Fotogalería: 5 paisajes que la guerra escondió

Fotogalería: 5 paisajes que la guerra escondió

Las montañas, los árboles, y la luna son protagonistas de nuestras fotos favoritas de los paisajes que hemos visto en nuestro recorrido por Colombia

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octubre 26, 2018
Fotogalería: 5 paisajes que la guerra escondió

Entre el verdor de los cerros/ donde el cóndor vive y vuela/ conversando con la sierra/ se encuentra Atanquez, mi pueblo..., dice una canción del maestro atanquero Luis Carlos Ariza Martínez. Gracias a la cadena montañosa que la rodea, esta comunidad, perteneciente al Resguardo Indígena Kankuamo, y ubicada entre los ríos Chiscuinlla y Candela, cuenta con una hermosa vista desde todos sus rincones.

Este paraíso montañoso de la Cordillera Central de los Andes, fue, por más de medio siglo, un escenario de guerra y desolación. Afortunadamente, el fin de la guerra con las Farc ha permitido que el municipio de Planadas, usualmente reconocido por ser la cuna de las Farc, brille por sus habitantes, campesinos persistentes y trabajadores. Hoy, Planadas es orgullo nacional tras convertirse en el tercer productor de café más importante en Colombia.

El Oso es una de las 23 zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN) destinadas al proceso de dejación de armas, desmovilización, y reinserción para ingresar a la vida civil de los excombatientes de las Farc. Desafortunadamente, la implementación de las ZVTN deja mucho que desear. La situación que viven los excombatientes y sus familias es precaria: no cuentan con servicio de salud, las vías no son transitables, las opciones de trabajo limitadas, y no hay garantías de seguridad.

Cuando cae la noche en Toribío, las luces en las montañas del Cauca revelan la ubicación de los cultivos de marihuana que durante el día pasan desapercibidos. Algunos toribianos argumentan que la siembra, venta y consumo de marihuana ha afectado sus tradiciones ancestrales (el 97% de los toribianos son indígenas Nasa y el 3% mestizos y afro), mientras que otros han hecho de ella su principal sustento económico y no están dispuestos a cambiar su cosecha por otra.

En nuestro viaje a Montería nos sorprendieron tres cosas. La primera, la cantidad de iguanas que descansan en la sombra del malecón a las orillas del Sinú. A las iguanas las acompañan otras 21 especies, entre ellas osos perezosos, ranas, ardillas, y lagartijas. La segunda, el tamaño de los bocachicos, un pescado típico de la región. Alcanzan, en muchas ocasiones, los 30 cm de largo. En la mayoría de los restaurantes son servidos en mitades debido a su gran tamaño. La tercera, fue la luna llena que nos acompañó la noche de la proyección del documental El Silencio de los Fusiles. Su brillo intenso, su color nácar, y su figura redonda, parecían hacerle homenaje a Montería, conocida como “la perla del Sinú”.

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