sabana, caminando hacia la inmensidad para trascender en el tiempo.
A solo 30 minutos distante de Pore su pueblo, se cumplieron sus honras fúnebres acompañado de cientos de amigos suyos, conocidos y familiares, entre ellos su primo Walter Silva.
No se borrará fácilmente de la memoria de los apasionados del llano, el nombre de “Dieguito” mientras existan en el camino y en la esquina chiquitines que vayan por los mandados de la casa.
¡Hasta siempre triunfador!
