Rock al Parque llega a su edición número 20 y al respecto, el Instituto Distrital de las Artes, Idartes, dio a conocer hace algunos días la lista de las bandas nacionales invitadas al espectáculo que este año se celebrará los días 16, 17 y 18 de agosto en el Parque Simón Bolívar y la Media Torta de Bogotá.
Recuerdo que en el 2004, hace exactamente 10 años, cuando aún disfrutaba de la adolescencia, fui por primera vez a Rock al Parque que en esa época cumplía su primera década. Desde entonces me volví tan fanático, que asistí sin falta a las últimas nueve ediciones. Para mí, no existía mejor plan que disfrutar en vivo y en directo de los tres días de extrema convivencia, lamentándome por no haber visto los festivales realizados entre 1995 y 2003.
Sin embargo, debo confesar que desde hace 3 años empecé a experimentar una sensación de pereza, no tanto porque asistir implique sacrificar un fin de semana con puente festivo incluido que podría disfrutar con mi familia haciendo otras actividades. Tampoco por padecer las dificultades en el ingreso, la visibilidad de las tarimas, el sonido, la alimentación, la salida y el transporte que son evidentes año tras año. La pereza y desinterés se producen porque me di cuenta que el cartel de artistas es muy repetitivo y en los últimos años, salvo algunas excepciones, han participado las mismas agrupaciones de siempre.
Volvamos al 2004 para revisar el cartel de bandas locales que se presentaron en esa época y comparémoslo con el de este año: encontrarán que Aterciopelados, Doctor Krápula, Superlitio, Alerta Kamarada (en 2004 se llamaba Alerta), Sidestepper, El Sie7e y Black Cat Bone son repitentes. Dentro de los invitados nacionales y distritales a los 20 años del festival también incluyeron a La Pestilencia, I.R.A., Polikarpa y Sus Viciosas, Skampida, Nawal, La Derecha, Citadino Blues, Seis Peatones, HeadCrusher, Nepentes, Ingrand y Neurosis. Puedo asegurar que en las nueve ediciones anteriores he visto a todas estas bandas, por lo menos tres veces.
Muchos críticos dirán que es imposible comparar dos presentaciones de un mismo artista, así estas se hayan hecho en diferentes años. Tienen razón. No obstante, desde mi percepción musical y por lo visto como asistente, me atrevo a decir que el repertorio de las bandas en Rock al Parque ha sido prácticamente el mismo año tras año y cuando se han arriesgado a tocar nuevas canciones, el público ha respondido con rechiflas o abandonando lentamente el escenario.
Pero la repetición de la repetidera también se ha visto reflejada en el cartel internacional. Revisando la programación de las 19 ediciones anteriores, se puede ver que bandas como Café Tacvba, Molotov, Julieta Venegas, Robi Draco Rosa, Manu Chao, Illya Kuryaki and the Valderramas, Catupecu Machu, Fobia y Ánimal entre otras han tocado varias veces. También hay que mencionar a Fito Páez, Andrés Calamaro, Charly García y los Toreros Muertos que si bien han hecho una sola presentación en Rock al Parque, ya han estado varias veces en Colombia. Entre las agrupaciones extranjeras invitadas para el 2014 está Carajo de Argentina, otra repitente de años pasados.
Aunque también hemos disfrutado de artistas de primer nivel que por momentos le han dado un estatus más alto al festival como Apocalyptica, Fear Factory, Carcass, Bloc Party, Morbid Angel, Haggard, Overkill, Dead Kennedys y Cannibal Corpse entre otros, es innegable que Rock al Parque se estancó y sufre un desgaste que cada vez aleja a más seguidores. El año pasado la ausencia del público fue la gran protagonista.
Quedan un par de meses aproximadamente y aún no se ha confirmado el cartel de bandas en su totalidad para la edición 2014. Ojalá los organizadores y la Alcaldía de Bogotá reflexionen y entiendan que no se pueden casar con las mismas bandas de siempre. Por el contrario, deben hacer una inversión más alta para traer agrupaciones de renombre a nivel mundial y poner el festival en un nivel superior. Ya lo hicieron transmitiendo el concierto de Paul McCartney en el estadio El Campín.
Así mismo, sería bueno convertir a Rock al Parque en plataforma para artistas nacionales con otras tendencias que refresquen la programación y contribuyan a conquistar públicos más amplios. Gran ejemplo dieron las 1280 Almas en 2012, cuando en plena tarima y ante más de 40 mil fanáticos pidieron que no los volvieran a invitar. Eso mismo deberían hacer las bandas que se anidaron en el festival con el beneplácito de los organizadores impidiendo su evolución.
