En occidente, se nos ha enseñado y nos hemos formado con la noción de que el éxito proviene de lo exterior, de lo material. Para nosotros los occidentales generalmente cuando se nos pregunta cómo nos sentiríamos exitosos, respondemos que a través de grandes lujos como casas, carros, propiedades exuberantes entre otros respuestas. Las respuestas que damos están ligadas a lo que no podemos controlar, a lo que es innatamente ajeno a nosotros. Paradójicamente, en oriente se les enseña lo contrario. El éxito en la cultura oriental radica en el ser, en lo interno. El éxito está en uno y en ninguna otra parte lo encontraremos. Dos teorías que al ser dos caras opuestas para la misma moneda, se unen y crean la verdadera esencia del éxito. Vivir a partir de lo interno y de lo externo, el equilibrio perfecto para encontrar el tan anhelado éxito porque él que vivimos.
¿Cómo nos podemos impulsar hacia el éxito a través de un pequeño conocimiento oriental?
Como lo vimos anteriormente, el éxito está basado en esa dualidad externa e interna. Se dice que el ser humano tiene 7 puntos energéticos que van desde el vientre hasta la coronilla. 7 puntos representados a lo largo de nuestro cuerpo, cada uno con una función específica y dirigido a una área especial de nuestra vida. El manejo de esos chakras, que hace referencia a nuestra energía interna, es esencial para nuestro día a día. El entendimiento de nuestra emociones y su debida regulación son determinantes para saber cuándo hay que pensar, cuando hay que actuar y cuando hay que sentir. La vida tiene procesos cíclicos y tenemos que ser capaces de entenderlos para saber cómo reaccionar ante ellos. El hecho de omitir lo anterior, solo nos traerá un desequilibrio en nuestro cuerpo que se verá reflejado en nuestros comportamientos. Al fin y al cabo, el universo no te castigará ni te bendecirá, solo responderá a la actitud y a las vibraciones que emitas. Tu vida es como un termostato, tú eres el que puedes cambiar el clima de la habitación, no importa que afuera allá otra temperatura.
La primera energía que podemos entender es que la nace en el comienzo de la columna vertebral. Esta energía es la más primitiva, la que se encarga de las necesidades básicas, de lo fundamental para el ser humano. Así de simple como entender si la raíz en nuestro cuerpo no ha definido bien sus bases, será imposible llegar a la flor y a los resultados deseados.
La segunda energía nace en el vientre y hace referencia a las relaciones sociales. Toda clase de relaciones que entablamos durante nuestra vida se centran en ese punto energético. Los dos grandes problemas que afrontamos a lo largo de nuestra vida tienden a ser por dinero o por relaciones humanas. Por eso ahí entra en juego, nuestra capacidad para adaptarnos. Nuestra capacidad para ser flexibles y poder entrar en diferentes círculos sociales a través de nuestras habilidades sociales. Porque para generar impacto en el ámbito social, debemos ser capaces de aprender el arte de la paciencia y la seducción.
Por último, el tercer chakra está ubicado en el ombligo. Este punto energético se basa en la fuerza de voluntad. Cuando queremos algo, hacemos que suceda. Puede ser duro, puede complicarse, pero lo logramos. Esta fuerza de voluntad nos permite salir del status quo, nos da el poder de ir más allá y poder recorrer esa milla extra. En las malas situaciones, cuando nada parece salir como quisiéramos, la voluntad tiene un poder indomable. Como lo explico el inigualable Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el valor, la electrcidad y la energía atómica; la voluntad”.
Al igual, hay que tener en cuenta que son 7 puntos energéticos. Los mencionados nos sirven para sentarse las bases de nuestro ser que muchas veces están desestabilizadas. Se han creado diversos ejercicios basados en la meditación y visualización para darle poder a esos centros energéticos y poder equilibrarlos para mejorar la condición humana. Toma el control de tu vida y dale una vuelta de 180 grados a la mala situación. Transforma tu energía, cambia tu destino. Todo se puede, todo se logra.
