Juliana Pungiluppi ha estado al frente de la estrategia contra la desnutrición infantil pero también en una lucha frontal contra el abuso sexual y otras formas de violencia hacia la niñez y la adolescencia del país.
A finales del año pasado lanzó el Plan 15:15 para que entre diciembre 15 y enero 15 no hubiera ninguna muerte por desnutrición en el departamento, justo previendo los riesgos asociados a la pausa de los programas de Primera Infancia del ICBF, por la temporada de fin de año.
Luego, de la mano de la primera dama, lanzó en Riohacha la estrategia Ni1+ que hace énfasis en la búsqueda activa de niños en riesgo mediante unidades móviles en coordinación con el sector salud y la distribución de fórmula intrahospitalaria gratis, donada por UNICEF, un gran aliado del ICBF en todos sus proyectos.
La estrategia Ni1+, que prioriza siete departamentos, ya empieza a dar resultados. En La Guajira, durante los primeros cuatro meses de 2018 se habían registrado 38 casos de niños muertos por enfermedades asociadas a la desnutrición, mientras que en el mismo periodo de este año van 10 casos. Esto es una reducción del 74%.
El Presidente Duque está monitoreando el tablero de las muertes por desnutrición todos los meses. Incluso la Primera Dama le reporta los resultados. La próxima reunión de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria (CISAN) será en Quibdó, este jueves. Será presidida nuevamente por la Primera Dama y contará con la asistencia del Ministro de Salud y de la Directora del ICBF.
El énfasis estará en el municipio de Pueblo Rico, la frontera entre Risaralda y Chocó, donde se presentaron 2 muertes en abril. Allí, se contempla la posibilidad de construir un camino ancestral, por eso participará el Invías en esta reunión de la CISAN, una muestra del abordaje integral que desde el Gobierno ahora se le da a este tipo de problemática.
Esta semana, la Directora Pungiluppi estuvo dos veces en La Guajira. Fue a inaugurar el primer internado de abuso sexual que atenderá a 50 niños, niñas y adolescentes.
Para la arrancada de este centro, el ICBF contó con el apoyo de ACNUR, OIM y UNICEF pues la etapa de licenciamiento tomaba casi 4 meses pero la demanda era apremiante. Este internado es un ejemplo de la apuesta hacia la especialización al que apunta llevar la Directora al Instituto. "La idea es que en los centros no mezclemos niños con diferentes vulneraciones para que podamos tratarlos mejor", dice.
Además de contar con uno de los operadores con mayor experiencia en el tratamiento de esta vulneración y de adecuadas instalaciones, el ICBF logró comprometer a la Gobernación de La Guajira y la alcaldía de Riohacha para asegurarles cupos educativos a estos menores de edad.
Existen retos en la implementación de la política pública de salud mental y de consumo de sustancias psicoactivas. "Además de la estrategia contra la desnutrición, otro proyecto conjunto con el Ministerio de Salud es la implementación de la política de salud mental y de SPA", dice la Directora del ICBF. "Colombia será un país distinto si tiene una política de salud mental distinta. Vamos a trabajar sin pausa por eso", agrega.
Juliana Pungiluppi también visitó el Centro de Atención Integral en Maicao para refugiados y migrantes venezolanos que opera ACNUR desde marzo y que actualmente recibe transitoriamente a 414 personas, el 60% niños. La visita obedeció a verificar el Protocolo de Protección a la Niñez, construido en el marco de la Mesa de Niñez Migrante que se reúne todas las semanas. Es un anexo del Manual Operativo del Centro.
La Directora fue enfática en que no deben dormir niños no acompañados en el Centro, y que deben diferenciarse las zonas de familias con hijos de aquellas sin hijos. En este centro, el ICBF es la única entidad del Estado que hace presencia permanente, lo cual resulta irónico pues la idea es que sea transitorio. A su salida resaltó que para que las familias adopten estrategias de salida debe haber mayor oferta institucional. Fue el mensaje que se llevó de vuelta a Bogotá. Por el bien de los niños y niñas, ojalá sea escuchado
