Era el 17 de septiembre de 2004, exactamente 3 meses luego de que el DAS capturara a Alfredo Correa de Andréis. Transcurría una tarde soleada, característica del litoral caribe, el reloj marcaba las 2:20 de la tarde cuando en la carrera 53 con calle 60 un asesino cegaba la existencia de uno de los académicos más respetados de los costa norte colombiana.
Alfredo Correa de Andréis oriundo de Ciénaga, Magdalena era un ingeniero agrónomo y sociólogo de 52 años, contaba con una maestría en educación con énfasis en Desarrollo Social de la Universidad de París, fue rector de la Universidad del Magdalena, era docente de la Universidad del Norte y la Universidad Simón Bolívar y para el momento de su asesinato adelantaba 2 investigaciones acerca del desplazamiento forzado en los departamentos de Bolívar y Atlántico. Un docente dedicado cien por ciento a la académica y a la investigación crítica.
La nefasta y macabra alianza entre el Departamento Administrativo de Seguridad y las Autodefensas Unidas de Colombia fue perjudicial para las personas que ejercían la defensa de derechos humanos, líderes sindicales que buscaban mejores condiciones laborales y políticos que hacían oposición a las ideas de los paramilitares. La vida del sociólogo fue una de la 82 muertes que realizaron las autodefensas en el marco de la denominada Operación Barbarroja, que consistía en eliminar a quienes se mostraban en contra de las acciones delincuenciales de este grupo al margen de la ley.
La pesadilla para este importante docente comenzó el 17 de junio de 2004, día en que agentes del DAS llegaron hasta su apartamento en el barrio El Prado y con una orden de captura librada bajo falsos testimonios le indilgaban el delito de rebelión por ser supuestamente ideólogo de las FARC teniendo el alias de Eulogio. Fue conducido hasta las instalaciones de la seccional de Cartagena en donde la libreteada audiencia de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento el juez con funciones de control de garantías le dictó medida intramural de manera preventiva. Estando detenido el 20 junio de ese mismo año escribió 2 cartas cartas llenas de frustración y dolor a Álvaro Uribe Vélez con la esperanza de que este como máxima autoridad del DAS intercediera por su inocencia. Cartas que, aunque tienen el sello de secretaria de presidencia, Uribe afirma nunca recibió.
El montaje judicial fue ideado por Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorre 40, comandante militar del Bloque Caribe de las AUC y Edgard Ignacio Fierro Florez, comandante del frente "José Pablo Díaz" que tenía su centro de operaciones en la ciudad de Barranquilla, en complicidad con el agente del DAS Javier Valle Anaya y el fiscal 33 de Cartagena Demostenes Camargo. Estos sujetos se encargaron de sacar de otro proceso a 3 guerrilleros y les entregaron un libreto que debían repetir al pie de la letra y fotografías para que identificarán a Correa de Andréis. Se le acusó, inclusive, de haberse reunido con el jefe guerrillero Iván Márquez y el presidente venezolano Hugo Chávez en la serranía de Machique.
A todas estas acusaciones falsas el abogado defensor José Antonio Nieto demostró una a una que todo no era más que un montaje auspiciado por el DAS, inclusive, demostró que para la fecha en que se le acusaba de la reunión con Iván Márquez y Chávez, Alfredo Correa se encontraba en la ciudad de Barranquilla adelantando sus investigaciones y dictando clases universitarias.
Con la inocencia probada del atribulado profesor la Fiscalía no tuvo más opción que dejarlo en libertad el 15 de junio de 2004, fue un total éxito la defensa per sin saberlo se firmaba su sentencia de muerte. Edgar Fierro Florez, alias Don Antonio, ordenó una serie de seguimientos al sociólogo con el fin de conocer sus rutas y los lugares que frecuentaba. Correa de Andréis rechazó la escolta que le iba a proporcionar al policía por cuanto no confiaba en los organismos estatales, por tal razón, contrató a Edilberto Ochoa Martínez como su escolta personal.
Curiosamente Jorge Noguera como director del DAS y bajo Resolución 0279 del 18 de febrero de 2005 fue ascendido Javier Valle Anaya de investigador a Sudirector de la seccional de esta entidad en el departamento del Magadalena. Rafael Garcia, ex jefe de informatica del DAS y amigo personal de Noguera testificó en el proceso que cursaba contra este ultimo que "Jorge Noguera ascendía a quienes colaboraban con la AUC y declaraba insubsistente a quienes intentaban perseguirlos". García en su declaración tambien hace enfasis en la molestia que Noguera la labor que se adelantaba contra Hernán Giraldo en la extinción ee dominio que se realizaba en asocio con la Fiscalía.
Luego de muchos años se corroboró lo que la familia del académico tanto insistía: la muerte del sociólogo fue un crimen de Estado. Jorge Noguera Cotes por aquel entonces director general del DAS no hacía más que realizar un trabajo mancomunado con las autodefensas en el estricto sentido de proporcionar listas de sindicalistas y personas que izquierda que posteriormente eran ejecutadas por paramilitares, borraron antecedentes judiciales de miembros de ese grupo ilegal y no hubo la persecución debida en contra sus miembros. Mediante sentencia judicial proferidas por la honorable Corte Suprema de Justicia fue condenado a 25 años de prisión por concierto para delinquir agravado, falsedad en documento público y además por el homicidio agravado de Alfredo a Correa de Andreis en calidad de autor mediato toda vez que por su activa colaboración con las autodefensas se le consideró como parte de esta empresa criminal.
De igual forma, se condenó al Estado a indemnizar a la familia del docente universitario y a realizar una ceremonia pública en la que se le pediría perdón a su familia y a la sociedad por este crimen, en esta ceremonia, Magda Correa de Andreis afirmó que no perdonaba al Estado. Además de todo esto el Tribunal Administrativo de Bolívar condenó a la Fiscalía 33 por este crimen. En honor a él se nombró una de las estaciones del sistema de transporte masivo de la ciudad de Barranquilla y se nombró una Institución Educativa en su pueblo natal. Su archivo personal de libros reposa, a manera de donación, en la Universidad del Atlántico en donde los estudiantes del programa de Sociología aprovechan al máximo estos medios.
Son varios los homenajes que se le han realizado y nunca van a ser suficientes para honrar la memoria de tan ilustre personaje de la vida academica, que además son imperativos para nunca olvidar sus enseñanzas y que sirvan para las nuevas generaciones que buscamos construir una paz real, estable y duradera evocando una celebre frase de Correa de Andreis que nos haga reflexionar: "Bienvenidos todos los conflictos, salvo aquellos que exterminan fisicamente a su propio adversario"
Es menester recordar y reconstruir la memoria histórica y jurídica para evitar que estas situaciones tan lamentables se repitan, y se tenga en cuenta que las alianzas entre grupos armados ilegales y las entidades estatales es lo más perjudicial para la sana convivencia de una sociedad que intenta superar tantos años de violencia y de derramamiento de sangre. De igual forma, mantener intacto el legado académico de Alfredo Correa de Andréis, en el entendido que sus aportes a la investigación y la sociología son de vital importancia para el estudio y el avance de académico.
