¿Quién se acuerda de los once héroes militares que ofrendaron su vida por la democracia y de los 31 heridos en el Palacio de Justicia? Solo escuchamos diatribas contra los miembros de la fuerza pública, como si hubieran sido los causantes de tal desgracia, y los verdaderos criminales y culpables, pese a los fallos condenatorios contra el M19, nunca pagaron un solo día de cárcel, andan libres y ocupando cargos del gobierno. El presidente Gaviria les dio amnistía e indulto, pero con los militares detenidos no ha existido una debida aplicación de la justicia. ¡Claro! Era el inicio de la corrupción de la justicia que hoy vemos en todo su apogeo.
Hubo un rescate de 214 personas, pero eso no cuenta para algunos medios y periodistas (especialmente Revista Semana, Ramón Jimeno y Olga Behar), y familiares de víctimas que denigran del Ejército y de algunos oficiales, como Gabriel Andrade quien dijo sobre Alfonso Plazas Vega:
Es un cobarde miserable. Que no tiene honor. Porque si la tuviera, habría aguantado la prisión con dignidad. Ahora está lloriqueando por la justicia que él no le dio a mi padre. No le creo nada de lo que dice. Que él no ayudó a salvar la democracia. Ayudó a que asesinaran a mi papá. Plazas generó más desgracias que las que logró impedir.
Señor Gabriel Andrade, cobarde es aquel que carece de valentía para realizar una acción de riesgo o no se enfrenta a una situación que supone un desafío complejo y acarrea un grave peligro. Miserable, es el que no tiene valor ni fuerza. Los militares estuvieron dispuestos a ofrendar su vida por la democracia, el militar nunca es cobarde y menos miserable, por eso murieron 11 y 31 fueron heridos. ¿Por qué no dice una palabra contra los del M19? El infierno está lleno de desagradecidos. Cuando el mal agradecido se le olvida quien defendió la democracia de los criminales del M19, la historia y la miseria le refrescarán la memoria. No sea ladino.
No es el primer caso de errores en la sepultura de los desaparecidos: ya se había presentado con Cristina del Pilar Guarín, cajera de la cafetería, y sucedió con Luz Mari Portela, Lucy Amparo Oviedo y Ana Rosa Castiblanco.
La magistrada Ángela María Buitrago que se valió de falsos testigos para condenar el coronel Plazas, ¿va a quedar impune, así como el fraude procesal de los abogados del Grupo Alvear? ¿Por qué no se ha realizado la prueba de grafología del cabo Villamizar?
¿Quién encubre y protege a la Buitrago? El general Arias Cabrales fue condenado injustamente, como lo fue el Coronel Plaza Vega, por los desaparecidos, que nunca desaparecieron.
La nación debería pagar 10.000 dólares a los familiares de las víctimas y quien hizo esta condena fue la joyita de Diego García Sayán, quien es parte de los magistrados de la JEP.
¿Cuánto más van a tener detenido al señor general Arias Cabrales? Justicia inoperante, amañada y corrupta.
